II

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Necesito acomodar mis ideas, ¿en cerio ataque a la novia de Zac?. Soy una persona muy calmada, la mayoría del tiempo. En verdad lo lamento. Camino a lo arbolado de la Barranca y me pierdo entre los árboles. Ya debería volver, lo que estoy haciendo no tiene sentido. Estoy agotada.

-¿necesitas ayuda?-dice alguien a mi espalda.

Doy un brinco. Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no escuché a nadie. Apenas lo veo de reojo
-no, estoy bien-digo

-no pareces estar bien-señala.

-estoy bien, ya me voy.

No me grada estar sola con desconocidos.

Se ríe. Me volteo para asegurar que no vaya a seguirme.
Esta más cerca de lo que creí.

-¿Me perdí de algo?¿Quien eres?-digo sin reflejar mi temor, que es bastante.

-¿Qué?- corrige él

Acaricia mi mejilla mientras sus ojos se obscurecen hasta parecer cuencas vacías. ¡Madres, mejor aquí corrió que aquí murió! El temor recorre mi columna y me impulsa a correr, corro tan rápido como puedo. Pero mis pies desnudos y la superficie llena de piedras puntiagudas y vidrios rotos entorpecen mi huida, como era de esperarse me tropiezo y la inercia me arrastra un par de metros causando raspones. Me levanto como puedo pero "el" me sujeta por el cuello.

-¿tienes miedo a morir? ¿por qué? Ya no te queda nada- pregunta confundido.

Hago todo lo que puedo por conseguir respirar pero es imposible. Me resigno y observó a sus ojos con todo el rencor que siento. Me dedica una sonrisa maquiavelica. Mi vista comienza a nublerse, me arden los pulmones. Cuando llegó a ver puntos de colores realmente deseo morir rápido.

A punto de perder la conciencia me suelta, sin poder sujetarme caigo al piso. Intentando respirar, toso unas cuantas veces y recuerdo a la novia de Zac tratando de respirar después de mi ex abrupto. De verdad desearía disculparme.

Levanto la vista intentando ver a mi agresor, una herida en mi frente hace que la sangre tape la visibilidad de un ojo.

Estoy agotada. ¿el dolor físico se compara al dolor emocional? No, aún duele más el alma. Me quedo dormida.

Me despierta la lluvia y Zac cargándome como un costal de papas. Me sube al auto y su novia Mónica me sostiene durante el camino. Quiero decirle cuanto lo siento.

Estoy en un lugar cálido, en la comodidad de mi cuarto. Mi tía acaricia mi cabello mientras habla de algo con Zac. Llega un recuerdo repentino a causarme estrés.

- ¡la motocicleta ¿Donde está?! -me levanto precipitadamente. Me duelen las costillas, la cabeza, las piernas, "el alma"

-No se va ir a ningún lado-dice zac y me obliga a sentarme-por cierto, ¿te peleaste con una pandilla?

-No, con tu novia-dije

-¿cómo terminaste en huentitan? Desangrandote en la puerta a la Barranca- pregunta

¿en la puerta?

-bien inventaron algo maravilloso llamado motocicletas...

-esa parte no es difícil - dice.

-Y no estaba en la entrada -digo- me caí cerca del río...

Me detengo a recordar todo lo que paso y se me hiela la sangre de nuevo.

-¿estas confundida?-dice-te golpeaste la cabeza con una roca ¿te desmayaste? ¿Alguien te golpeó?

-esas son muchas preguntas-digo

-Aprovecha que tienes doctor-dice mi tía alabando su título. No hay muchos doctores cercanos a la familia.

-¿ya despertó?-pregunta Mónica. Entra y pone una bandeja con tazas en mi tocador-les traje café

Tiene un morete en el pómulo y el labio partido -te debo una disculpa-le digo.

-No, yo a ti. No sabía por lo que estas pasando-dice y me da una taza de café.

-¡Hey!, ¿Que haces con mi tarjeton del seguro?- le pregunto a Zac.

-queria ver que tal está tu historial, mi teoría es está: estás desnutrida te desmayaste y rodaste por toda la barranca, alguien te encontro y te llevo hasta la entrada y te abandono pensando que lo culparian si te morias-dice.

-Que bueno que eres doctor y no detective-digo.

Se ríe -Evangelina, habia olvidado tu segundo nombre.

-¿Tienes problemas con mi nombre Zacarías?-se le apaga la sonrisa.

Su novia suelta una risita.

-se llama Evangelina por su bisabuela-dice muy alegre mi tía. Cuanto candor en su mirada, adoro a mi tia.

-Te encontramos ensangrentada y llena de tierra¿te caiste?-pregunta Mónica, Zac me guiña un ojo.

-no, llegaron tres cholos y me empezaron a agarrar a putazos, uno a uno me los quite de encima no les quedo más que correr- le digo con el tono de quien cuenta una anécdota fascinante.

monica le pasa 100 pesos a Zac -tu ganas

Me rio, que persona más credula, nos repartimos el dinero.

-¿es mentira?-pregunta inocentemente.

-no es tan salvaje como crees-dice Zac-ahora deberiamos dejarla descansar.

-estoy bien- digo

Los múltiples golpes por todo mi cuerpo sólo son un dolor pasajero, sigue siendo más grande el dolor emocional. Mi tía y Mónica salen ha servir a familiares y amigos de mi padre.

Me levanto y me mareo
-deberias descansar-dice Zac

-hay muchas cosas que debería hacer, pero siempre gana lo que quiero hacer-digo y salgo a la sala junto a mí familia.

A las cuatro de la mañana mi tía y sus niños se ven soñolientos y le ofrezco mi habitacion para que duerman. Mis primos pequeños duermen en el piso. Me doy un baño y me acuesto a dormir en el sillon. Mañana será un día pesado.






BENZINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora