Creo que nadie sabe quién soy en realidad, nadie me conoce realmente. Claro, si naturalmente me escondo tras una máscara.
No creo que sea poco agraciado de rostro, pero la sociedad, como de costumbre, me pisotea e insulta por cada pequeño defecto que tengo.
Cobardía hubiera sido mi nombre, soy una persona cobarde, tengo miedo de sacarme aquella máscara y tener que lidiar con todos aquellos malos comentarios de las personas.
Sé que dirán “No te debería importar la opinión de los demás” pero, amigo, ¿quién mierda te va a creer que a ti no te importa la opinión de los demás? Si tu respuesta es “A mí no me importa” entonces, mi querido amigo, te tengo una sana envidia.
No, esto no es el diario de un suicida, ni de una anoréxica, ahora esta es la vida diaria en la actualidad. ¿Antes a la gente le importaba verse gorda frente al espejo? ¿Antes se tenía sexo y no se hacía el amor? ¿Antes habían abortos? ¿Antes las mujeres eran tratadas como un juguete sexual? ¿Antes los hombres se les consideraban más hombres por hablar groserías? Para todos estás preguntas la respuesta sería no, ¿Te acabas de dar cuenta de que tan mierda es la sociedad en la actualidad?
Estos son mis pensamientos como persona antisocial que soy.
Mi búsqueda del amor, alguien que ame mis demonios y cada defecto mío.
Mi búsqueda de la verdadera amistad, alguien que tenga ideologías similares a las mías.
Mi búsqueda de los valores, porque este mundo ya no los posee.
Mi búsqueda personal, encontrarme conmigo mismo, averiguar quién soy yo.
Por cierto, me llamo Jonathan, tengo 16 años, y esta es mi realidad.