Capitulo II

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Una luz repentina me segó, trate de taparme la vista pero algo me lo impedía, unas cadenas salían desde mi muñeca hasta un anillo fundido en la pared de piedra detrás de mi . La luz volvió junto a un fuerte dolor en los ojos, cuando de nuevo pude recuperar la visión, me dí cuenta que un hombre me miraba desde el exterior de mi prisión, me observaba con cara repulsiva, como si me culpara de algo, su cara estaba totalmente destruida y sus ojos totalmente negros, intente gritar para pedir ayuda pero nada salia de mi boca. El hombre esbozo una sonrisa al ver mi desesperación y entro a la sala y de un golpe todo se volvió negro
"Debes cuidar a la niña, ella es nuestra ul...tima esperanza... Salvalos"

Me desperté de un brinco, mi corazón latía muy rápido y el sudor me bajaba por la cara. Cristal estaba arregostada contra un pequeño árbol, estaba temblando, era una noche bastante fría. Hacia una semana que escapamos del carnaval y la ultima vez que vimos señales de vida fue dos días atrás, donde nos pudimos quedar en una pequeña posada con comida y agua, pero ahora sobrevivíamos con un par de ardillas y huevos que Cristal había encontrado en un nido que se había caído de algún árbol. Me acerque a la niña y tomándola en mis brazos me acerque a la fogata para calentarla. En estos días que la he cuidado le he cogido mucho cariño, para ser una niña de 7 años es bastante inteligente y activa. Sabe leer y contar hasta cien, no es mucho pero... Le iré enseñando cosas en el camino, necesita saber como sobrevivir en este mundo, por ahora la cuidare con mi vida, pero, si me llega a suceder algo debe saber seguir a delante...

Adelante... Alto, ¿A donde me dirijo? No lo había pensado, solo he estado huyendo estos días y tratando de sobrevivir caminando en una sola dirección pero... No duraremos mucho si sigo así, en la mañana tratare de encontrar algún pueblito en el que pueda conseguir un mapa de la zona, supongo que es la única solución, también debo encontrar algo de comida y un lugar donde afilar mi espada, aun no me he visto forzado a usarla mas que para picar nuestra comida o abrir alguna que otra lata, pero tengo un mal presentimiento de que en algún momento la tendré que usar.


¿Desde cuando estoy forzado a llevar una espada? ¿Cuando fue que todo se fue a la mierda? Ya ni lo recuerdo, me da algo de gracia pensar que hace al menos once años vivía en una casa normal rodeado por mi familia en una ciudad alejada de los problemas, o eso pensábamos. De un día para otro, unos asesinos invadieron la ciudad y mataron a cada persona que se les a travesó por delante, incluida mi madre y mi padre, supongo que yo tuve suerte, cuando los asesinos llegaron a mi casa fue mi padre quien bajo a enfrentarlos pero no paso mucho tiempo antes de que de un grito supiéramos que su vida había llegado al final. Mi madre, bueno, ella me salvo la vida, lo ultimo que recuerdo fue que me vio a los ojos y me dijo "Se fuerte, no te muevas hasta que ellos se hayan ido, cuando eso pase... Huye lejos", de su bolsillo saco una pequeña pistola y se disparo en el estomago, salpicándome de sangre para luego caer sobre mi desangrándose y llorando pidiéndome que no me moviera, hasta que simplemente no hablo mas. Cuando llegaron los hombres al cuarto donde yo me encontraba hablaron por radio describiendo un suicidio doble, robaron todo lo que pudieron mientras que mis lagrimas se unían con la sangre de mi madre. Dos semanas después escuche a dos soldados hablar, decían que toda la ciudad había sido arrasada, también hablaron sobre un plan y de que era hora de abandonar la ciudad por que esta dejaría de existir. Esa noche fue la ultima vez que escuche hablar de mi ciudad, años después me entere que habían explotado una bomba nuclear eliminandola de la faz de la tierra y eso ha pasado ciudad tras ciudad, dejando este continente casi vació.

Ahora que lo pienso, solo hay una ciudad la cual sigue en pie; La capital. Algunos la describen como una ciudad llena de persona raras que no saben nada de lo que pasa mas allá de sus fronteras, pero si es tan segura como dicen, es allí donde debería llevar a Cristal, su madre había dicho que ella es nuestra ultima esperanza, aun no se a que se refería, pero creo que allí es donde ella estará mas segura.

El sol ya se empezaba a salir por el horizonte cuando Cristal comenzó a moverse, abrió lentamente sus ojos y me miro con cierta curiosidad.

-B-Buenos días - Dijo mientras daba un pequeño bostezo y masticaba aire - ¿Que hay para desayunar?

-Nunca paras ¿Eh? Pareces una cosechadora, solo comes y comes. -Me levante y me acerqué a ella, para dale un pequeño empujón en la frente con dos de mis dedos.

-Cose... Cosechadorora? -Soltó una pequeña carcajada al ver mi cara de confusión - ¡Dices solo palabras raras, Sam!

-Bueno, como sea - Tome mi mochila rápidamente y comencé a recoger todo, las mantas y los instrumentos que usamos para encender fogatas cabían tranquilamente. - Ya encontraremos algo de comer en el camino.

-¡Mira, Sam! ¡Encontré frutas! -Cristal, que había estado husmeando en un arbusto cercano, tenia unas bayas de color amarillo con puntos negros. - ¡Vamos a comer frutas!

-¡Cristal, no! -Tire el bolso al suelo y corrí hasta ella antes de que probara alguna, escuche el sonido de un cristal golpeándose y rebotando en el suelo. - ¡Esas son...!

Un pequeño palo de madera había golpeado la mano de la niña antes de que pudiera reaccionar, así que la tome rápidamente colocandola detrás de mi y sentándome sobre mi mochila, ocultando así la joya que se había salido de esta.

-Tuviste suerte que andará por acá. -Una voz infantil surgió de la rama de uno de los arboles cercanos. ¿Había visto la joya? Esperaba que no. - Mi nombre es Tera, ¿Que hacen en la propiedad de mi abuelo? 

La nueva eraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora