Un Angel

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Ojala pudiera mantener las cosas un poco bajo control, pero soy un total desastre hace quince minutos que debía haber llegado, la reunión no tarda en empezar y aun así sigo atrapado en el centro comercial, si no hubiera olvidado todo en casa y tenido que regresar ya estaría allí, y tal vez si no hubieran empezado una construcción frente al edificio no huera tenido que rodear, odio no poder tener el control de lo que pasa a mi alrededor, a veces pienso que no tengo control siquiera de mi propia vida, como si todo jugara en mi contra sin tregua.

¿Tenían en verdad que limpiar el suelo ahora?, no lo sé, pero lo hicieron, dejando todo resbaloso, malditas prisas, todos los papeles  están esparcidos por el suelo, no puedo llegar sin ellos, a menos la muchedumbre cuida no pisarlos, pero los están regando más y más, no soy tan rápido, pero tengo que hacerlo, algunos están ahora húmedos, maldición a este paso perderé mi empleo, los amontono unos sobre otros de manera torpe y alzo la mirada con coraje… Pero hay alguien que no pasa de largo como el resto, que no ignora que estoy teniendo problemas para recoger todo, se inclina sobre el suelo, ordenándolos en sus manos, recoge los que están más lejos con agilidad, cuidando incluso que las hojas estén bien alineadas, para evitar que caigan de nuevo, yo solo lo miro para ver la maraña de hojas que yo tengo entre las manos, nada parecido a lo que él está haciendo, cuando termina se acerca con una leve sonrisa, debe pensar que soy un abusivo pues me quede estático dejando que él lo hiciera, extiende su mano y me los entrega.

Me pongo de pie de inmediato recibiéndolos mirándolo fijamente, es más bajo que yo  con unos grandes y hermosos ojos oscuros, cabello cenizo y piel morena claro, su expresión tan tranquila y aquella suave sonrisa me han dejado estático, podría decir que es el rostro de un ángel.

—Gracias— Digo torpemente tratando de acomodarlos con los que yo recogí, él no dice nada solo asiente levemente con la cabeza, el me ayudo cuando todos los demás lo ignoraron, para ser un niño fue realmente amable y atento, se da la vuelta, lleva con él una mochila, que a juzgar por la hora debe haber salido de clase recién, lo miro alejarse  sin moverme ni un poco, un chico como el… Me parece tan único, tan especial, él se acercó a mí, me ayudo, no puedo creer que sea una coincidencia, debe haber una razón, tal vez el quería llamar mi atención, y vaya que lo hizo, no debería quedarme aquí, un gracias seguro no es suficiente, pero para cuando lo razono él ha desaparecido entre la multitud de gente, la alarma de mi celular suena estruendosamente, la reunión está comenzando, me muevo  con rapidez, después de todo lo perdí de vista, pero era un chico de secundaria seguro estudiara por aquí cerca, tendré que agradecerle, verlo de nuevo a como dé lugar.

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No fue la mejor reunión de todas, llegando tan tarde y entregando las copias en tan mal estado y en desorden, amenos siendo la primera vez lo perdonaron, conservo aun mi empleo, son pocas las veces que debo salir de casa para trabajar, prefiero hacerlo desde un ambiente cerrado en el que a menos tengo un poco de control, pero el día de ayer fue bueno salir, pude ver a aquel chico, odio salir de mi apartamento y si no fuera necesario no lo estaría haciendo pero me di a la tarea de investigar todas las escuelas medias que están por la zona, según los mapas hay tres pero he reducido el número a dos, pues a juzgar la entrada por la que lo tope se dirigía al norte, supongo de regreso a casa, y eso solo deja a dos escuelas que puedan estar en la dirección contraria, ahora, una de ellas es un colegio privado pero él no vestía uniforme por lo cual lo deja a una sola frente al parque de Armas, asumo que mis deducciones son correctas pero debo comprobarlo, por eso deje la comodidad de mi habitación para venir a la hora de salida y ver a los alumnos, con la esperanza de ver a ese niño una vez mas de ser posible.

Miro mi reloj de pulsera y después a la puerta, no falta mucho para el timbre de salida, escogí una banca en el parque que da justo a la salida, hay mucha gente pasando de aquí allá a esta hora y por el sol no mucha parece con ganas de detenerse, pero hay árboles grandes y el viento es bastante agradable.

El timbre repiquetea con fuerza, lo que hace que mi atención vaya allá de inmediato, pasan cerca de 5 minutos y veo a dos adultos resguardando la entrada, los alumnos comienzan a salir y con ello muchos autos se estacionan recogiendo a algunos de los niños, el arroyo de gente me desconcierta, no me agradan las muchedumbres además me impiden tener una buena vista de ellos, pero hago mi mejor esfuerzo, los minutos siguen corriendo, y sigo con la mirada fija, una señora incluso me mira un poco extraño, pero se marcha.

Al fin, tenía razón puedo ver sus hermosos cabellos cenizos entre los chicos, va solo caminando en dirección al paso de peatones para pasar de largo sin usar la acera del parque y solo ir a la siguiente cuadra y luego asumo al centro comercial, su rostro es aún más angelical de lo que recordaba,  sus facciones más armónicas, debo ir a agradecerle… Pero no he traído nada, en que estaba pensando, no puedo ir solo así, sería muy malo de mi parte.

Él se está alejando, no puedo perder su rostro… Su cabello, mi memoria es terriblemente mala, me levanto de la banca a prisa el continua al otro lado de la calle, necesito un recuerdo de él, que su imagen no se apague en mis recuerdos, saco mi celular de inmediato, y mientras el mira al semáforo, esperando para pasar, enfoco la cámara a él, de la manera más discreta posible, su rostro parece desesperado… Y sus ojos llenos de impaciencia, tiene la expresión, más hermosa que he visto nunca, saco la fotografía, justo a tiempo, pues el semáforo cambia, él se mueve junto con el resto de la gente, yo me quedo mirando a mi celular aquella preciosa imagen, debo saber cuál es su nombre…

Te amo, y quiero protegerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora