~>Unique.

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    En ese momento lo supe.

   Cuando levantaste tu vista del cliente para verme entrar con aquel ramo margaritas algo maltratadas por el viento.

   No sabía tu nombre, ni tu color favorito, ni siquiera sabía antes de tu existencia hasta ese momento, pero de algo estaba seguro.

   Yo te seguiría a cualquier lado.

   No sé si pensaste lo mismo, pero sonreíste y tus mejillas se pintaron de un leve rosa, pasaste tu lengua por sus bonitos labios y reiste avergonzado por mi mirada incrédula.

  —bienvenido a sweet ¿puedo ayudarle? —abrí la boca pero no pude responderte, me perdí en lo bonito que era tu rostro en el aroma a vainilla del lugar, en tu parpadeo coqueto natural.

   Me perdí en ti como nunca lo había hecho, escuche mi nombre de la persona que me esperaba, una chica de cabello del mismo color que el tuyo, más baja que ambos y una sonrisa bonita.

  Pero no gire hasta que me tomó del brazo e hizo una reverencia como disculpa para después llevarme a la mesa, note tu decepción cuando pasaste ese mechón rebelde detrás de tu oreja y mirando al suelo, murmurando algo que no escuche pero que tal vez era un insulto porque hiciste esa discreta facepalm, te giraste sobre tus tobillos y seguiste atendiendo el lugar con una sonrisa menos brillante.

   No puedo decir que realmente escuche a Jiwoo y sus planes para hacerle una fiesta sorpresa a su hermano y mi mejor amigo, le di las flores  y ella me miró con sus cejas alzadas.

   —Joonie oppa, pensé que era gay. —asentí, lo había confirmado cuando no podía dejar de verte, como si lo hubieras escuchado volteaste en ese segundo y me viste.

   Soy el primero en admitir que no soy el más guapo, pero cuando bajaste la cabeza nervioso con una gran sonrisa después de que te diera un ligero guiño, me sentí el más atractivo de todos.

    —tu hermano las manda. —suspiro y seguimos platicando aunque seguias mirando, y yo a ti, por toda la tarde.

   Subí a Jiwoo al taxi cuando la hora de cerrar llegó, me dio un beso en la mejilla y prometió textearme luego.

   El clima era fresco, el cielo era de color naranja, morado y rosa, había un poco de azul y escuchaba algunas aves.

   Respire hondo y cuando estaba a punto de empezar a caminar escuche la puerta cerrándose y algunas maldiciones de tu boca cuando tu mochila cayó.

   Me acerque, obviamente te asustaste primero pero al reconocerme susurraste un pequeño gracias, te ayude a recoger tus cosas e hiciste una reverencia disculpandote por ser tan torpe.

   A todos nos pasa dije con una sonrisa que miraste sin expresión pero luego sonreíste brillante.

   Tratado de ser coqueto, pero fue un desastre, aunque no del todo porque al final estuvimos cenando juntos y reias de una manera bastante... Peculiar.

    Lo lamento, por mi orgullo principalmente, pero tal vez en ese momento yo me enamore de ti.

   Cuando el soju pintó tus mejillas de rojo y tu cabello estaba demasiado revuelto, cuando contabas chistes tan tontos que llegaban a ser buenos.
  Caminamos a tu departamento que quedaba cerca de la cafetería donde trabajabas, jugaste con tus llaves cuando por fin llegamos, no quería que esa noche acabará, tenía miedo del mañana, miraste a la puerta y suspiraste.

   —tengo que... —hiciste seña de entrar y asentí. —fue un gusto, Namjoon.

   —fue un gusto, Jinnie-Hyung.—me miraste mal porque te había llamado Hyung y reí. —adiós SeokJin.

two boys now are one;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora