El Último Abrazo

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—¡¿Eh?! Quieres que te cuente sobre esa historia.

—...

—Sabes bien que a muchos no le gusta hablar sobre ese tema.

No ha pasado mucho tiempo desde entonces, las personas prefieren evitar recordar ese momento de sus vidas.

Los recuerdos de ese entonces se aferran y no piensan soltarse...
Muchas cosas hemos perdido y muchas otras ya no son iguales.

—...

—Si... También desearía haber tenido un poco más de tiempo.

Creo que todos quieren volver a sentir lo que era antes, "la normalidad".

—...

—Jaja, Talvez, revivir esos momentos que antes parecían ser tan aburridos cosas como ir a la escuela y escuchar al profesor hablar toda la mañana, luego porfin salir a jugar al recreo, ver tv, o quizás otra cosa como charlar con los amigos.

—...

—Ya se que son cosas algo aburridas en cierto modo, no parcen ser muy especiales, pero recuerdo con mucho cariño lo que hacía.

Fueron cosas simples, tranquilas y normales... Eran tan... Tan humanas qué, Umm.

—...

—Si... se que es una lástima, esos días fueron buenos.

Ahora, como puedes ver, solo queda el vago recuerdo de lo que fue este mundo antes de... eso...

—...

—¿Que qué fue lo que pasó? ... jum...

Creí que ya lo sabías, todos lo vivieron.

—...

—Ho entiendo, no se como tu lo hayas visto o vivido, pero aun no creo que puedamos hablar sobre el tema... Aunque, Yo creo que ya paso bastante tiempo desde que te conocí.

—...

—Esta bien, si incistes.

»Te contaré.

No faltaba mucho tiempo antes de que esa fría noche iniciara.

El atardecer se veía hermoso, ese espectacular crepúsculo estrellado, el cielo estaba despejado con unas pocas nuves pequeñas y esponjosas.

Nunca se vieron las estrellas brillar tanto, el sol resplandeciente qué ya se ocultaba no opacaba con su luz a ninguna de ellas.

Cuando ya los rayos del sol se volvían tenues y llegaba la noche, de un momento a otro apareció un hermoso resplandor de muchos colores que iluminó el cielo. Eran estelas muy amplias, parecían como auroras boreales qué envolvieron todo el cielo con sus hermosos colores.

Eran fantásticas, nunca nadie habria creído que se pudieran formar estas auroras en ese lugar. Era casi como magia, pero como de la nada aparecieron, de la nada se desvanecieron, casi como estrellas fugases.

Entonses poco a poco el valle se fue oscureciendo, las nubes se fueron juntando y el viento se volvía cada vez más revoltoso. En un instante el primer trueno dio inicio a la llovizna qué sin dar espera se convirtió en una lluvia constante.

...

Las gotas de agua se deslizaban entre los tejados de esas viejas casas, mojaban los cultivos de los lugareños e inundaban los riachuelos de los alrededores.

Se veían personas en la calle caminando con sus paraguas y sus impermeables dirigiéndose quien sabe a adonde, talvez a resguardarse de la lluvia, a sus casas o quizás a comer en algún restaurante.

no vivir, no morir, sobrevivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora