Rias Gremory estaba irritada, enojada y agotada.
'Tiene que haber algo'.
En los últimos tres años, la heredera de la familia Gremory había observado a la gente de Kuoh Town, una ciudad pequeña pero moderna en Japón. Observó a los granjeros cosechar en las afueras, los asalariados acentúan sus papeles en los subterráneos y los autobuses, los estudiantes van de la escuela a la escuela secundaria, y las amas de casa compran en los centros comerciales y las tiendas en masa. En tres años, ella no había visto a una sola persona sin culpa, sin defectos. Los agricultores mienten sobre sus productos, los asalariados pueden ser sobornados, los estudiantes hacen trampa en la escuela y las amas de casa engañan a sus maridos. Rias intentó no generalizar; no todas las personas tienen la misma falla, pero al final, todas tenían una, generalmente más.
Todos excepto una persona, Uzumaki Naruto.
Rias conoció a Naruto por primera vez en su primer año en Kuoh Academy, la escuela secundaria más grande y prestigiosa de la ciudad de Kuoh. Como la familia Gremory financió personalmente la escuela, Rias consideró que era su responsabilidad vigilar al alumnado. En ese entonces, Naruto era simplemente otra persona a la que ella sonreía y saludaba al pasar, aún no se había vuelto interesante. Como uno tras otro le demostró a Rias que los humanos no eran mejores que cualquier otra cosa, Naruto se negó a ceder.
El joven era educado y cortés, pero Rias estaba decidido a que solo fuera un acto. A medida que pasaba el tiempo, Rias comenzó a prestarle atención extra. Ella se sentó detrás de él en clase, y descubrió que nunca una vez hizo trampa en su trabajo, ni una sola vez se relajó en su ética de trabajo, ni una sola vez molestó a nadie más. No solo eso, sino que nunca se negó a ayudar a otros. Los niños y las niñas se alineaban ante él, preguntando, a veces suplicando por sus respuestas, o incluso copiando su trabajo. Luego él les enseñaría el material, no una vez cediendo a las tentaciones de sus compañeros.
Pronto, se convirtió en la única persona en toda la escuela que Rias no pudo descifrar. En contra de su buen juicio, Rias se encontró siguiendo a su compañera de clase después de la escuela. Incluso cuando los deberes eran obligatorios, ella envió a su familiar a seguir detrás de él. Ella estaba cada vez más decidida a descubrir su verdadera persona por día. Su entrenamiento político le recordó a Rias para averiguar más sobre la vida personal de Naruto, y ella cumplió con sus datos. Ella descubrió que Naruto vivía solo, aparentemente huérfano desde su nacimiento. Él había dejado su hogar de crianza el día que cumplió catorce años y se mudó a un pequeño departamento cerca de la escuela. Se compró para sí mismo, cocinó para sí mismo y limpió después de sí mismo. Todos los días, se despertaba por la mañana, se preparaba un gran desayuno y un pequeño almuerzo para la escuela, y se iba a la escuela con el uniforme escolar más limpio y meticuloso. Era popular en la escuela por su generosidad y amabilidad, por lo que muchas personas se le acercarían. Se mezclaría entre compañeros de clase y profesores, adorado por todos. Después de la escuela, él iría a su casa, renunciando a la escuela debido a sus excelentes calificaciones. Después de algunos deberes breves, dormiría completamente a la mañana siguiente.
Este patrón continuó durante todo un año hasta que Rias finalmente encontró una anomalía.
Justo después del final de su penúltimo año, Naruto gastó un montón de dinero en un pedido en línea. Rias tenía a su genio de la informática reclusiva, Gasper pirateó su computadora y descubrió todas sus órdenes. Fue muy inusual. Al parecer, Naruto había falsificado la identificación de la empresa de la farmacia local y había ordenado un cargamento cercano de productos farmacéuticos a su dirección personal. Rias había pensado que iba a ganar el premio gordo. Naruto estaba usando su intelecto en química para hacer algún tipo de droga adictiva para vender a sus muchos amigos en la escuela. Rias tenía su teléfono preparado mientras observaba a Naruto revisar su orden, pero una vez más, se sorprendió.
