III: Una Pequeña Historia, Murciélagos

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Había una vez, en una pequeña cueva de una región que no recuerdo bien su nombre, un pequeño murciélago que había nacido solo con un ala. Como no podía volar de ninguna manera, pasaba su vida en el suelo de aquella cueva, esperando por lo que pudiese caer de comida desde las partes altas.

Ahí colgaban sus compañeros de especie... Traían consigo todo tipo de frutas y manjares del exterior. Lo único que dejaban caer al suelo eran los desperdicios y con mucha suerte, alguna pieza grande de fruta. Así había logrado sobrevivir nuestro pequeño amiguito, comiendo aquellas sobras.

Para el tiempo donde los murciélagos debían buscar compañero, él intentaba hacer uso de su sonar para llamar la atención de alguna hembra de su especie. Lastimosamente, nadie atendió a su llamado...

Media hora después, y decidido a dejarse caer por un acantilado que había detectado hace mucho tiempo, emprendió el camino rumbo a su "liberación". Hasta que, sintió algo...

Pudo sentir, en cada minúscula parte de su cuerpo, ondas de sonido muy fino. Era tan cálido y tierno que se dio la vuelta para corresponder a aquel amigable sonido... Intento apuntar y emitió un chillido gracioso...

No hubo respuesta... Al menos durante unos segundos, por que después sintió como algo se acercaba revoloteando hasta él. Era una pequeña murciélago. Probablemente la única que quedaba en aquél lugar, ella no había atendido al llamado de los otros y se quedó ahí hasta el final.

Acarició, con su pequeña nariz, la cabeza del murciélago de un ala. Alegre, éste comenzó a agitar su única ala muy emocionado... Si hubiera sido una chica, probablemente hubiera sonreído con sinceridad y tanta ternura que hubiese derretido a cualquier témpano de hielo... Ella aferró sus pequeñas garritas en el cuerpecito del pequeño alado, e intentó volar con él... Lastimosamente no podían elevarse, a pesar de que él hacía todo lo posible para ayudar con el aleteo mas fuerte que podía...

Todo parecía perdido para él... En especial cuando ella dejó de intentarlo... Nuevamente se había quedado solo...

De repente, se escuchó un fuerte aleteo, era la pequeña murciélago. Volaba tan fuerte, tan rápido... Era demasiado rápido, tanto que chocó fuertemente contra el cielo de la cueva... Incluso pequeñas rocas cayeron... Y cayeron junto con ella... Fue tan duro el golpe en el suelo, que incluso el pequeñito de un ala saltaba fuerte para ver si, ella al menos, estaba viva...

Pasaron un par de horas hasta que ella se movió de nuevo. Él no la había dejado durante todo aquél tiempo, pasó muy preocupado ya que ella no respondía a sus caricias, a sus intentos de caricias... Para mala fortuna, la pequeña se había roto un ala...

El futuro era claro, ambos iban a morir. No se necesitaba ser un experto para saberlo. ¿Cómo iban a sobrevivir ambos, si ahora los dos estaban incompletos? ¿Debían ser miserables los dos?...

Al pequeño de un ala no le importó... Entrelazó su pata con la de la murciélago de la ala rota, y comenzó a aletear fuertemente... Ella estaba resignada, como si dijera "Ya... Para... Déjalo así, nada arreglará esto"... Pero el era necio, y seguía forcejeando con todo lo que tenía de energía... Se dio cuenta que estaban girando en el suelo.

Ella tardó un rato en animarse a aletear con el ala buena que tenía, pero rápidamente se puso a intentar. Les llegó tiempo, y entre caídas y arrastrones, poco a poco elevaban vuelo juntos. Al fin lograron salir de aquella cueva, juntos...

Estos murciélagos dependían del otro para sobrevivir ahora... Ella creía que la única manera de pasar al lado de él, era siendo igual que él. Pero al darse cuenta del sacrificio, creía que ella ya no valía la pena... Él, por su lado, a pesar de ser el que debería estar solo, la animó y le mostró que si valía la pena... Desde ese momento nunca se separaron y volaron juntos por los confines de la tierra.

Fin.

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