Sos vos

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SHEMOVESAWAY: Hola, un nuevo capítulo de esta historia que me encanta escribir. Vean primero el video. No pongo todas las escenas ya que hay algunas que no encuentro relevantes para la historia. Por otra parte las que pongo trato de poner los diálogos originales cambiando algunas cosas.

Espero les agrade 💕

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En el Roller Simón patinaba con Luna con el fin de practicar para el concurso mientras eran observados por Ámbar. Delfina y Jazmín se acercaron a la rubia llenándola de preguntas.

- ¿Es cierto que terminaron Matteo y vos?

- Si – mencionó la chica dejando a las jóvenes asombradas.

- ¿Pero por qué? – preguntó Delfina
- Era lo mejor para ambos. - Ámbar lucía tranquila y aquello no parecía para nada a la Ámbar que ellas conocían

– Pero siguen siendo pareja de patinaje ¿no es así? – Delfina siguió preguntando.

– Si, el me lo pidió y después de todo lo que vivimos se me hizo feo decirle que no — respondió indiferente mientras seguía observando patinar a Simón y a Luna.

Simón estaba tan ilusionado sosteniendo las manos de Luna. Sus ojos brillaban y su sonrisa no se despegaba de su rostro. Ámbar suspiró, quería ser aquella a la que Simón mirara de esa forma.

Mateo llegó hacia dónde estaba Ámbar  y le pidió practicar para el concurso, por otra parte Luna estaba patinando con Simón pero su rutina era un poco torpe por lo que la instructora Tamara decidió detenerlos en ese mismo momento y solicitar el apoyo de Matteo y Ámbar.

- Me gustaría que la pareja titular ayude a la nueva. – sin pensarlo dos veces Ámbar se ofreció para ayudar a Simón.

- Yo elijo a Simón para practicar – dijo sonriente mientras se acercaba al chico. Esta era su oportunidad para conectar con él. Tal y como había pasado en el primer momento. Dejando a Luna y Matteo practicar por su parte.

- Está bien – dijo el chico nervioso cuando vio a la rubia frente a él que tomaba sus manos para comenzar la rutina.

Simón no supo en qué momento las demás personas dejaron de existir, para él solamente existía la joven rubia y él patinando sobre la pista. Estaba sintiendo una conexión con Ámbar única, dejándose llevar confiando en ella y sintiendo la confianza que ella le depositaba. Al finalizar la rutina, la joven sonrió dejando a un Simón confundido, con un montón de emociones que no podía descifrar.

La instructora Tamara siguió trabajando con la rutina de Luna y Simón mientras que Matteo y Ámbar practicaban la suya. Ámbar no quería hostigar a Simón, por tal razón se mantuvo unos días alejada de él. Ámbar quería planear cómo acercarse al mexicano sin parecer una loca o causarle una mala impresión.

Caminando en el Roller Ámbar observó de lejos a Simón mientras practicaba con su guitarra. ¿Cómo no se había percatado antes de lo atractivo que el chico se veía afinando su guitarra y mientras estaba tan concentrado en conseguir el tono que necesitaba para su canción. Tras pensarlo mucho, Ámbar se acercó al joven mexicano.

- Hola Simón, ¿podemos hablar?

- Wow, me llama la atención que la chica más popular del Roller quiera hablar conmigo, dime. – Simón colocó su guitarra a un lado y Ámbar sonrió. Le gustaba cuando Simón usaba boinas. Le daban un estilo tierno. Recordó como en el pasado se había acercado en ese momento a Simón para hablarle sobre Luna y Matteo.

Que desperdicio de tiempo fue, ahora ya no hablaría sobre eso. La rubia se colocó a un lado del chico y el sólo le sonrió.

- ¿Ya conseguiste un lugar en dónde quedarte? – preguntó realmente interesada.

- Oh, si. Estoy quedándome con unos amigos, no tuve la oportunidad de avisarte y agradecerte por lo que hiciste aquella vez por mi. – Simón dio una sonrisa sincera mientras Ámbar se sonrojaba un poco por estar teniendo una plática tranquila con Simón.  — Patinas muy padre Ámbar – Simón rompió el silencio que había entre ellos.

- Muchísimas gracias, la verdad no es tan fácil, sobre todo cuando se patina en pareja, pero me gusta mucho.

- Oh si, tu novio y tú hacen muy buen equipo – Simón mencionó sincero. Aunque no le gustaba para nada Matteo. Algo había en él que lo molestaba.

- No es mi novio – dijo rápidamente. – Sólo seguimos siendo un equipo ya que el me lo pidió.

- Oh entiendo – de nuevo un silencio se interpuso entre su plática. Ámbar no dejaría que eso pasara así que mirando hacia la guitarra se animó a seguir platicando con el joven.

- Tocas muy bonito. ¿Desde cuándo aprendiste a tocar la guitarra?

