Oh, de qué manera latían sus corazones con sólo una triste mirada ocasional a la distancia. Eso le bastaba para soportar unos días, más, no era suficiente para saciar sus deseos que crecían hacia el uno y el otro.
Cuando la guerra terminó, sus vidas cambiaron de manera radical. Ichigo se casó con Orihime y tuvieron un hermoso bebé; para Rukia no fue distinto, se casó con Renji y tuvieron una hija.
Exactamente no esperaban eso para sus vidas, sin embargo... ahí estaban, casados, con hijos, viviendo separados y al lado de persona que verdaderamente no amaban. Lo sabían, los dos se percataban de eso cada que tenían la oportunidad de cruzar caminos. "Vengan a cenar", "Ichika quiere ir a jugar con Kazui", "Orihime los invita a cenar", "Vamos a reunirnos todos". No eran más que puras excusas, querían -necesitaban- al menos cruzar una simple mirada, tener un débil rose, ya sea una palmada en la espalda, un codazo o simplemente revolver el cabello del otro.
Se necesitaban y era muy triste necesitarse con tal fuerza y no ser capaces de estar juntos.
Coraje. Eso fue los que los ayudó a tomar una decisión. A poner por delante la felicidad de los otros que la suya, en parte, si ellos terminaban juntos ¿Cómo seguiría la historia? Ichigo pertenecía al mundo humano y Rukia ahora era capitán, poco tiempo libre, más obligaciones y menos posibilidades de ver a su querido pelo-zanahoria. Lo mismo se aplicaba al muchacho, no podía dejar a su inocente esposa, ni a su hijo por ir a la sociedad de almas, y si iba, debía llevarlos. Básicamente estaban esposados a sus vidas, alejados por las responsabilidades que ellos mismos se pusieron en la espalda. Y aunque amaran con todo su corazón a sus hijos, en verdad, hubieran querido estar juntos, de hecho hay momentos en los que Kurosaki fantaseaba con eso, sin embargo nunca se atrevió a proponerselo a la enana por miedo, miedo a su rechazo definitivo. A que rompieran ese pequeño pedacito de sueño verdadero, estar con ella era lo mejor que podía pasarle. La adoraba con locura, siempre encontraba la manera de animarlo.
Era tan especial. Tan única. Y tenía que verla al lado de Renji... Eso le molestaba pero entendía. El estaba haciendo lo mismo a fin de cuentas y creía que a Rukia también le pesaba verlo con Inoue. Sonará cruel, mas, eso es lo que quería que sintiera. Que lo anhelara, que lo deseara, que repudiara el hecho de no poder besarlo o abrazarlo, ¡casarse con él!.
¡Diablos, como hubiera querido casarse con ella. Verla entrar en vestido blanco pero dirigiéndose hacia él con esa sonrisa encantadora!
La voz de Orihime lo sacó de sus pensamientos.
-Kurosaki-kun, ¿hoy vendrá Kuchiki-san y Renji-san a cenar?
No podía creer que ella no fuera capaz de llamarlo por su nombre con tales acontecimientos transcurridos.
-Ehh -Se giró para mirarla parada en el umbral de la puerta-, no, dicen que están muy ocupados.
-Oh, bueno. ¡Ya vendrán otro día!.
Ella era tan animada... también era especial para él.
-No, nos pongamos tristes. En unos minutos estará la comida, iré a decirle a Kazui-kun -amagó con subir las escaleras, no obstante, se detuvo al escuchar a su esposo.
-Ahh sobre eso... no te preocupes por mí, tengo algo que hacer y seguramente regrese tarde. Es mejor que no me esperes -le comentó con una sonrisa, ella asintió devolviendo una más dulce.
-De acuerdo pero cuídate, Kurosaki-kun
La vio desaparecer en la escalera con esa sonrisa hermosa, se sentía mal, muy mal. Aún así... debía hacerlo.
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Nosotros seguiremos [Ichiruki] [Bleach] [Fanfic] [十]
FanfictionEl final ya fue escrito pero Ichigo y Rukia quieren algo más, escribir el suyo propio. Ignorando lo que las situaciones hayan decidido pasando por encima de ellos. Seguiran a pesar de todo, no son capaces de quedarse con los brazos cruzados.