Me hallaba en un estado de depresión, ya no quería nada, no escuchaba a nadie, solo las voces que me invadían a diario. Hacia mi vida normal sin motivo alguno, lo hacia para que nadie notara mi total amargura aun que con mi cara era bastante evidente. Veía tv buscando sin fe algo que me pudiera regresar la felicidad aun que sea por unos par de segundos pero nada lograba, simplemente solo estaba en mi mundo obscuro y lúgubre.
Asistía a mis clases de canto como siempre solía hacerlo, esta vez sin ganas ni motivada a nada. Sorprendentemente habían varios mas que se había unido, jóvenes que jamas había visto en mi vida hasta ese momento, me ubique donde siempre, adelante de los bajos, siendo yo contra alto. Era sorprendente la cantidad de bajos que se habían agregado a nuestro coro y todos cantaban precioso. Me sentí observada desde atrás por uno de los nuevos que había, pero yo no estaba pendiente de mi rededor sólo pedía que la hora pasara luego así me podría retirar e ir a mi zona de confort que era mi cama.
Pasaba las minutos y mas me sentía observada de ese chico de atrás y no me podía concentrar en lo que hacia, incluso sentía que jugaba con mi pelo, lo cual me molestaba.
- Podrías por favor dejar mi pelo, te lo agradecería.- en silencio dije hacia atrás refiriéndome a él en específico, pero aun que eso él siguió. Era inútil, en toda la hora no paro de hacerlo y me irritaba.
Termino la hora y tome mis cosas lo mas rápido para salir de ese lugar.
- Espera.- sujeto mi mano ese chico raro.- Lo lamento, tu pelo es muy hermoso y no pensé que te irritaría.
- Pero si lo hizo.-lo dije con un tono mas tosco.
- Quisiera disculparme. Soy Jack.- se presentó cordialmente. Mirándolo mejor no era un chico ordinario, ante mis ojos era bastante guapo con un pelo castaño y sus ojos casi del mismo color que su cabello, brillaban como un animal muy tierno. Su cuerpo era bastante tonificado y era mas alto que yo. Su cara es como si jamás hubiera tenido ninguna sola espinilla, pero su cara y cuerpo apuntaban que era mayor que yo en edad, tal vez con 19 o 20 pero aun así era muy bello ante mis ojos y sin notar lo observe mas de la cuenta, dejándolo sin ninguna respuesta de parte mía.
- Perdón... Soy Jessica.- le dije cordialmente.
Me fui a mi hogar, aquello era bastante raro que pasase, hasta ahora, lo mas interesante que me había pasado y por un momento creí que el dolor habría cesado, me hubiera gustado quedarme en ese lapso que tal vez lo denominaría "tranquilidad".
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No te vayas de mi lado
Romance¿Quien dijo que la edad importaba? el mundo esta lleno de posibilidades, sobre todo si es el mundo del amor y para Jessica Smith no pensó jamas que viviría ese mundo en donde todo sucede. conoce a la persona mas fantástica después de ya perder la fe...