Una caja de color café reposaba sobre la mesa de madera que adornaba la sala, el papel amarillo con el que venía forrado estaba completamente roto y varios pedazos reposaban en la alfombra.
Unas manos femeninas sujetaron el libro que había sacado hace un par de minutos, las letras del título resaltaban por el color, la caligrafía tan perfectamente impresa la llevaron a acariciar la tapa del libro con suavidad, sus dedos recorrieron cada letra mientras sonreía amplio, conocía parte de la historia pero aún le faltaba leer los primeros capítulos.Se detuvo cuando leyó el nombre del autor y fue inevitable no suspirar, lentamente abrió el libro para ver en la primera página la fotografía de una mujer joven, su cabello estaba recogido en una cola mientras un par de gafas le adornaban el rostro, la sonrisa que tenía en esa fotografía podría aparecer en un comercial de pasta de dientes, toda ella era una belleza.
Kara Danvers nos lleva a otras dimensiones con sus historias, a pesar de su corta edad es considerada una de las mejores escritoras de la década.
El texto comenzaba así, después venía su biografía con un par de datos curiosos pero eso no era necesario leer pues conocía perfectamente a la chica, le dio vuelta a la página para ver la frase con la que iniciaba la historia.
''De ti nacerán frases tan sinceras que en ellas podría vivir''.
Capítulo 1
El autobús avanzaba lentamente a causa del tráfico, la chica que iba sentada en la parte trasera contemplaba la ventana, a pesar del caos que había afuera el ruido de su interior era mucho más fuerte, llevaba semanas sin dormir bien y eso se podía apreciar en las marcas que adornaban sus ojos, las ojeras tenían un tono verdoso que intentaba cubrir con maquillaje.
Maquillaje para el alma es lo que le gustaría tener en esos momentos, estaba tan rota que trataba de continuar, trataba de seguir adelante y quería aferrarse a la frase de ''El tiempo lo cura todo'' Pero llevaba más de dos años así, a pesar de que sus amigos le decían que todo en la vida termina por sanar, pero sus heridas estaban demostrando lo contrario pues con el paso del tiempo más y más se abrían.
La parada número cinco se hizo presente, varios pasajeros bajaron por la parte de atrás y otros subieron por enfrente, la mayoría de los rostros le eran conocidos pues solía coincidir con ellos todas las tardes y aunque no hablara con nadie los identificaba muy bien, sabía ya las muecas que hacían o el lugar en el que bajaban. Qué estuviera sufriendo no le impedía ver a los demás e inclusive le gustaba hacerlo pues en su mente se imaginaba miles de escenarios en los que formaban una amistad o simplemente trataba de adivinar en que estarían pensando, cuantos problemas tendrían en mente, si estaban en una relación o habían perdido a alguien, si todas las noches antes de dormir contaban ovejas o simplemente se aferraban aún buen recuerdo para conciliar el sueño.
Eso hacía cada día, sus tardes se reducían a tratar de leer a los demás al menos así se distraía un poco de su realidad.El reloj que colgaba en la pared avanzaba con rapidez o al menos así lo había sentido pues desde que comenzó a leer los primeros capítulos se perdió en la lectura, tenía que admitir que Kara era una excelente escritora, podía sentir cada palabra como si lo estuviera viviendo en carne propia. Llevaba más de dos horas y no podía parar, le resultaba muy adictivo, pasó la hoja para comenzar con un nuevo capítulo.
Capítulo 5
Había algo que le impedía pensar en otra cosa que no fuera en esa mirada, la primera vez que la miró sintió que el estomago se le había contraído, que el aire dejo de ser importante y sólo necesitaba ver esos ojos para sentirse con vida. Llevaba exactamente siete días con 168 horas pensando solamente en el color verde de aquella profunda mirada, se sentía en paz, sentía que las cosas empezaban a tener sentido y cada tarde caminaba por la misma calle sin importar que hiciera más horas hasta su casa, necesitaba asegurarse que no había sido una ilusión, que aquella chica realmente existía.
A pesar de los días transcurridos no perdía la esperanza de verla, así que cuando llegó al semáforo se detuvo en la esquina de la calle apreciando el tono verde que resaltaba en aquel círculo, se llevó las manos a las bolsas del pantalón y contó mentalmente el tiempo en que tardaba el cambió del semáforo, cada día repetía las mismas acciones pues esperaba que diera resultado y la coincidencia se hiciera presente.
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Into It (AU - Supercorp- One Shot)
FanfictionKara Danvers es una escritora muy reconocida a nivel mundial. Después de su quinto Best Seller las ideas se han detenido por completo y en dos años no a podido escribir absolutamente nada, pero un día por fin encontrará la inspiración que necesita...