✖Innocent & Indecent× [BlackFlug] +18

Capitulo uno: Decisiones Irracionales

Pov Black Hat

Lo sabía, todo esto estaba mal pero... Eso es lo que hago yo, ¿No es así? Crear caos y muerte, ser el causante de las pesadillas que atormentan a esos estúpidos mortales que no sirven para algo más. 

Su carne tan blanda y maleable a su entorno, una tela gruesa flexible e imperfecta adornada por plastas de pelo. Están hechos de podredumbre y aun asi creen poder con todo, buscando con ciencia lo que la naturaleza no les dio. A pesar de que incluso su cuerpo es fofo y se desgasta por el mero paso de los años. Una patetica criatura que habra de ser devorada con facilidad por la tierra en su lecho de muerte.

Así que decidí atomermentarlos. Recordarles lo débiles que son, que su presencia en el lugar que estén no es necesaria. Por que su vida es corta, fugaz y frágil.

Aunque, como cualquier cosa repetitiva, empezó a ser en cierto punto... aburrido. No me satisfacía para nada y me parecía la cosa más normal en mi malvada rutina, durante millones de años he hecho lo mismo, ¿Quien no se hartaría?

Llegar a algún planeta con insignificantes seres vivos, ganarme su confianza para después hacer la excitante labor de esclavizarlos, torturarlos, masacrarlos, hacer que no desearan otra cosa más que morir; pero, sin embargo, solo torturarlos haciendo que creyeran estar apunto de morir y ser por fin envueltos entre los brazos de la muerte... para finalmente parar repitiendo el proceso hasta que fuera aburrido y memorizara todos sus gestos de dolor, sus palabras de agonía, cuando mis mas sucias fantasía fueran cumplidas en su totalidad; comenzaba a ser demasiado repetitivo para mi gusto. Pero,  nunca pensé que eso ocurría, siempre habían nuevas ideas en mi cabeza, al menos así era en mis tiempos de juventud, y ahora parecía que había extraído cada gota de la gran creatividad que había en mi magnifica mente.

Así que en ese tiempo, toda mi vida se basaba en hacer eso: Tantos planetas masacrados, tantos universos alternos destruidos, incluso el mismo infierno no había soportado mi maldad; entonces todo se volvió aburrido, no encontraba ningún placer en ello, fue cuando deje aquello de lado y decidí quedarme en algún planeta con los estúpidos mortales. Era divertido atormentarlos de vez en cuando, no con lo que yo les podría hacer, mas bien con el simple hecho de lo que ellos no podían, con ayuda de sus estúpidos miedos infundamentado. México era un buen lugar, logre aprender el dialecto usado ahí con facilidad, la gente siempre culpaba a algo más de los desastres que yo causaba, inventando incontables leyendas y mitos, aunque no me molestaba, eso me ayudaba a guardar apariencias, aunque algunos chamanes ya sospechaban de mi malvada naturaleza. Claro eso fue hace mucho tiempo.

Todo aquello estaba bien, incluso llegué a pensar en todo eso como un descanso, que terminaría cuando nuevas ideas llegaran a mi cabeza, pero al mirar los patéticos intentos de villanos que había en el lugar, una mejor idea llego a mi cabeza: Crear una asociación que tuviera la misión de ayudar a los pésimos villanos a destruir a los héroes que los perturbaban; era simplemente brillante, por supuesto, había surgido de el ser más perfecto y malvado de la inmensidad del cosmos.

Y para ello necesitaba mi propio lugar, así fue como surgió HatVille, una isla que con solo un chasquido estaba lista para almacenar vida, humanos empezaron a vivir ahi, la mayoria eran villanos pero no le tome gran importancia, la empresa necesitaba empleados y, ¿Que mejor que pateticos villanos dispuestos a darme su alma a cambio de un poco de reconocimiento?

Durante siglos el negocio fue prospero, cuando ya era una empresa de renombre mande a construir la mansión Hat, claro, el negocio y mi hogar debían estar separados, aunque, dentro de la gran mansión construí mi propio despacho, donde empecé a trabajar la mayoría del tiempo ahí, solo saliendo a reuniones. Mis "científicos locos" eran los mejores y todos mis trabajadores tenían que poseer cierto grado de maldad, por ello todos los que querían trabajar para mi tenían que pasar una prueba, una que solo unos pocos de los que venían por el trabajo lograban superar, y... ¿Los demás? Bueno... Digamos que los psiquiátricos y panteones de la zona tuvieron mucho trabajo por esas fechas. Y claro, además de esta prueba tenían que firmar un contrato, en el que declaraban ser totalmente fieles a Black Hat Org. y por supuesto alguna que otra alma era reclamada en el mismo.

Después de eso nació el Instituto de Black Hat para jóvenes Villanos, donde solo los mocosos de los mejores villanos del lugar podían estudiar, claro, sin dejar la elegancia de lado; el instituto contaba como maestros con los mayores villanos de aquel patético mundo, aunque a decir verdad, si eran los mejores, claro, comparados conmigo solo eran migajas de pan. Después llego el Black Hat Resort pero eso fue solo estrategia de marketing.

Al terminar todo aquello aun sentía que faltaba algo... No sabia que era exactamente pero, seguía faltando, eso me frustraba y me hacia enojar, ¿Qué podía ser?

Entonces lo comprendí cuando él llego, un pequeño engendro había sido abandonado en mi puerta, cuando lo encontré dormido no pude evitar mirarlo confundido, ¿Para que lo dejarían ahí?, ¿De que me servía un mocoso?. Cuando lo cargue -aunque solo lo levanté bruscamente- para tirarlo a la basura, donde creí pertenecía, simplemente no pude... El mocoso que parecía tener uno o dos años tal vez había despertado, mirándome con sus grandes y verdes ojos haciendo contacto directo con los míos, no parecía hacer ningún gesto lo cual me sorprendió, ningún engendro podía sostenerme la mirada aunque fuera un segundo.

Y sin poder darme una explicación a mi mismo lo había metido a mi mansión dándome cuenta de el pequeño papel que había junto a la cosa esa, lo tomé entre mis dedos mientras dejaba aquella cesta con el mocoso sobre la isla de mi cocina.