holy sinner | nomin

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ACLARACIÓN: Mi intención no es ser una blasfema o algo parecido, es solo una historia. Si no es tu estilo, eres libre de no leerlo; de lo contrario, eres totalmente bienvenido/bienvenida.

╔⊶⊶⊶⊶⊶✞⊷⊷⊷⊷⊷╗

-Jaemin, mi amor. Ven un momento, por favor.

Jaemin rueda los ojos mientras permanece acostado en su cama, su habitación se siente demasiado acogedora como para querer salir de ella, además de que todavía está enojado con su madre por la hipocresía en la que es experta.

Desganado se levanta y baja hacia la sala, en donde su mamá se encuentra sirviendo té al pastor de su iglesia y al hijo de este. No lo conoce bien, pero ya lo odia; ya los odia a ambos, a los tres, a todos.

-Amor, ven a sentarte con nosotros.

Con el semblante serio, Jaemin se acerca a ellos y se sienta en el sofá junto a su madre, mientras a un costado de ellos están los Lee. Su madre solía permitirle no asistir a la iglesia con la excusa de que necesitaba estudiar, pero desde que le confesó que era gay, ella le había obligado a ir todos los fines de semana durante casi un mes. Jaemin todavía podía sentir la bofetada de su padre en su mejilla y las lágrimas escociendo sus ojos mientras evitaba romper en llanto.

-Jaemin-ah, ya conoces al pastor Lee Donghae. Este es su hijo, el hermano Jeno. Él se ha ofrecido muy amablemente a conversar contigo todas las tardes como amigos, enseñarte la palabra de Dios y guiarte por el buen camino. ¿No es así, hermano Jeno? -su madre sonríe y le abraza por los hombros. Jaemin siente que quiere vomitar.

-Claro que sí, hermana Eunhye -sonríe el chico, y Jaemin piensa que sus palabras le hacen parecer más estúpido debajo de esos lentes de pasta y el traje formal.

Jaemin no puede ni debe replicar, simplemente permanece callado y quieto, con la mirada paseándose por toda la sala.

-La hermana Eunhye me contó sobre tu... condición, Jaemin -dice Donghae, su tono de voz es suave y amable, pero sabe que si él fuera hijo suyo, seguramente le habría hecho cumplir alguna penitencia sangrienta-. No queremos juzgarte, hijo, solo ayudarte a encontrar a Dios.

Jaemin se encuentra con su mirada y quiere responderle un par de cosas para nada amables. Él no quiere odiarlos como lo hace ahora, ni quiere destruir sus convicciones. Incluso todavía encuentra agradable el tener a Dios en su corazón, y es por eso que no puede entender cómo sus propios padres quieren cambiar lo que es.

No es un mal hijo, no es grosero ni desobediente, tiene buenas notas en la escuela y ya sabe qué carrera quiere estudiar. Él simplemente es gay, prefiere a los hombres antes que a las mujeres, y piensa que eso no tiene nada que ver con ser una mala persona.

Sin embargo, sus padres no piensan así.

-Yo creo en Dios, señor Lee...

-¡Y eso me da gusto, hijo! Significa que el Señor no te ha abandonado.

Jaemin piensa que probablemente lo haya hecho. Ahí mismo, en la sala de su propia casa, siendo atormentado por unos religiosos asqueados de sus preferencias sexuales, Jaemin siente que Dios le abandonó.

-Jeno, cariño, ¿por qué no subes a la habitación de Jaemin y le muestras un poco de lo que sabes? Estoy segura de que puede aprender mucho de ti.

-Claro, señora -responde el chico y se levanta, pero es detenido por el pastor.

-Si no le importa, hermana Eunhye -Donghae habla con un poco de nerviosismo-, preferiría que el hermano Jaemin y Jeno trabajaran cerca de nosotros.