San Valentín...

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--Ladybug, yo... yo... ¡Cuidado!--reaccioné a la flecha. Me interpuse entre mi Lady y el peligro. El poder del odio me absorvió...

Sentí como se me entumecían los miembros. Luego mi vista se tornó borrosa.

Creí oír a mi Lady decir algo, pero su voz se volvía incomprensible, mi deseo de responderle no era suficiente como para vencer a mi mareo.

Y en mi mente, pasaron a gran velocidad un montón de recuerdos junto a Ladybug. Recuerdos que me hacían llorar...

Era el efecto del veneno del Dark Cupid. Estaba por desmayarme, todo se veía cada vez más oscuro...

Aún así, medio ciego y atontado, supe que el peligro no había terminado. Sentí la piel aspera y escuché su siseo.

Me aferré a la serpiente, una boa enorme y roja, con su patrón tan escalofriante. Me miraba. Casi pude notar que al igual que yo, sentía miedo. La víbora atrapó mis manos y apretó mis piernas, para hacerme perder el equilibrio. Ya no era yo, amenazando a la bestia, ella había logrado subordinarme por completo.

Un momento antes de que ella me mordiera, el yo-yo la atrapó.

Miré hacia el origen, siguiendo su cable. Ahí estaba mi Lady, que acababa de salvarme de una muerte segura. Pero estaba diferente. Sus mallas se cubrían bajo un montón de  sedas escarlata, hasta la rodilla, con puntos de GoldStone, adornando la moteada. Pero era la misma. Mi Ladybug. Mi amada.

Mi preciosa azabache me miraba, desde lo alto de un edificio Barroco.

--Buen Día, Forastero. Me presento, soy Ladybug, la princesa Escarlata. Heroína de París, como verás. ¿Quién eres tú, forastero?

--Ladybug, soy yo, ChatNoir.

--Puedo notarlo. Había escuchado de tí. Has llegado un poco tarde, mi querido gatito. París nos necesita. El Ave Rapaz se acerca. Debemos ir con el rey, pronto.

La voz de Ladybug sonaba coqueta, interesada. Su mirada era la misma, pero su actitud era muy diferente. Estaba actuando más como lo hacía en mi mente.

--Esto debe ser un sueño.

--Ningún sueño, mi fiel compañero. Debemos defender nuestra ciudad de Ave Rapaz y del demonio que vino contigo. Sígueme y verás a lo que he querido contarte.

Me tomó la mano para levantarme. Subí junto a ella el edificio. La princesa Escarlata caminó hacia una cúspide. Nos escondimos tras una ventana. Ahí los vimos. Parecía un Aguila gigante que despedía humo por sus alas.

-Ese es nuestro primer desafío, El Ave Rapaz. El Demonio aún no se encuentra con él.

-Debemos atacar ahora.

-No podemos aún. El Ave Rapaz es muy poderoso. Va a ser difícil. Talvez lo mejor sea, primero, contar con la ayuda del Rey.

-Pues, no perdamos tiempo.

-Bien dicho, Gatito. Sígueme.

Empezó a saltar entre las murallas de París, su velocidad era impresionante, más aún, con ese extraño vesturio. Pasamos por un monasterio y atravesando la plaza, reconocí la fuente, me tropecé y me dí un golpe en la cabeza.

Mientras me sacaba el polvo, lo noté...

Estaba Hawk Moth. Miraba algo... no supe qué. Y de repente, sentí un golpe. Mi cuerpo reaccionó por sí solo. Empecé a defenderme de mi enemigo invisible.

--¡Chat, detente!

La princesa Escarlata, asustada, me apuraba para que me acercase a ella.

Su voz es tan dulce...
Ladybug me enamora cada vez más. Es realmente inevitable.

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⏰ Última actualización: Jun 02, 2018 ⏰

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