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Taehyung palmea el volante con suavidad, siguiendo el ritmo melódico de la canción mientras su mirada se mantiene fija en el camino. Se ha cruzado con un par de vehículos, pero mientras más se pasea a través del pavimentado, menos presencia humana encuentra. Alguno que otro negocio, grupos de personas bebiendo en bancas y hasta animales paseándose; todo desaparece, llegado a un punto del camino, en donde los árboles se yerguen en ambos costados de la carretera. Taehyung observa la hora en la pantalla de su móvil, ha pasado media hora de las doce de la noche, en la que ya ha respondido a más de cinco mensajes de su mayor.

Él en serio se encuentra aburrido, el camino serpentino se ha vuelto ya una cosa monótona y grabada en su cabeza. Así que cuando nota una silueta en la distancia, inmediatamente fija su atención.

Se trata de un chico, no sabía si de su edad o mayor. Cuando este chico nota el auto desplazarse en su dirección, tiende el brazo, en un gesto para que se detenga, más cansado. Así que Taehyung detiene su auto y baja la ventanilla, mientras el chico se inclina.

-Hola, eh, ¿podrías ayudarme? Estoy yendo a Seúl, mi taxi se averió a unos kilómetros de aquí, no tengo cómo llegar. Si pudieses acercarme, estaría muy agradecido.

-¿Seúl? ¡Oh, yo voy ahí! -Taehyung le ofrece su sonrisa cuadrada con alegría, mientras abre la puerta del vehículo -. Por supuesto, sube.

El chico no responde, sólo voltea y coge su mochila del suelo, para sentarse en el copiloto y cerrar la puerta mientras el vehículo prosigue su marcha. Taehyung suspira y alterna la estación de radio, mientras el chico a su lado abraza su mochila.

-¿Te importa que ponga música? Me llamo Kim Taehyung por cierto.

-No, está bien -responde él, desviando la mirada hacia la ventanilla-. Soy Jung Hoseok.

Taehyung asiente, extrañado porque el chico parece muy melancólico y triste. Así que carraspea e intenta aminorar el ambiente un poco incómodo, tarareando la canción de la radio. Sin embargo, Hoseok no sonríe o no le presta atención, pues mantiene su mirada fija en un punto perdido del exterior.

Una canción ajena al radio se cuela de repente, por lo que ambos buscan con la mirada la fuente del sonido. Es el móvil de Taehyung, así que él suspira, ignorando la probable llamada de YoonGi. Pese a que valora que su mayor le cuide, se siente como un ave enjaulada.

-¿No vas a contestar? -. Le inquiere Hoseok, observando el móvil titilar en el tablero. Taehyung se encoge de hombros, diciendo:

-No, es un amigo que parece mi mamá. Es que está preocupado con esto de que viaje solo a medianoche. Ya sabes, con esto de los fantasmas y asesinos - voltea a ver a Hoseok con una sonrisa, pero al notar que el chico está incómodo y tenso con su comentario, maldice mentalmente y vuelve su vista al frente-. Olvídalo, mejor dime para qué vas a Seúl a esta hora. Digo, si quieres.

-Sólo... Tengo algo importante... que hacer en Seúl -responde Hoseok, un poco indeciso. Sin embargo, a Taehyung no le cuesta mucho deducir su situación, puesto que de acuerdo a su mochila tan cargada y sus ropas ligeras, él cree que se trata de estos chicos que viajan por el mundo. Quizás tuvo algún percance y ahora está en ese lío. No necesita que él hable como cotorra para entender, así que asiente mientras se doblan en una intersección. El camino es tan vacío y desolado, que en verdad asusta, ya que sólo los faros delanteros del vehículo iluminan el camino.

La mirada de Taehyung se desvía al tablero y frunce el ceño, deteniéndose a mitad de la nada.

-Maldita sea -murmura Taehyung y se desabrocha el cinturón.

-¿Pasa algo malo?

