Hola, papá,
he querido decirte muchas cosas
que desde niño he callado.Siempre quise ser como tú
porque escuchaba que eras el mejor.
Trataba de imitar todo de ti
para así llamar tu atención.
Quería sentir que me amabas
y que no era solo un error en tu vida;
quería aprender de ti, los misterios de la vida, el cómo patear un balón, el cómo conquistar a una chica.
Pero aprendí de ti que llorar era sinónimo de debilidad, que debía guardarme todo para mí.
Aprendí a no demostrar lo que sentía, por más dolor que sentiera por dentro.
Aprendí que no a cualquiera se le puede llamar amigo y que a veces es mejor irse a mitad de una pelea.Con el tiempo, todo lo que pensaba de ti lo fuiste destruyendo poco a poco con los comentarios que hacías; con esa forma tan extraña de ver la vida y que yo no compartía.
Tú, ese hombre que siempre admiré; el hombre que yo quería ser; el que fue un esposo modelo; el que me enseñó que se debe dejar todo por su familia y que solo se debería amar a una mujer.
Cómo olvidar las veces que me gritabas cuando abrazaba a una amiga, porque decías que se veía mal y que siempre se debe respetar a una mujer.
Pero ahora tus palabras quedaron vacías; no te juzgo porque errar es de humanos y arrepentirse de valientes.Sé que piensas que no te queremos o que solo te buscamos cuando se trata de dinero.
Déjame decirte que estás equivocado; siempre te hemos amado y lo seguiremos haciendo, tal vez no lo demostramos como se debería, pero fue la forma como nos enseñaste a ser contigo.Aunque ahora, que somos adultos, entendemos el porqué de tu falta de apego hacía nosotros.
Sé que sacrificabas tu tiempo para el bienestar nuestro;
sé que ahora la última de nosotros, es quien disfruta de tu amor y compañía, solo quiero pedirte que después de leer estas palabras, no defraudes a esa niña que aún te ve como su héroe.Gracias, papá, por todo lo que hiciste y haces por nosotros. Te amo, papá.