- Desde chico, mi abuelita me enseño a amar la música entonces mi tio me regaló mi primera guitarra. En parte él me enseñó a tocar pero la mayoría del tiempo yo aprendí de forma autóctona. – explicó el joven sosteniendo su guitarra nuevamente.

- ¿Te gustaría tocar algo para mi? – dijo Ámbar con los ojos brillosos. Estaban tan bonitos que Simón no quería decepcionar a Ámbar con su torpe manera de cantar.

- La verdad es que tú cantas tan hermoso y de forma tan profesional que me da vergüenza. Si me escuchas cantar sólo te querrás tapar los oídos e irte corriendo a un lugar a salvo. – de pronto los ojos de Ámbar se tornaron tristes y Simón se mordió el labio. – Así que prepárate porque ya voy a empezar. – Y sin perder tiempo el chico comenzó a tocar una melodía y mientras la guitarra daba sus notas, Simón le hacía compañía junto a su voz.

- Wow, Simón, cantas divino. Y lo  sabes, sólo que te haces el modesto – bromeó la joven rubka provocando que Simón se riera junto con ella.

- Sí, si estuviera en el programa “The voice” todos hubieran volteado su silla

- Ten cuidado que uno de los coaches no sea Úrsula, sino te pasará lo mismo que a la sirenita si no tienes cuidado. – Ámbar bromeó con él. Recordando lo fácil que era hablar con Simón. Lo mucho que le agradaba estar con él.

- De niño cuando iba a la playa me gustaba creer que era un sireno. Me hacía una cola de pescado en la arena, y me enojaba cada vez que una ola se la llevaba – ambos comenzaron a reír por la anécdota del chico. Siguieron bromeando y contándose cosas, como si se conocieran de siempre, teniendo una conexión impresionante.

No estaban sintiendo como el paso del tiempo les afectaba. Su conversación era tan agradable que ellos creían que apenas tendrían unos 20 minutos hablando cuando habían 3 horas detrás de aquella plática.

Simón alzó la mirada cuando escuchó la voz de Luna. Que entraba junto a Matteo hablando sobre cosas del patinaje. Simón sonrió y olvidó todo a su alrededor al ver a la chica. Ámbar sintió una punzada de dolor en su estómago. Hoy había hecho un gran avance acercándose a Simón, pero el corazón del joven aún le pertenecía a Luna.

Los días pasaban y Ámbar hacía esfuerzos para acercarse a Simón, para que el chico se diera cuenta que ella existía. ¿Por qué hiciera lo que hiciera Simón no se podía fijar en ella? Aquello le dolía.

Ámbar estaba cansada, se fue a ocultar detrás de los lockers. No quería que nadie la viera. Estaba agotada de todo a su alrededor. Además de solucionar las cosas con Simón, había intentado hacer lo mismo con todo lo demás y estaba cansada. Nada salía como ella esperaba y el único que le podía servir de apoyo era Simón, quien no sabía nada de lo que pasaba.

Sus lágrimas comenzaron a salir. Estaba empezando a darse por vencida. Tal vez y Simón nunca sería para ella.

- Oh me espantaste – dijo al ver a Simón aparecer de la nada. Sus lágrimas seguían saliendo y se rio por la ironía. Esa escena la había vivido antes. Pero las lágrimas habían sido falsas.

- ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás llorando? – preguntó el chico.

- No creo que seas la persona indicada para contarte lo que me pasa 

- Bueno, si me quieres contar, tal vez pueda ayudarte. – Ámbar exhaló al escuchar esas palabras. Si tan sólo supiera que él era el único que podría ayudarla a superar su problema.

- No puedo más, el chico que me gusta está perdidamente enamorado de una chica que no le da bola, y yo, que estoy detrás de él ni se da cuenta de que existo – sus lágrimas salían mientras ella intentaba evitarlo pero era en vano.

- Wow ¿qué? – Simón se encogió de hombros – Lo siento – dijo intentando animarla. Pero Ámbar sólo se frustró más. — ¿Y tú conoces a la chica?

- ¿Vos de verdad no sabes de quién estoy hablando? – Simón negó con el rostro un poco apenado al no saber la respuesta.

- Abrí los ojos Simón. ¿No te das cuenta de que estoy hablando de vos?

- ¿Cómo? – los ojos de Simón se abrieron como platos al escuchar aquello.

- ¿Realmente no te has dado cuenta? ¿o simplemente no quieres ver la realidad? – Ámbar salió del lugar con el orgullo que le quedaba.

Simón abrió los ojos sorprendido. ¿Qué rayos acaba de pasar? ¿Había escuchado bien? Ámbar Smith ¿se había confesado a él? Aquello fue más de lo que su mente podía procesar. ¿Él? ¿Por qué? ¿Qué le vio Ámbar? Ella era la princesa del Roller. Jamás pensó en las posibilidades de que Ámbar sintiera algo por él. Además de que el estaba enamorado de Luna.

RESETWhere stories live. Discover now