MISERICORDIA

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Misericordia
¡Qué palabra tan difícil!
En cada oportunidad le agradezco a Dios por su infinita misericordia para conmigo, pero sólo hasta ahora logró entender lo difícil e importante que es.
Por mi temperamento soy una persona perfeccionista, rápida, activa, práctica, apasionada, autosuficiente, y bastante responsable; aunque para muchos esas pueden ser excelentes virtudes por la que se puede reconocer a una persona también puede ser el motivo por el cual te juzguen, porque así como me exijo a mi misma para cumplir con cualquier compromiso, en un trabajo en equipo también me gusta ver resultados y que todos trabajemos a la par, en muchas ocasiones olvidando que cada persona es diferente y que no todos tienen el mismo temperamento que yo y que no todos hacen las cosas por gusto (grave error).
Pero ¿en que entra la misericordia aquí?, pues la misericordia es lo que vendría a regular eso entre mi temperamento y el aceptar a cada persona, la misericordia sería la única forma de poder trabajar en equipo correctamente, el aceptar a cada quien por lo que es, por lo que tiene para dar, aceptar lo que cada uno puede enseñarme y valorar el talento de los demás, Pero por sobre todo entender cuando no sepan realizar algo y con mucho amor poder enseñarles lo que se (porque tampoco me las se todas) o que simplemente no todos trabajan a mi porque simplemente son ellos mismos.

El trabajo en equipo en general, pero sobre todo en la Universidad, me hace entender la misericordia, cuán difícil es trabajar con personas que no quieren trabajar, que siempre quieren ir en coche, que quieren las cosas fáciles o que com cualquier cosa se ofenden y dejan de trabajar, que difícil esas personas que no se dejan guiar, que no se dejan corregir, ¡Que difícil tener misericordia con ellos!
Pero entonces hoy Dios me regalaba estaba palabra "MISERICORDIA" y me decía, con ¿quien más se va tener misericordia si no es con esas personas?, las demás no lo necesitan porque es con quienes compartes siempre, pero esas que son tan diferentes a ti son quienes la necesitan y luego remata, ¿acaso no has sido tu también así conmigo?, queriendo yo trabajar en equipo contigo, te enojas cuando te corrijo, quieres hacer las cosas a tu manera, no te dejas enseñar, quiero que vallamos un poco más rápido y tu te empeñas en que sea yo quien te empuje a si quiera voltear la mirada, ¿acaso no eres tu igual a esos de los que te quejas?, ¿acaso por eso me voy a justificar en mi soberanía para no tener misericordia de ti?

Fue allí donde entendí lo que es la misericordia, aunque he aprendido tanto sobre misericordia ninguna enseñanza como la que me regalo mi papá hoy, para ser misericordioso se necesita amor y Dios es amor, así que si me falta misericordia quiere decir que también me falta Dios. Él es nuestro maestro a seguir, nadie como Él, su misericordia me alcanzó y me sigue alcanzando cada día, por eso quiero agradarle con toda mi vida, porque Él me amó primero.

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.
Salmos 51:10

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