The Blue Sky | Kookmin [TERMINADA]

Un poco más.

Han pasado unos días y a JiMin le autorizaron una salida. Los médicos también entendían que él solo quería ver el mundo por última vez. Aunque salía bajo su total responsabilidad, JiMin no se retracto.
JungKook sugirió muchos lugares a donde ir, pero JiMin quería ir a la biblioteca de la escuela. Éste estaba algo extrañado pero de igual forma lo llevó allí.

-Hay tantos recuerdos aquí. –suspiró JiMin.

-Perdiste tu celular. –rió el contrario.

JungKook buscaba por todos lados aquel pizarrón. Luego de unos minutos de búsqueda lo encontró. Afortunadamente aun estaban escrito aquellos mensajes que dejaron por última vez.

-¿Fuiste tú cierto? –preguntó JungKook señalando la que había sido la supuesta respuesta de JiMin.

-Sabía que eras tú. –dijo con una sonrisa.

-Me alegra que hayas sido feliz a mi lado. –musitó JungKook con una triste sonrisa.

JiMin tomó la pluma y borró lo que había escrito anteriormente. Al separarse del pizarrón se podía ver claramente que debajo de las palabras de JungKook habían otras palabras escritas.

"¿Fuiste alguna vez feliz?"
"Soy muy feliz."

Al salir de aquel lugar, prepararon un pequeño picnic, en el lugar favorito de JiMin. Ambos estaban sentamos en la grama verde y disfrutaban de una deliciosa comida.

-¿Está delicioso? Esta vez cociné yo mismo. –preguntó JungKook para luego enfatizar que él había cocinado esta vez.

-¡Está muuuuy delicioso! – JiMin sonrió de agrado y saboreó e hizo ruidos con su boca haciéndole saber al castaño que su comida estaba deliciosa.

JungKook se quedó observando a JiMin detalladamente. Quería disfrutarlo como pudiese, a diferencia de hace años, estaba más delgado que antes y en su perfíl se notaba bastante. Aunque JungKook sintiera una enorme tristeza por dentro, no quería demostrar su lado débil. Él solo pensaba en que tenía que ser fuerte para que JiMin pudiese sonreír. Así los días lo estuviesen consumiendo, él no lloraría frente a él. Bajó su mirada como si estuviese pensando en como decir algo, hasta que soltó un suspiro breve y habló.

-JiMin. –llamó.

-¿hmmh? –JiMin hizo ruido con la boca ya que esta la tenía ocupada con comida.

-¿Te casarías conmigo?— El silencio se hizo presente cuando ambas miradas chocaron y quedaron paralizadas. Los ojos de JiMin comenzaron a cristalizarse y esto hizo que el castaño volviera a hablar. -Para probar, que soy especial para ti. Que quieres estar conmigo y que...

-Si quiero casarme contigo. –interrumpió dejando que sus lágrimas cayeran. -Si tu lo deseas haré cualquier cosa.

El castaño se acercó y besó sus labios suavemente, como si de un bebé se tratara. Con la yema de sus pulgares limpió las lágrimas que habían bajado por las mejillas de JiMin y se separó.

-Desearía que estuviésemos juntos los tres. Tú, Ha-neul y yo. – dijo JiMin dejando caer la mirada al suelo. -Ese... es mi único sueño ahora.

JungKook había quedado en silencio, un nudo en su garganta se hizo presente y lo que sentía era unas ganas inmensas de llorar. Estaba intentando contenerse pero JiMin se adelantó en el paso. En ese mismo instante comenzó a sollozar fuertemente como si le hubieran arrebatado algo especial. Como por ejemplo, sus sueños. No se lo habían arrebatado del todo pero, los planes iban en esa dirección.

-J-JiMin... por favor. No llores.

-¡No me quiero morir! –sollozaba. -¡No quiero! –JungKook sintió algo en su interior romperse. Esta vez era la poca esperanza que le quedaba.

-J-JiMin, esta bien. No morirás. Llora, desahógate conmigo. Saca todo el dolor y apóyate en mi. Por favor... –suplicó brindándole un abrazo por la espalda.

-¡Todavía hay muchas cosas que quiero hacer... no puedo simplemente morir! ¡No quiero que nos separen! –Cada vez los llantos eran más fuertes que antes, esta vez las cosas se estaban complicando aún más.

-JiMin... estarás bien. No te dejaré morir ¿esta bien? ¡Quédate conmigo! –JiMin asintió y se lanzó sobre éste y se apoyó en él. Sollozó durante un largo tiempo hasta que sus ojos quedaron hinchados.

-JungKook... –llamó. - Te amo. –El corazón del castaño se estremeció aún más, ya no aguantaba más. Necesitaba llorar, necesitaba sacar todo de ahí dentro de él. Jamás en su vida había escuchado un te amo más triste que del que acababa de escuchar.

Algunos días pasaron y JungKook se encontraba en el hospital con JiMin. Mientras JiMin lo observaba el castaño intentaba por milésima vez hacer puntadas.

-Otra vez me equivoqué. –dijo tirando sus brazos.

-Oye amor. –llamó el peli negro. -¿Que pasa si muero? –preguntó mientras observaba el cielo azul. JungKook lo miró y sonrió.

-Entonces irás al cielo.

-Quiero convertirme en el cielo. Siempre cuidar de JungKook y Ha-neul desde arriba.

-Suena acosador ¿no crees? –bromeó el castaño mientras intentaba una vez más las punzadas. Ambos rieron y el silencio volvió. -Cada vez que mire al cielo, me acordaré de JiMin. Si el cielo está despejado, significa que JiMin esta de buen humor, si está nublado significa que JiMin está triste, si es un día lluvioso significa que JiMin está llorando.

-Solo te compré un anillo barato. –dijo al tomar su mano. -Para compensarte te daré todas las estrellas del universo. –dijo por último y sacó su cámara. Apuntó hacía JungKook y tomó una fotografía.

-¡Oye! ¡No hagas eso, es ilegal! –dijo e intentó tomarla.

-Solo sonríe una vez más. –pidió el peli negro. JungKook no estaba muy convencido pero lo hizo. Regaló una hermosa y triste sonrisa donde cualquier persona que la viera, pensaría que todo estaba bien.

-Park JiMin, hora de su quimioterapia. –avisó la enfermera quien traía consigo una silla de ruedas.

-Bien. –dijo él levantándose de la camilla. Al sentarse aún tenía la cámara la cual miró por un instante. -JungKook, ¿puedes imprimirlas por mi? –dijo refiriéndose a las fotografías que estaban en la memoria de la cámara.

JungKook sintió un escalofrío por todo su cuerpo al tomarla de sus manos y este rápido reaccionó levantándose de la silla.

-Nos vemos JungKook. –dijo por último antes de salir de la habitación. La enfermera giró la silla de ruedas y desapareció al pasar la puerta.

JungKook sentía un apretón en su pecho, el cual ignoró y salió a imprimir aquellas fotografías como JiMin le había pedido.