Otra vez Miércoles, un día que era uno más para el resto del mundo pero para Lui no. Desde que la semana pasada Frau González anunció la venida de Lola ella no se lo pudo sacar de la cabeza. Por alguna razón tenía la esperanza que la extraña endulze un poco su vida. Una parte de ella sabía que era ingenua pero no perdía nada por creer tal cosa.
Su conducta en el colegio era normal, le gustaba participar en clase aunque se distraía muy fácilmente pensando en letras de canciones y cosas estúpidas como su almuerzo al mediodía. Nunca fue muy problemática, era bastante obediente, sin embargo, sus pensamientos y emociones eran controversiales para el colegio al que iba.
Lui nunca imaginó que su comportamiento cambiaría al llegar una hermosa extranjera de cabello rubio y bellísimos ojos celestes.
Finalmente comenzaba la clase de alemán que tanto le gustaba, y le gustaría aún más en el futuro por una razón que por ahora desconocía.
-Hallo Mädchen! Guten Tag!- exclamó llena de ilusión la profesora. Detrás de ella apareció una muchacha joven y de tez blanca- Hoy vamos a recibir con mucha alegría a Lola, la chica que les mencioné la clase pasada.
Hallo Frau, Hallo Lola- dijo a coro el curso entero de forma monótona y aburrida. A todas parecía resbalarles el hecho de que una desconocida haya pisado el aula pero algo pasó en el corazón de Lui. Algo inexplicable sucedió; de la nada, al ver a aquel ser tan precioso y sereno, su corazón empezo a palpitar de una manera que no había experimentado nunca. La velocidad de sus latidos era casi tan acelerada como la que se tiene al decir una mentira que sabés que te va a perjudicar en el futuro, pero no era la misma.
A partir de ese día, los que continuaron fueron una montaña rusa a la que ella nunca decidió subir. Sin embargo, se vio arrastrada a participar en un tornado de emociones que jamás había sentido y menos por una chica.