-No. Bueno sí, es el radiador que no sirve -Taehyung baja del auto y le brinda una pequeña patada a la puerta, mientras nota que Hoseok se baja también en silencio. El menor se desplaza hasta la parte frontal y abre el capó del auto, sacudiendo la mano con un ligero rastro de humo que la máquina expende. Taehyung ni siquiera oye a Hoseok respirar cerca suyo, tan sólo oye la música de la radio. Tanto así que debe hablarle para cerciorarse de que el chico sigue ahí.

-Oye, ¿me podrías pasar la palanca que está en la parte trasera?

Taehyung se queda esperando, mientras se coloca guantes para no manchar sus manos y sus ojos se desplazan de un lado a otro entre los pistones del vehículo. Pese a que todo a simple vista parece complejo, él conoce el auto muy bien y sabe lo que le sucede. Así que se endereza, al no notar que Hoseok haya vuelto. Pero cuando iba a hablar de nuevo, la barra de metal que pidió es tendida por el mismo.

-Toma. Tienes muchas cosas atrás, deberías limpiar un poco.

-Oh, gracias y lo lamento -responde Taehyung-. Esta carcacha hace esto a menudo, estará resuelto en un santiamén.

Taehyung oye su móvil nuevamente, por lo que maldice y entonces camina, alarga la mano para alcanzar su móvil y lee su mensaje. De inmediato sonríe, comentando distraído:

-Ah, este hyung y sus amenazas. Toma muy en serio esta frase.

-¿El qué? -pregunta Hoseok extrañado. Pero el menor no le responde. Solo le brinda un golpe en la cabeza con la palanca que tiene en la mano, provocando que el pelirrojo se desplome en el suelo inmediatamente. Taehyung manda la barra a su hombro, mientras le observa sonriendo de manera perversa y cita las palabras de YoonGi como si fuese un mantra:

-No debes viajar solo en la carretera durante la noche hay muchos monstruos pequeño despistado.

Taehyung se inclina y, con una fuerza impropia de él y lo que mostraba, levanta a un Hoseok inconsciente del suelo mientras silba la tonada de la canción que proviene de la radio. El menor monta a Hoseok en la parte trasera, y sí, hay muchas cosas pero todos esos objetos están ahí para despistar a las personas y camuflar los cuerpos que siempre mete ahí. Él acomoda a Hoseok; le ata las manos, los pies, lo amordaza y lo cubre con una manta, además de los objetos que ahí están apilados. Taehyung deja la palanca en un costado y mete una goma de mascar en su boca. Se pregunta porqué a Hoseok no le pareció extraño que le haya pedido una palanca, siendo que no habría razón alguna para utilizarla en el motor. Además el auto nunca dio indicios de estar averiado, pues no se encendieron luces de emergencia o el motor emitió sonidos extraños. Todo fue despistado por la radio que aún sigue encendida.

Taehyung pensó que esa noche saldría a cazar sin problemas, pero resultó ser que YoonGi durmió tarde, como rara vez lo hace. Entonces tuvo que pensar en una excusa para que lo deje ir sin sospechas. ¿Pero cómo pensaría o sospecharía siquiera YoonGi, que él, el chico más torpe y friki que conoce sería un asesino serial? Sin embargo, todo fue un perfil que él le hizo creer a todos para que nunca sospechasen siquiera; bajo esa sonrisa cuadrada y actitud torpe, Taehyung esconde un monstruo que sólo es libre en la carretera.

Él adora fotografiar a personas muertas o en contra de su voluntad.

-¡Hola! Hyung lamento no haber contestado, no oí cuando llamaste.

-No importa, me alegra que estés vivo. Ya tenía medio dedo en el último dígito del número de la policía. ¿Estás seguro que conseguirás comprar esa estúpida cámara?

-Por supuesto hyung, no te preocupes.

-Bien, tengo que ir a dormir. Cuídate mocoso.

-Está bien hyung, descansa.

Taehyung lanza su teléfono en el asiento de a lado, luego abre la guantera y quita la supuesta cámara que debía adquirir en la ciudad de Seúl a donde no irá y que lejos de ser pirata, es una original que consiguió sin drama alguno en una tienda de Daegu, diferente a la historia que le contó a su mayor.

Pero, ¿quién sabe? Él tiene un talento innatural para actuar.

Monsters➳ Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora