『Yuto tiene un crush en Yanan, y justo cuando pierde las esperanzas para conquistarlo, ocurre lo que jamás imaginó』
•Relación ↝ yυтo/yanan {yυyan}✭
•Género ↝ ғlυғғ✭
•Duración ↝ one-ѕнoт✭
«Un crush es un flechazo. La palabra viene del inglés y significa “amor a primera vista”, es como un amor platónico en el que una persona de repente se encuentra con su alma gemela, con aquella que siente una conexión especial. Además, hay un montón de sentimientos que se experimentan estos días.»
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··•Yuto era una persona mayoritariamente solitaria, tranquila, reservada. No era precisamente fanático de la hiperactividad y de mostrar en todo momento sus sentimientos. Muchas veces le había llevado a que sus amigues se cuestionaran si realmente estaba bien, pero el problema más grave no era ese. Tener un crush puede ser un desastre si de veras eres consciente de que nunca tendrás una oportunidad. Así es como pensaba Yuto, por mucho que intentara hablar con él no podría conseguir nada. Se consideraba antipático y aburrido cuando conocía a alguien nuevo. Y, sinceramente, no quería espantarlo.
Nadie, a parte de él mismo, sabía acerca de su pequeño —no tan pequeño— crush en el chico que se mudó hacía casi un año a su ciudad. Su nombre era Yanan, y provenía de un pueblo de China. Por increíble que fuera, dominaba bastante bien el coreano, quizá un poco menos que Yuto, quien vino a Corea unos cinco años antes desde Japón.
Y, como iba diciendo, Yuto ni siquiera supo cómo pasó; el hecho de que Yanan empezara a «hacerle tilín». El chico era casi como un ángel. Tenía la piel nívea, sus cabellos teñidos de un rubio blancuzco y su sonrisa era la más bonita. Su voz era suave, y siempre era amable y amigable con los demás. Yuto creía que era imposible no gustar de él.
Otro problema era que nunca le había gustado nadie, y por eso no tenía ni idea de cómo acercarse a Yanan.
No lo podía consultar con sus amigues, pues no lo sabían. La verdad era que estaba mejor de esa manera, sentía que todavía no estaba preparado para confesarse. Además, era solo un estúpido amorío que se pasaría enseguida, solo tenía que dejarlo estar; darle tiempo al tiempo.
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Un día, en la cantina escolar, Yuto vio una escena que hubiese deseado jamás presenciar. Yanan estaba al lado de otro hermoso chico, y en un momento dado este le dio un beso en la mejillas. El japonés deseó tanto poder ser aquel adolescente. Ahí fue donde todas sus escasas esperanzas se tiraron por el retrete, muy probablemente Yanan estuviera saliendo con él.
Tampoco le dolió tanto, ya que se había mentalizado de que no tendría ni una sola oportunidad con él.
Suspiró, tomando un sorbo de su mocha frappé y prestando atención a su teléfono móvil. Entonces, la sombra de una persona cubrió su pantalla, lo cual hizo que subiera su mirada hacia ella. Yuto casi se atragantó con el frappé al ver a Yanan en frente de él, sonriendo con esa típica expresión angelical.
