Red lips

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La alerta lanzada al DEO viene del gran edificio de L Corp, tu entrecejo se frunce al ver cómo una vez más la joven Luthor esta otra vez en peligro. Si tú hermana estuviera aquí, ya estaría sacando a Lena. Pero ahora todo es diferente. Ella no está, y tú no vuelas.
Das la orden a tu equipo de ataque y abordas tu vehículo favorito.
Aceleras hasta el fondo y ágilmente te mezclas por la ciudad. Llegas al destino y ves todo acordonado.
Sacas tu arma y corres en dirección al piso donde se encuentra la oficina principal de Lena.
La tiene de rehén - te informa uno del SWAT y tu inspiras todo el aire que puedes. Piensas rápidamente y miras aquel balcón de esa oficina, estás un piso abajo del punto central de toda la operación.
La idea se cruza en tu mente y la tomas como si fuera el último tren.
Miras hacia arriba, unos cuatro metros de alto según tus cálculos. Ves hacia abajo y tragas duro. Si algo sale mal, sabes que no quedará ni un solo hueso intacto de ti.
Escuchas disparos y no analizas más, escalas en esa dirección. Un pie, luego otro, balanceas, estiras, trepas. Llegas.
El hombre que sostiene a Lena del cuello con un arma apuntando su cabeza esta de frente a la puerta de su oficina y de espaldas al balcón.
Es claro que sabe que Supergirl ya no salva a nadie en Ciudad Nacional.
Te aprovechas de esa distracción y te deslizas sutilmente dentro del balcón. Extraes tú arma y cuando escuchas que se llevará a Lena porqué alguien negocio eso, apuntas y un sonido seco cae al piso.
Lena da pasos anonadada hacia adelante. Se nota agitada, gira en tu dirección y se derrumba.
Corres hacia ella, verificas que el hombre ha muerto y luego la abrazas.
Ella se aferra a ti, te agradece, llora. Tiembla ante el momento de horror que vivió.
Lo siguiente que sabes, es que estas sentada a su lado en tu departamento, le tiendes una copa y escuchas lo pesado que es llevar ese apellido.
Ella habla de tu hermana, de cómo la echa de menos, de que no tiene idea de cómo le va. Aunque tú tampoco sabes, mientes. Le dices que está bien, que es una zona complicada para ella comunicarse, que le extrañas también.
Pasan la noche conversando y descubres que te agrada su compañía.

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Miras tu reflejo cansado en el espejo tras un día duro de batalla contra los malos, nunca pensaste que la partida Kara a otro planeta fuera a dejar un vacío grande en tú alma, y menos en una ciudad qué cada día se sumergía más en el caos.

Echas más agua y te refriegas para tratar de darle un respiro a tu piel. Te secas y sigues viendo tus ojos miel brillando, sonríes y tomas en seguida tú teléfono para marcarle a la única persona que jamás pensaste te sería de apoyo vital en todo este proceso.

Hola agente Danvers, ¿En que puedo ayudarte? Al otro lado la voz cantarina te saca una risa suave. 

Señorita Luthor es usted muy servicial -hace una pausa para agarrar valor y soltar aquello que durante dos meses se venía quedando atascado en tu garganta cuando le tenías en frente- quería saber si te gustaría ir a cenar conmigo.

Tus oídos esperan lo que para ti es una eternidad de diez segundos, oyes un suspiro a través del auricular y tus hombros caen por anticipado.

Estoy algo cansada Alex pero si me invitas una copa de vino en ese bar nuevo al otro lado de la ciudad, quizás acepte.

Ves tu dentadura en todo su esplendor y por supuesto que das un gran si a la interlocutora. 

Es en esté punto que te das cuenta que tu plan de ir a cenar con Lena Luthor trae un trasfondo, cuando ves tu cama llena de todo el guardaropa que has sacado. No te decides por nada en específico aunque deseas impresionarla, sabes que te gusta desde esa noche hace un mes donde casi la secuestran de nuevo y tu lo impediste de manera intrépida otra vez.
Es en ese momento justo donde beso con su labios rojos tu mejilla, qué marcó un antes y un después.

Red lipsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora