Un día como otro.

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Era un dia normal en Berisso, ruido de la ciudad, calor, todo normal.
Vi a Samantha al regresar de la escuela, tan inocente como  siempre, tan hermosa como de costumbre, tambien...
-Hijo a comer!- Gritó mi mama desde abajo. Deje el diario en mi cama y baje a ver que ibamos a comer, la verdad no tenia hambre pero debía comer algo, creo.
-No tengo hambre.- Dijo Lara muy bajoneada.
-Que pasa hija?- Dijo mi mamá tan alegre como siempre, aveces la envidio.
-No se, solo no tengo hambre, dáselo a el.- Dijo señalandome con la cabeza sin levantar la mirada de la madera de la mesa.

-Creo que tampoco tengo hambre.- Dije un poco cansado. -Estoy un poco cansado.- Agregué
-Vos tambien? Que pasa hoy?- Dijo mi mama dandose vuelta y volviendo a cocinar. -No lleguen tarde a la escuela.- Dijo, parecia enojada.
Sali hacia la escuela, no sin antes mojarme el pelo, amo como se siente. En la parada del micro estaba Valentina, una vieja amiga de la infancia.
-Cansado?- Dijo al apenas verme.
-Demasiado, como tenes energia para quedarte de pie?- Dije haciendo gestos de viejo.
Ella mientras reía señalaba a lo lejos
-Viene el micro.- Decía.
-Yo no veo nada.- Decia yo siguiendo con los gestos de viejo.
Valentina me dio un golpe en el brazo mientras el micro se acercaba.
Todo era normal, Samantha estaba en el micro como de costumbre, Valentina se mordia las uñas mirando por la ventana, le gustaba el lado de la ventana, asiqur siempre la dejaba ir ahí.
Me quede pensando en Samantha lo inocente, inteligente y linda que era, cuando un estruendo y un golpe en mi cara del asiento de adelante me despertaron, el micro habia chocado con un camion. Valentina estaba asustada, parece que veía venir el camión.
-Estas bien?- Le dije preocupado a Valentina.
-No estoy muerta?- Dijo.
-No seas tan dramatica, vamos a llegar tarde a la escuela.- Dije mirando mi reloj, en 15 minutos entrabamos.
-Seguime.- Le dije a Valentina mientras me paraba.
Salimos del micro, nadie habia bajado.
Abajo nos paro un policía.
-Por su seguridad quedense dentro, por favor.- Dijo él.
-Tenemos que ir a la escuela oficial, tenemos que irnos ya. Le dije apurado.
-Pueden ser testigos de lo que sucedió, no se lo voy a repetir, quedense dentro.
En ese momento siento que una mano fria toma mi mano y empieza a jalar de ella, era Valentina que empezaba a correr llevandome con ella. Comenzamos a correr hacia la escuela.

Los buenos y malos momentos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora