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—¡Mierda, mierda! Ya llego tarde —Al despistado búho no le había sonado la alarma —o más bien no la había escuchado— y ahora tenía que darse prisa o llegaría tarde a su "cita" en el zoo.

Llevaba bastante tiempo esperando por aquella exhibición de búhos, y por fin era su momento. Al parecer, esta era la primera vez en mucho tiempo en el que dejarían a los visitantes poder interactuar con los búhos. Estaba planeado también una representación con los animales, mostrando a cada uno y su forma de volar.

No le había dado tiempo a arreglarse del todo por lo que había cogido una gorra, para que no se notase que hoy no llevaba el pelo con su forma característica. Poco más y se olvida la entrada y las llaves en casa. No le había venido muy bien irse a vivir solo a pesar de que es lo suficientemente independiente. Quizá su pelo era la razón por la que tanta gente, en especial chicas, se le quedaba mirando en el metro, o quizá podría ser esa extraña sonrisa de felicidad que estaba dibujada en su rostro.

Soltó un suspiro de alivio cuando comprobó que no había demasiada cola para entrar, había llegado justo a tiempo. No pasó demasiado tiempo hasta que pudo entrar, o más bien, no se enteró al estar atento del móvil, mandándole mensajes en mayúsculas a su mejor amigo Kuroo.
Ahora se encontraba frente al encargado de recoger las entradas, un tipo con cara de pocos amigos que hacía su trabajo en silencio. Le entregó su entrada que tenía bien preparada, éste se la devolvió luego de quitar una parte. Se quedó mirándola al mismo tiempo que andaba, por la noche la guardaría en su diario para no olvidar este día jamás.

Debido a que era temprano no había mucha gente; un matrimonio con un hijo, un señor que estaba mirando el puesto de comida como si no hubiese desayunado, algunos encargados dando vueltas preparando alguna actividad a última hora. Aunque no sabía si era mejor o peor, podría visitar el zoo con más tranquilidad, sin embargo, la gente es agradable en cuanto a amantes de los búhos se trata.

Búhos, eso es. Fue corriendo a donde se encontraban los búhos sin necesidad de usar el mapa que había cogido por si acaso se llegaba a perder.
Cuando llegó pudo observar como la ausencia de gente por todo el zoo era debido a que todos se habían aglomerado al rededor de los animales para no perderse nada. Había espacio suficiente para que pudiese ver, además de que gracias a su altura podía observar a los animales sin dificultad alguna.

Comenzó a observar uno por uno; había algunos que eran muy grandes e imponían, otros que a pesar de ser más pequeños su mirada seria y decidida te advertía que era mejor no molestarlos o su próxima comida serías tú. Si los del zoo les dejaban, claro.
Después de que su vista fuese saltando de un búho a otro acabó por posarla sobre uno con plumas grisáceas, mucho más blancas que negras, que se encontraba tranquilamente mirando a la gente. A pesar de estar tranquilo en su lugar, se le veía con mucha energía para ser una criatura tan pequeña.

— ¿Cómo se llama ese búho de ahí?
Pudo escuchar una ligera risa a sus espaldas, aunque no entendía el motivo de la misma.
—¿O. . . ocurre algo?— Se dio la vuelta rápidamente mientras ponía una mueca de enfado que nada quedaba bien con su personalidad alegre.

Volvió a escuchar la misma risa, provenía de uno de los encargados. Su mueca de enfado se disipó completamente al contemplar al encargado, quien a pesar de tener una mirada dura y formal estaba allí, riéndose de él. Se había quedado prendado de él.

—Es que se parece a ti— Dijo echando un rápido vistazo al búho y volviendo la vista al confuso Bokuto, quien se dio la vuelta, frunciendo el ceño. El encargado no pudo hacer más que sonreír ante el libro abierto que era.

—¡Pues si ese se parece a mí, ese búho de ahí es igualito a ti!— Señaló al pequeño animal que descansaba apaciblemente hasta que fue, para su desgracia, molestado. Miró con expresión severa al que le señalaba, sus ojos amarillos no entendían aquella rara estrategia de seducción.

—Ese búho de ahí igualito a mí es un mochuelo de hoyo, y yo soy Akaashi — Acompañó sus palabras con un leve gesto de cabeza y sin añadir más se fue silencioso cual suspiro, bajo la atenta mirada de Bokuto, quien tenía la boca entreabierta por aquella escena.

Le costó varios minutos asimilar lo que acaba de suceder, y cuando pretendió ir a buscar al encargado de nuevo se había esfumado, ¿habría sido su imaginación jugando con sus emociones?

Llegó la hora de la comida. Bokuto se había traído bastante dinero ya que tenía planeado comer ahí y por si llegaba a comprarse algún recuerdo de su gran visita a ver los búhos. A pesar de que la mitad del día se había consumido ya, no tenía casi nada de hambre, extraño debido a su naturaleza activa y que no había parado quieto ni un segundo. A pesar de eso, se dirigió a los puestos de comida que estaban relativamente cerca de la entrada del zoo.

Pidió un bocadillo, sin pararse a pensar mucho de qué lo iba a pedir, eligiendo la primera de todas las opciones. Se sentó en una mesa no muy alejada y se preparó para degustar aquel "manjar de dioses".
Antes de dar ningún bocado, miró con rapidez todo el lugar. Era algo que llevaba haciendo por un buen rato, estar atento a su alrededor. No había ningún motivo oculto salvo el de volverse a encontrar con el bello encargado Akaashi, ese encargado que le había robado su "frío" corazón.
Suspiró con resignación y se llevó la comida a la boca, masticando sin mucha energía.

[ ❉ ]

Una suave campanita resonó por todo el lugar, advirtiendo de que quedaba poco tiempo antes de que cerrasen el zoo. Todavía no se había hecho de noche, no obstante era tarde.
Había sido un día memorable; se había sacado miles de fotos, había conocido a varias personas con quienes había intercambiado su correo electrónico, se había decidido y se había comprado un peluche de un búho que según cierta persona se parecía a él y que pondría junto a su otro peluche, uno de Rowlet. 
Por otra parte, había conocido a un lindo encargado mas, a parte de su encuentro, no le había vuelto a ver en todo el día. Estaba un poco triste por ello pero le quedaba la esperanza de volverlo a ver por la ciudad. 

Se colocó de nuevo su mochila en la espalda y, antes de irse definitivamente del parque, dio otro vistazo rápido al zoo pero él no estaba allí.

❒; ⋮  ❛ Owls hunt at night. ❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora