Please Eat {Namgi}

Please Eat

ADVERTENCIA
Historia qué trata de la anorexia, tema sensible para algunos. Por favor, si te sientes mal con tu cuerpo, no te estreses, así eres y así eres hermosa.

Esta historia está inspirada en la hermosisima canción de Nicolle Dollanganger. Les juro si la escucho mucho me pone super sensible.

Eres demasiado linda y perfecta para hacerte daño.
Recuerda que es tu cuerpo, puede que no sea lo más importante, pero es lo único que se puede abrazar.

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Si tan solo pudiera amarte como necesitas.

Sucedió otra vez, una y otra vez sucedió. Lo sé, no temas, sé que había vuelto a pasar. Las pequeñas marcas en tus muñecas me lo habían susurrado hace días.

Otra vez te miras al espejo con grandes lágrimas recorriendo tus mejillas pálidas hasta caer por tu barbilla y llegar a la alfombra blanca bajo tus pies.

Pasas tus dedos por tus caderas, pero en vez de hacerlo con el amor con el que yo lo hago en los momentos de dulce intimidad; lo haces con odio, con tristeza y dolor. Deje de preguntar la razón de esas lágrimas hace tiempo.

Tus piernas tan delgadas apenas parecen sostenerte hoy, cada día más débiles, tengo miedo de que algún día no puedan sostenerte más.

Si tan solo pueda ser la mano que te dé de comer...

No haz comido hoy, ni ayer, ni el día anterior... Ni el día anterior a ese.

Crees que no lo he notado. Pero no es así, cada vez que te acaricio, te abrazo, te siento debajo de mí, puedo notar como te haces más pequeño. Es como si murieras lentamente en mis brazos.

Tiras de tus cabellos con desesperación como si la visión que tuvieras fuera una pesadilla para tí, y así es. Es una pesadilla.

Tus costillas se asoman como si fueran a salir de tí si un día me descuido, tus clavículas se muestran como si no hubiera nada más que ellas bajo tu piel, los huesos de tus brazos parecen ser tan débiles y frágiles, tan a la vista, al igual que tus piernas que estoy seguro no soportarán mucho más tiempo.

Te acaricias el vientre con furia, rasguñas y entierras tus uñas en la poca piel que tienes ahí, dejando algunos tonos rojizos en la piel tan pálida que no puedo saber si es por tu usual palidez o la falta de algo de comer.

Lo que amo de de ti no es tu cuerpo, pero es lo único que puedo tocar.

Más de un bocado no te he visto comer en las comidas; te haz llegando con apenas agua para sobrepasar los días.

Encontré las pastillas bajo la cama. Aún recuerdo tus gritos el día que me deshice de ellas... Me pregunte si las amabas más que a mí.

¿Desde cuándo no has querido usar ropa ajustada? ¿Desde cuándo no haz usado esa ropa que tanto amabas usar para lucir y pasearte con una sonrisa frente a mi?

Alejas la mirada del espejo con ira, clavas tus uñas en los brazos y un gruñido sale de tus pálidos y rotos labios, susurras palabras que me hacen estremecer ante tal dolor.