Arrancando Sentimientos

1K 77 36
                                    

Estaba decidido.

Después de todo no tenía más dignidad que perder que la que él se había llevado ya.

Ese maldito, como me gustaría arrancarle los ojos, molerle la cara a golpes, arrancar de raíz esa puta cabellera aguamarina y...y...y...

No podía, toda la rabia y dolor no era nada comparado al amor tan puro que siento por él, es algo que simplemente no puedo cambiar ni luchar. Él es todo el motivo de mi depresión, de mi constante ansiedad de salir y topármelo para que derrumbe todo lo que ya he sacado a flote, de mi aislamiento de mis compañeros y amigos, de mi supuesto "descanso" de tocar en la banda. De cualquier modo, no tenemos la fama que nosotros deseábamos pues nos dedicábamos a tocar en un pequeño café esperando a que algún caza-talento se dignara en aparecer y salvarnos de nuestra miseria.

En ese maldito café fue cuando lo vi por primera vez.

Con ese porte tan elegante que lo caracterizaba y lo hacía parecer de la mismísima cuna francesa; esa mirada que congelaba tanto como el cero absoluto; esa piel tan pálida y tersa; esa voz que parece tan masculina y a la vez tan melodiosa añadiéndole ese exquisito acento francés. Mis amigos no dejaban de reírse de mí la primera vez que lo vi, estaban en plena presentación cuando posé mi mirada en esa magnífica pieza de arte.

Me quedé en blanco y dejé de cantar pues en mi mente solamente estaba la imagen de ese tipo que al ver mi reacción, embozó una ligera sonrisa y desvió su mirada a su computadora. Aioria se encargó de terminar la canción mientras que a mí por poco se me caía la baba.

Nuestra historia fue corta pero ha sido la más hermosa de todas. Siempre que íbamos a tocar él estaba ahí y siempre fijaba su mirada en la mía al igual que yo. Después de esos ligeros coqueteos lejanos me atreví a acercarme, al inicio me sentí como un estúpido porque no hice más que balbucear y decir cosas sin sentido, me sudaban las manos y mis nervios no estaban tranquilos. A pesar de todo eso, se rió y aceptó salir conmigo. Esa noche ha sido la mejor en toda mi vida, salimos a cenar, después pasamos por un pequeño kiosco muy hermoso, lo acompañé a la biblioteca y luego fuimos al centro de la ciudad, donde gracias a mi torpeza, caí en una fuente. Él no dejaba de reírse y me pareció que era la risa más contagiosa de todo el mundo me vengué de él y lo tiré conmigo a la fuente. Todo ese tiempo hablábamos de cosas privadas, nuestros gustos, placeres culposos, historias de amor de la adolescencia, cosas sin importancia que hacían de nuestra pequeña salida una maravillosa cita.

Así duramos al rededor de cuatro meses y me tomó seis decirle la verdadera razón de porqué lo había invitado a salir aquella vez. Recuerdo que estaba muy animado, entré a su edificio cantando una canción muy pegajosa, saludé al portero y subí por las escaleras a su departamento, toqué tres veces y la puerta se abrió dejándome ver a un chico pelirrojo. Esa jodida zanahoria me había quitado a la persona más importante de mi vida, y aunque al principio no le creí, me dijo lo que realmente pensaba hacerme: quería sacarme todo el dinero para luego volver con ese idiota y largarse a Siberia.

No le dí la dicha de verme roto. Solamente le di un puñetazo en la cara y salí corriendo de ahí, para mí mala suerte el cubo venía entrando, trató de detenerme pero antes de que me dijera una sarta de falacias me largué de ahí, gritando que no me volviera a buscar y que jamás me volviera a dirigir la palabra.

Pasaron 2 meses en los que me revolqué en mi propia miseria, en los que todo perdió sentido para mí, en donde me hice de vicios asquerosos y viles que alguna vez me juré evitar, en donde me alejé completamente de mis amigos sin contestar sus llamadas ni dejándolos pasar a su apartamento, en esos dos malditos meses ignoré a la persona que acabó conmigo.

Después de un buen sermón de Aioros donde el desgraciado había entrado con una fuerte patada en la puerta y me sometió con la cara al suelo... y por poco terminamos golpeándonos, por fin reaccioné. No valía la pena mandar al diablo todo lo que tenía por una persona que ni siquiera se dignó en contactarme mientras todo esto pasaba.

Traición (MiloxCamus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora