Así, completamente decidido, el valeroso caballero irá a la guerra a defender a su querida princesa... pero no sin antes despedirse de ella. Así que antes de que el brillo de la luna se terminase y el cielo se volviera azul celeste él iría con la princesa.
Llegó al castillo y cuidó que nadie lo viera llegar hasta la habitación de la princesa, la cual estaba en el último piso de la torre. Sería difícil, pero el caballero vió a la princesa en la cocina yendo de camino a su habitación.
- Drossel!
- ¿Letzel? ¡No, vete!, no quiero oír lo que...
- Iré a la guerra.
De repente, el pulso de la princesa se detuvo y su rostro se tornó pálido como la nieve, su cuerpo comenzó a temblar y las lágrimas querían asomarse de sus entristecidos ojos.
- Letzel...¿Estás seguro?
- Si no estoy con el ejército, podrían derrotarnos. Me necesitan, así que...yo debo de ir; porque es la misión de un caballero, su destino y el honor de su nombre.
- ...tu no, tu no tienes que ir.
- Tranquila, estaré bien.
El caballero y la princesa de abrazaron.
- Tranquila Drossel...
Letzel acarició sus delgados hombros y la miró en sus ojos verdes como las esmeraldas, sin pensarlo le sonrió, y como el pétalo de una rosa acarició suavemente su mejilla y se acercó mas y mas a esos dulces labios. Colocando en su boca el deseo que rodeaba su corazón.
- ...Letzel
Las mejillas de la princesa se tornaron rojas, muy rojas porque él la había besado.
- ¡Letzel, te dije que no me besaras aquí! alguien podría vernos.
- Olvida ya de las demás personas... con la palabra del amor te rodearé con estos brazos...por favor―Le susurró al oído―antes de mi partida, déjame demostraste cuanto te amo.
La princesa, sin decirle nada miró a su alrededor y tomó su mano. Lo llevó a su habitación. Aquello no era bien visto, por supuesto que no lo era, así que ella tuvo cuidado de que nadie los siguiera. Letzel sonreía y no dejaba de sonreír.
- Deja de reír, torpe―le dijo la princesa―no debe vernos nadie.
- Tranquila mi querida Julieta, que solo nuestro amor es lo que importa.
- Tú sabes que eso no es cierto.
Sosteniendo la mano del caballero, Drossel presionaba fuertemente mientras subía la escalera en espiral hacia la torre más alta del castillo, donde estaba su habitación y con suerte nadie se enteraría de aquello.
- Nadie nos escuchará.
Drossel cerró la puerta de su habitación con llave, cerró las cortinas y suspiró mas tranquila.
- Imbécil, ¡Alguien pudo seguirnos!
- Tranquila mi princesa, estamos seguros.
Letzel se acercó a ella, tomándola del rostro y acariciando su cabello y su cintura.
- Te odio Letzel...
- Quizá tus labios digan que me odias, y tus ojos no me miren, pero no puedes ocultar el deseo ardiente de tu corazón.
Sin pensarlo ni preguntarle Letzel la besó, y aunque la princesa se negó, al final no mostró resistencia y lo siguió besando, aquel momento duró mucho más que un instante.
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El Caballero Letzel y la Princesa Drossel
RomanceInspirada en las canciones El caballero de Letzel y La espada de Drossel El caballero Letzel ama a la princesa Drossel quien siempre lo ignora, ya que lo suyo es amor prohibido, ¿Porqué será?