" Un libro, un libro causó que todo fuera diferente. Si ella no hubiera tomado aquel libro, si mi mirada no se hubiera detenido al verla tan concentrada, tan feliz, tan ella...
Era una tarde de Junio cuando salimos de la sala del cine siendo solo amigas, yo aun con refresco en la mano fuimos juntas por las mochilas que habíamos dejado en paquetería. Ahí era todo normal, la veía normal, tal y como siempre la había visto. Pero las dos queríamos pasar a aquella librería, entramos al lugar y cada una comenzó a acariciar con los dedos cada libro que nos llamaba la atención.
Ella tomó uno de tantos entre sus manos, uno que también me había llamado, y fue ahí donde quedé perdida. Ahí estaba, observando con dulzura el libro, hojeándolo un poco para saber si era el indicado. Aún recuerdo los gestos que hacía, entrecerrando los ojos por su problema de la vista, abriendo los labios ligeramente, sacudiendo ligeramente la cabeza al comenzar a leer el libro en su mente.
El momento fue tan espontáneo pero para mí había sido eterno, como si el mundo se hubiera detenido solo para sentir lo que crecía dentro de mí. Había entrado a aquel lugar con mi mejor amiga, y terminé saliendo de la librería con el amor de mi vida. Era la primera vez que sentía aquello por una chica, y no se sentía mal, nunca tuve miedo, ella me hacía sentir segura de mi misma y de lo que creía, de lo que sentía, pero para ella al principio no fue así.
Ella luchó, no solo contra la sociedad o su familia, luchó contra ella misma, porque ella no se sentía normal; sin embargo siempre estuve ahí, para recordarle que, a pesar de lo que había cambiado en su vida, jamás dejaría de ser la que siempre había sido, jamás dejaría de ser mi mejor amiga.
Pasó el tiempo, y hasta que ambas salimos de la universidad fue cuando ella dejó de ser lo que los demás querían que fuera, y por primera vez fue ella misma, la chica que yo tanto amaba y conocía. El principio fue difícil, no les mentiré en eso, pero siempre mejoraba al ver su sonrisa, se sentía a gusto conmigo, ahora se sentía feliz, y no importaba la adversidad mientras ella estuviera conmigo.
Claro que no todo fue perfecto, muchas veces discutíamos, a veces por los gastos que debíamos cubrir, por un par de celos que nos querían destruir, y en pocas ocasiones por cosas tan mundanas como no lavar los trastes, dejar conectada la secadora de cabello, o simplemente no apagar la luz cuando la otra quería dormir.
Pero aun con problemas, con discusiones como las que tienen cualquier pareja, siempre estuvimos dispuestas a dejar todo por la otra, hacer todo por la otra, y sacrificar todo por la otra, porque de eso se trata el amor, y no importa de qué forma logremos sentirlo, lo importante es serle fiel a tu verdadera voz, a lo que verdaderamente eres, y no podría estar más feliz de estar aquí, junto a la persona que siempre me hizo sentir segura y fiel a mí misma, que me vio crecer, que me permitió estar con ella en sus logros, que ella estuvo en los míos.
Y que no importa la adversidad, el pasado o lo que piensen de nosotras, esta mujer ahora será mi esposa, y no puedo estar más feliz de que esto realmente esté pasando..."
— Eso fue hermoso en su momento, y sigue siendo hermoso cada vez que lo vuelve a leer — espetó María al terminar de escuchar la carta que había escrito su esposa el día de su boda.
— No cabe duda que siempre estuvieron destinadas para estar juntas, y me hace muy feliz llevar este caso, porque ustedes son unas mujeres comprometidas con lo que de verdad quieren lograr, lo que de verdad anhelan ser... — habló la mujer que se encontraba detrás del escritorio.
— ¿Eso quiere decir que fuimos aprobadas? — preguntó Itzel, la esposa de María, autora de aquellas bellas palabras de la carta.
— Me alegra anunciarles que sí, han sido aprobadas para adoptar a Sebastián, muchas felicidades... — anunció la chica detrás del escritorio.
Fue ese momento donde aquella felicidad que habían sentido el día de su boda había regresado a sus vidas. Podían cumplir su sueño, podían ser mamás juntas, criar a un hijo, darle el amor, la educación y la guía que el niño fuera a necesitar.
Porque al principio su amor era simple amistad, después se convirtió en un amor más profundo, un amor mutuo con el deseo de estar juntas, y ahora ese amor en conjunto quería transmitirse a otra pequeña personita la cual pudieran hacerla feliz por el resto de sus días...
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Un libro, una carta y un deseo
Non-FictionSu vida juntas comenzó con un libro, esta historia comienza con una carta, y el destino de aquel deseo apenas comenzará a formarse. Esta es la historia de vida de María e Itzel... Historia Corta Original Destinada al concurso: Orgullosos de nuestro...