¡Amor a primera vista!

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Comenzaré con el día que llegó a mi vida.
Ese día fui a una fiesta, un baile de barrio como los que se hacen aquí en la ciudad de México, fue fue ahí donde la observe por primera vez, Enamorándome al instante, lo primero que enfoqué con mi mirada fue su delicado rostro, tenía una piel tan blanca que hacia armonía con su cabello largo y lacio, lleno de un brillo encantador, a pesar de ser color negro.
¡Huuummm! ¡Pero esos ojos, esos ojos! Pequeños y rasgados con un tono café encendido, que despedían ternura dirigida a nadie, hermosos, llenos de vida absoluta! Labios sensuales apetitosos como una fresa madura y dulce! Todo esto seguido de un cuerpo delgado, estético, bien formado, sumamente atractivo. La observe a detalle por largo tiempo, a pesar de tantas distracciones siempre regresaba la mirada hacia ella, una amiga de ambos se dio cuenta de la insistencia de mi mirada y me preguntó ¿qué te gusta? Jajajá! Púes yo la conozco ¿quieres que te la presenté? Y yo sin dudarlo le dije ¡claro que si? Cuándo me llevaba del brazo hacia ella, mi corazón se aceleraba y comenzé a ponerme nervioso, y me dije, ¿tranquilo que puede pasar? Tratando de auto animarme.
Llegamos hasta ella, mi amiga dijo su nombre saludándola, seguido de un ¡mira te presentó a un amigo! Sonrió mirándome a los ojos y diciendo ¡Hola! Note que hubo un poco de química entre nosotros y después de platicar un rato me confesó que había tenido un fracaso amoroso igual que yo, no se sentía de ánimos para seguir charlando, comprendí y le di su espacio.
Al término del baile quedamos en volver a vernos otro día y así la fui conquistando poco á poco, día tras día, sin prisas, aunque yo desesperado por besarla con toda mi pasión, ansioso de tenerla y ser más que un simple amigo.
Después de largo tiempo se dieron las cosas y la hice mi novia y después mi esposa.
Huuuyyy! Que alegría! Todo era miel sobre pétalos de rosa, sí como disfruté, la besé, la abrace, la miré hasta el cansancio, sentí su piel al rosé con la mía y ella me regalo miradas de amor, palabras dulces, miles de caricias y besos llenos de pasión.
Fabricamos el amor sincero, pero con el tiempo todo se empezó a volverse monótono y aburrido, se fue apaciguando la actividad amorosa dejando de ser intensa, hasta el punto en que se pierde el interés por un nuevo encuentro pasional con ese ser que tanto amas.

El Amor RelativoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora