A la belleza sin par
una flor hay que regalar.Bello es cuanto esa flor del campo,
hermosa y arrogante adorna la libertadEn las montañas
la reina es ella
fragante y cordial.
Al cortarla muere
y es esclava de la ciudad.Es eterna amiga de la verdad
y confidente del amor.Suele ser hermana del corazón
y en la vida, es tan solo una razón.Esto es, la flor salvaje
y su soberano linaje.
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Sueña ahora, aunque los sueños esten rotos
Poetryha amanecido pero ahora... ¡ya no quiero despertar! Intentando de que la poesía no muera