hunt or be hunted

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Todos nos veian con ojos curiosos, impresionados perdimos la capacidad de entonar alguna palabra, hasta que la mujer embarazada habló.
-bienvenidos a nuestra pequeña familia, ahora están seguros .

TOM:
Pasaron 3 meses desde que llegamos, a los otros 3 no les había costado adaptarse a nuestros nuevas compañeros y a la rutina que manejaban, para mi fue más difícil, no quería bajar la guardia, protegía a los míos, los demás trataba de verlos como objetos que nos ayudaban a conseguir nuestro fin de sobrevivir, aunque Rick había ganado mi respeto y llevábamos una buena relación, el estaba consciente que no me quedaría mucho tiempo con ellos...
Me encontraba alejado del grupo, claramente molesto por lo sucedido en la mañana, Rick había decidido ir a explorar una prisión que yo había visto en mis turnos de limpieza de Walkers, y cazeria de alguna alimaña para cenar. Y en vez de llevarme a mi, había llevado al cabron de Daryl. Seguía tan ofuscado en mi pensamiento que por un segundo no había notado que alguien se acercaba. Hasta que oí un suspiro.. me regreso a la realidad de mis pensamientos. Ya sabía quien era, mi respiración se relajo y voltee detrás de mi, me veía con esa expresión de nerviosismo y dulzura, con ese rostro que no podía provocar en mi más que amor y paz al verlo, era Diana.. al ver que la miraba sus mejillas se tornaron rojas y una pequeña sonrisa de alivio apareció.
No dude en acercarme a ella, hice a un lado mi ballesta, y con mi mano derecha rodee su cintura, la acerque a mi,olí su cabello y le bese la mejilla con dulzura, ella colocó sus manos en mi pecho.
- ¿qué haces aquí princesa? Te preocupaste por mi?
- solo quería saber si estabas de mejor humor después de tu pelea con Daryl... sabes que Rick no te dijo que fueras por que...

La interrumpí,dándole un beso en esos pequeños y rosados labios que me volvían loco desde hace tiempo, no quería hablar del tema con ella.
Nos empezamos a fundir en ese beso  que cada vez se volvía más largo y apasionado... Recordé nuestro primer beso y el día que ya no podíamos más negar nuestra atracción el uno al otro...