Parte Única

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La puerta de aquella casa se abrió rápidamente dejando ver a dos jóvenes chicos entrar entre risas.

Horas antes de aquel suceso, Blard y Geno habían salido a dar un paseo por ahí, y habían terminado sentados en la cima de un pequeño cerro, dejando ver la ciudad en todo su esplendor a la luz de las estrellas y la imponente luna.

Habían empezado a darse los típicos mimos de una pareja, el momento era perfecto.

Estaban solos, el silencio les acompañaba, la calma era plena.

De caricias suaves, subieron levemente a algunas juguetonas por parte del menor. La bufanda roja de Geno por un momento terminó en la tierra. Blard había sucumbido ante las intenciones del menor.

La puerta de la habitación de Geno fue azotada debido a la desesperación de ambos. Quizá eran las hormonas, quizá era la necesidad humana, quizá era el deseo que se había dado en el momento, pero ni uno lo pensaba desaprovechar.

— ¿Estás seguro de...?

— ¿Por qué preguntas si sabes mi respuesta? —Dijo el más bajo, apareciendo un tierno sonrojo en sus mejillas. Blard sonrió.

— Modales, cariño, modales.

Geno cerró la puerta de manera lenta y se acercó a su novio, se notaban sus nervios provocados por la vergüenza. Quizá el más deseoso en aquel momento era Blard.

O al menos él era quien más lo demostraba, muy pocas veces el de más altura dejaba ver aquellas actitudes.

A Geno le encantaba.

Las manos de Blard agarraron al albino por la cadera y le apagaron a su cuerpo, haciendo estremecer de cierta manera al menor. Sus pómulos se tiñeron de un fuerte carmesí subiendo el ego de Blard. Geno infló sus mejillas.

— ¿Te estás arrepintiendo de haberme dicho que sí? —Preguntó Blard acariciando con sutileza, una sutileza cautivadora, el hombro izquierdo de Geno descubriendolo un poco. El menor apartó la mirada.

— Nunca te dije que sí, Blard. P-pero... Ah... ¿Por qué tienes que ser así?

Blard soltó una risa baja y algo ronca, para depositar un suave beso en el hombro del menor. Geno cerró sus ojos y le apegó a su cuerpo un poco más, mirando los ojos del mayor y besando sus labios tímidamente.

Blard sonrió triunfante para sus adentros y siguió aquel tierno beso mientras sus dedos recorrían un camino imaginario por la espalda del más bajo. Geno soltó un leve suspiro al sentir las manos algo heladas del contrario bajo su ropa dándole la oportunidad a Blard de subir de nivel la unión entre ambos, adentrando su lengua en la boca del menor y tomándole por sorpresa. El tímido chico tardó en corresponder, puesto que se sentía débil e indefenso ante el mayor. Sentía tantas cosas a la vez.

Quizá era su voz, quizá era su respiración suave y serena, quizá era su mirada tan calmada y a la vez cautivante, quizá sus caricias suaves.

O quizá era solamente él.

Blard empujó de a poco el cuerpo contrario hacia la cama sin cortar aquel húmedo y caluroso beso, que hacía sentir a ambos como si el aire se escapara por cada segundo. Una de las piernas de Blard se puso entre las de Geno aprovechando el tenerlo abajo suya, y la apegó a la entrepierna del menor haciendo que éste arqueara su espalda y se aferrara a sus ropas. Blard sonrió.

Quizá siempre sonreía, pero ahora lo hacía con picardía. Con ganas de ver más así a su tierno amado.

Geno ocultó su cara entre el cuello y el hombro del mayor mientras sus manos se aferraron y apretaron las ropas de éste. La pierna de Blard empezó a moverse suavemente contra la entrepierna de Geno, causando que este se removiera en su lugar, sentía que su consciencia lo abandonaba y la lujuria le tomaba preso.

Caricias suaves | One-shot Bleno +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora