Su mirada perdida, incierta.
No observaba nada,
La melancolía se despierta.
Se sentía profanada,
helada como un hada.
Dulce pero petrificada.
El aire a su alrededor
Te cortaba.
Como el fino bisturí de algún cirujano.
Su piel era calida al tacto
Pero no transmitia sensaciones,
no transmitia nada
El alma la tenia estancada,
Transmutada,
Casi totalmente congelada.
Apretó sus ojos con fuerza y
Una lágrima fluyó,
Surcando con suavidad
la curva de su mejilla.
Pose mi mano en ella,
Le preste mi pecho,
En donde hundió su cabeza.
Sollozaba ahí en silencio.
Sin permiso acaricie su cabello.
Su cuerpo exótico y lleno de glamour
Temblaba entre mi abrazo
Me partía el corazón esta visión,
la persona más encantadora que conocí,
también resultó ser
La persona que más necesitaba
amor.
Cuando por fin termino de temblar,
alzó su cabeza,
nuestros ojos hicieron conexión.
Tan hermosos, pero a la vez de hielo.
Hielo que podría provocar
que hasta el tiempo dejara de pasar.
Y así fue, me congeló. O al menos,
congeló ese instante en mi memoria para siempre.
Recorrí los últimos centímetros
Que distaban mis labios de los suyos.
Y con toda la ternura de la que fui capas,
arranqué de su boca un beso
que nunca he de olvidar.
Me volvi fuego,
Para aplacar lo helado de su cuerpo
Me convertí en consuelo,
Para exterminar la tristeza de su alma
Me transforme en esperanza,
Para dejar en el pasado las penas que
Consumian su corazón.
Y cree una llave, para abrir su mente
Liberarla del miedo,
Y juntos descubrir nuevas posibilidades.