Cap. 1: Llegada a Liones: "Ese extraño joven de lentes"

539 17 13
                                    

El viaje había sido largo y pesado, pero finalmente había llegado. El reino más próximo para detenerse a descansar y explorar.

Estaba encantada con lo que veía a su alrededor, las calles concurridas de gente, de señoras que iban y venían con pan recién horneado, hombres fuertes cargando leña y hasta niños que correteaban por allí. Cientos y cientos de tiendas, repletas de baratijas, especias, frutas y todo lo que a uno se le pudiera ocurrir. La azabache parecía danzar con cada paso que daba y era inevitable que la gente que pasara por allí posara su mirada en ella, no era un detalle menor el que ella tuviera una apariencia... llamativa. Tez mortecina que destacaba con su vestimenta oscura, cuerpo voluptuoso, atributos pronunciados, un largo y suave cabello negro azabache, unos ojos grises profundos y labios carnosos. Una joven sin dudas inusual, extranjera.

De tanto en tanto, aminoraba su andar para observar las baratijas y las deliciosas comidas que estaban a la vista en las tiendas, como una niña feliz saliendo de compras por primera vez.

Nada podía ser mejor, incluso el panorama era bello y podría perderse por horas, pero tenía que recordar que antes de que cayera la noche, debía encontrar un lugar donde dormir y comer, o acabaría acampando afuera. Pero aquel hermoso reino tenía tanto para ofrecerle, una nueva aventura quizás le esperaba a la vuelta de la esquina, o un golpe de suerte.

Pensando en todo lo que podría hacer en tantos sitios estaba, hasta que de entre el murmullo cotidiano logró oír algo que inmediatamente captó su atención, volviendo sus propios pasos hacia la dirección en la que provenían aquellos sonidos, que al comienzo no podía distinguir, pero a medida que se acercaba sus impresiones eran las de una voz femenina suplicante. Tragó duro, a su vez que seguía la dirección de aquella voz, hasta que a cierta distancia logró hallar a su objetivo. Una jovencilla era acorralada por un hombre fornido y amenazante, que le reclamaba vaya uno a saber qué. Apretó sus puños y decidió acercarse, estaba indignada con lo que estaba viendo.

-Oye, disculpa pero...¿podrías dejar a la chica en paz?-

Le tocó el hombro, pero éste le ignoró a propósito. Al ser ignorada de tal manera, se enfurece y jala al tipo para que sí o sí le preste atención.

-¡Maldito imbécil! ¿no me escuchaste? ¡Te dije que la sueltes!-

La gente al oírla elevar su voz, se acerca alrededor lentamente, con expresiones de desconcierto y temor, pensando que lo que ella estaba haciendo era algo peligroso.

✴✴✴✴✴✴✴✴✴✴✴✴✴✴✴✴✴✴✴✴

Su andar era lento, la distancia que tomaba de las personas era algo corta, ya que su intención era clara: esconderse entre la multitud. Sus ojos dorados pronunciaban una mirada completamente perdida y sin sentimientos detrás, su rostro aunque fino y buen mozo, mantenía una expresión fija que se ocultaba a través de unos lentes. ¿Su intención? conocer aquello que para él era completamente desconocido, por lo cual siempre estaba en búsqueda del saber.

Sus manos tomaban unos libros mientras que su vista analizaba la mayor parte de las caras que lo rodeaban, hasta que una escena se hizo presente casi justo en sus narices. Una joven con grandes indicios de odio le gritaba a un hombre que estaba acosando a una joven de la ciudad. Caminó un poco hacia delante, llevándose a la gente por el medio sin pedir permiso, hasta así quedar tan cerca de aquella discordia entre humanos.

Una de sus manos colocó el libro dentro de un bolso de lado que llevaba, mientras que la otra acomodaba sus gafas, interesado en la discusión pero sin querer intervenir. Hasta cierto punto se disponía a analizar la situación para intentar aprender algo nuevo ese día.

-Por qué aquella chica intenta defenderla, no parece estar vinculada a ella.-

Murmura el joven pelirosado, tratando de leer la situación que tenía delante, conforme avanzaban los minutos.

❣ El amor que nos une ❣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora