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El cementerio estaba un poco vacío ese día, solo se lograban ver unas pocas personas caminado con ramos de hermosas y coloridas flores. El clima resultaba agradable; la suave brisa estival cruzaba por las hojas de los arboles haciendo que estas bailaran y emitieran un sonido tranquilizador.

En una lápida de mármol oscuro y bien pulido se encontraba recostada aquel niño de cabellos oscuros que iba a visitar ese viejo cementerio todos los fines de semana y ese día no era la excepción.

Está vez iba acompañada de su madre , la mujer alta y esbelta que casi nunca se paraba frente aquélla lápida, ahora estaba ahí junto a el mientras acariciaba la cabellera de el pequeño niño que secaba rápidamente las pequeñas lágrimas que se habían atrevido a escapar de sus ojos.

-¿te ha gustado el regalo que te traje, padre?- dijo Yoongi con voz animada mientras veía el nombre gravado en aquella lápida -.Lo he hecho yo, madre me regaló pinturas nuevas y se me ocurrió que podría darte un dibujo por tu cumpleaños; aquí éstas tú, aquí está mamá y yo estoy aquí. -señaló con sus dedos cada uno de los ya mencionados en aquel dibujo-. ¿me has visto? Me he dibujado con músculos por que voy a crecer y seré el mejor pintor de todo el mundo y seré una gran persona así como tu lo eras, ayudaré a la gente como me lo enseñaste y sobre todo cuidaré de mamá, pero descuida, también vendré a verte no importa que tan famoso sea, toda la gente hablará de lo talentoso que seré y tu te sentirás orgulloso.
Te veré luego padre, mamá ya está un poco desesperada por irse, hoy es tu día especial así que celebralo muy bien junto a al abuelo, te extraño.

El pequeño pintor se levantó dejando todo en orden para hacer lucir agradable sus regalos y sacudió el polvo de sus pequeñas rodillas, tomó la mano de su madre para caminar a la salida de aquél cementerio.

El sonido de una llamada entrante rompió con el silencio de aquella caminata y la señora Min soltó la mano de su hijo para contestar aquella llamada, término alejándose un poco y diciéndole a el pequeño Yoongi que no se moviera de ahí.

Ya en la salida de aquél lugar Yoongi comenzó a jugar con unas pequeñas rocas que se encontraban dispersas por el piso para entretenerse un poco en lo que su madre regresaba.

Una sonido bastante peculiar lo distrajo. A pesar de que se escuchaba muy a lo lejos el sonido que llegaba hasta sus oídos era claro.

Aquella dulce voz que escuchaba no parecía nada menos que la voz de un ángel, un pequeño ángel. Yoongi no iba a quedarse ahí parado después de haber escuchando aquello y sentir tremenda curiosidad de seguir escuchando, así que, mirando a todos lados en buscan de su madre y después de verificar que aún se encontraba entretenida con aquella llamada telefónica, caminó confiando de su sentido guiado por aquella voz.

- Of all the money.~

Yoongi por fin había encontrado a la persona de la cual provenía aquella dulce voz.

Un pequeño niño con cabellera rubia estaba sentado bajo un árbol, sostenía con sus pequeñas y regordetas manos una caja de madera mientras tenía la cabeza mirando a dirección al cielo pero sus pequeños ojos permanecían cerrados.

El pequeño de cabellos negros se acercó a el hasta estar tan cerca como para ver sus rostro.

Oh, dios... A Yoongi casi le dio un ataque de ternura, aquél niñito poseía un rostro igual de angelical que su voz. Pero toda su atención se fue a aquellas rosadas y redondas mejillas que se movían mientras el ya nombrado cantaba.

- that e'er I spent
I've spent it in good company-.siguió cantando el pequeño rubio sin siquiera notar la presencia de este otro.

Yoongi abrió la boca con sorpresa al reconocer la canción, aquella era la canción que el solía cantarle a su padre cuando era un día triste, o cuando más lo extrañaba.

Quería decirle algo a aquél niño bajo el árbol pero cerro su boca antes de que alguna palabra saliera de ella y giro su cuerpo en dirección a donde se suponían que estaba su madre.

No quería que aquella mujer lo regañara así que pensó en irse de ahí lo antes posible, ya había saciado un poco su curiosidad al descubrir el dueño de aquella linda voz.

Giró su cabeza para darle un pequeño vistazo al rubio y al darse cuanta que este ya había abierto sus ojos y estaba mirando hacía su dirección inclinando un poco la cabeza hacia un lado y con una expresión de confusión, su pálida y pequeña cara se pintó de un color rojizo.
Yoongi al notar esto salió corriendo en dirección a su madre sin explicación alguna.

- ¿dónde estabas? Casi me da un infarto cuando no te vi donde te dejé -. Dijo la madre casi histérica -. ¿Cuantas veces te he dicho que si no estoy no debes moverte de tu lugar? Algún día me vas a sacar canas verdes.

-Lo siento, juro que no volverá a suceder.
Solo que estabas tardando mucho y yo estaba un poco aburrido-. Dijo mientras miraba sus manos.

-vamos, tengo que ir a trabajar, hoy te quedarás solo en casa, la abuela no podrá cuidarte hoy.

- ¿Está enferma de nuevo?-. Preguntó el pequeño formando un puchero con sus labios.

- Algo así pequeño, pero estoy segura de que va a mejorar, pero ahora sube al carro. Podrás hacerle dibujos cuando llegues a casa para que cuando vayamos a visitarla puedas regalárselos para que se sienta mejor, sabes que ella adora tus dibujos-. La señora Min miró a su hijo con una sonrisa tranquilizadora y subió a la parte del conductor mientras se aseguraba de que el pequeño tuviera puesto el cinturón de seguridad.

Yoongi estuvo tarareando cualquier canción que se pasara por su cabeza en todo el camindo, mientras que su madre conducía en silencio.

Cuando por fin habían llegado a su casa ; Yoongi camino rápidamente hasta la puerta de esta sin esperar a su madre.

- Quiero pintar madre, abre la puerta ya por favor.- dijo mientras daba pequeños saltos frente a ella.

- Ya voy , ya voy.- contestó su madre mientras se reía por lo bajo de lo tierno que era su hijo cuando hacía ese tipo de cosas.

La señora Min se despidió de su hijo pero no sin antes dejarle números e indicaciones de emergencia.

Corrió torpemente hasta su habitación , sacó sus pinceles y sus pinturas para comenzar su nueva obra maestra.

-Necesito rosado, mucho rosado para poder hacer sus lindos cachetitos-. Se cubrió la boca con las manos después de decir aquello y entre pequeñas risitas traviesas se sentó en el piso-. Que chico tan tierno.

Rosy cheeks ; Yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora