¿Eres feliz? -Sadboy.
-Acababa de levantarme. Mis pies tambaleaban sobre el suelo mientras esperaba a recuperar la conciencia mínimamente. Me levanté minutos después, posé la mirada sobre el reloj que ocupaba un pequeño espacio de mi cómoda mesa de noche, como solía decirle, sólo para notar que ya eran las 6:56 AM, e iba tarde para el colegio.
–Otro gran día por comenzar, genial. – Dije, en tono sarcástico sabiendo que mi día ya había comenzado mal, como cualquier otro. – Me apresuré a salir de mi habitación, aunque aún así me lo tomaba con calma, había tenido días peores. No logré localizar a mis padres, pero encima de la mesa estaba mi comida, con una pequeña nota que tenía escrito. "Que tengas un lindo día hoy, hijo. Con amor.
–Mamá. " Tomé la comida, salí de la casa cerrando con llave y procedí a caminar a la parada de autobús, el cual perdí. Tomé mi bicicleta y pedaleé como pude hacia el colegio. Se hacían las 7:10 Am, y apenas estaba a mitad de camino, iba a llegar tarde a clase de Álgebra, desgraciadamente.
–De todas formas no me cae bien esa profesora. –Pensé, intentando ver el lado positivo de las cosas. No funcionó.
– 7:20 y había llegado al fin a clases. El profesor no había llegado por suerte, pero casi no me dejan entrar por el retraso de 20 pequeños minutos que tuve.
A pesar de todo, me senté en donde siempre, a la esquina izquierda de la última fila, donde nadie podía molestarme tanto.
Miré a la ventana, y sólo podía ver a un chico cualquiera, sin nada especial, sin lograr resaltar en nada. Ese chico de pelo castaño y ojos marrones cualquiera. Despejé mi mente un poco, cerré los ojos por unos minutos, hasta que fui interrumpido por la profesora que justo acaba de entrar.
–Buenos días a todos. –Dijo ella, con su voz fina y amigable. – A pesar de que casi nunca pasa algo nuevo o divertido en esta clase, hoy tenemos una nueva alumna. Por la puerta pasó la chica, miré yo sorprendido por un momento.
Era una chica linda, de baja estatura, piel pálida, cabello corto y una sonrisa de oreja a oreja. Radiaba alegría con solo mirarla.
-¡Buenos días a todos! – Dijo ella, con una voz alegre, amigable y potente. – A la cuenta de 0, todos le habían quedado mirando y la habían saludado.
Yo, por otro lado, seguía en mi mundo.
Cuando volví a posar la mirada en ella, venía caminando hacia mí.
Se sentó a mi lado y se quedó mirándome un rato mientras yo miraba hacia otro lado, pero no podía evitar mirarla de reojo. Terminó la clase de álgebra y todos salieron del salón con su grupo de amigos.
Yo, me quedé en el salón, sólo.
Dentro de mi clase era catalogado como "Sadboy", siempre estaba particularmente sólo, y eso me hacía sentir un poco deprimido, cosa que ya era bastante usual.
Tomé el desayuno de mi bolso y procedí a comerlo.
No mucho tiempo después, la chica volvió a entrar al salón y se sentó a mi lado nuevamente, no le presté mucha atención y simplemente seguí comiendo.
–Hola, mucho gusto. –Dijo ella, acercando su asiento hacia mí. La miré de reojo y le di una pequeña mordida a mi sándwich. Para luego saludarla debidamente.
–Mucho gusto, ¿Cuál es tu nombre? –La miré directamente y me senté de frente a ella.
–Elizabeth, es un placer... –Respondió mi pregunta y me sonrió, esa chica en serio radiaba alegría.
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¿Eres Feliz? -Basado en historia real
Short Story" Pasé tanto tiempo sin amigos, no me sentía augusto con nadie. Y mi moral me hacía sentir que nadie se sentía augusto conmigo, sólo me sentía una total molestia. " " - ¿Eres feliz, Sebas? -Preguntó, con un tono frío y sin apartar la mirada de la ve...