Capítulo 1

1.2K 68 12
                                    

Hermione

Hay situaciones en la vida en las que no te das cuenta de cuando sobrepasas la línea entre emocionante y lo realmente peligroso; y esa era el tipo de situación en la que yo me encontraba. Sentada en un rincón de un apestoso y húmedo calabozo del Londres muggle, esperaba que Harry viniera a buscarme.

Mi camisa blanca del uniforme estaba ya entre tonos grises y mi capa tenía un rasguño en el codo y me había roto una uña aunque era una cosa sin importancia pues para colmo de todos mis males, compartía celda con una especie de Yeti que no dejaba de mirarme. Cubierta de tatuajes y piercings, y con un palillo en la boca, la abominable mujer de las montañas parecía querer comerme. Casi podía verla babear. Y yo no podía hacer nada.

"El uso de magia está totalmente prohibido a menores fuera de Hogwarts" casi podía oír a McGonagall repetirlo con autoridad delante de los alumnos de primero.

'Perfecto. Tu primera noche como Prefecta y la pasas en un calabozo. Pienso matar a ese capullo en cuanto salga de aquí' me dije. Desde luego que lo iba a hacer.

De fondo las voces de dos guardias se entremezclaban con la retransmisión de un partido de futbol. Les llamé imcontables veces, pero lo unico que recibi como respuesta fueron quejidos y golpes secos contra la mesa. Estaban tan cansados de mi como yo de ellos y de aquel lugar. En buena hora me había peleado yo con el más indeseable de todo el mundo mágico pensé. Mis pensamientos se interrumpieron cuando mi compañera Yeti de celda se levanto de su sitio y la vi caminar hacia mí y pensé como única salida que situación me había llevado hasta allí.

Como venía haciendo desde hacia ya 6 años me dirigia a la estación de King's Cross por el Londres muggle ataviada con una camiseta azul marino y un pantalon beige tobillero, una fina chaqueta de color marino y unas converse blancas, me las habían regalado mis padres hacia poco y era el primer dia que las estrenaba, como ese año me habian elegido Prefecta de Gryffindor junto con Ron, llevaba el uniforme y la capa dentro de una bolsa para cambiarme antes de subir al expresso y acarreaba mi gran baúl negro con las iniciales H.G. Era el primer año que mis padres no me acompañaban hasta la estación ya que estaban ampliando la consulta y ellos tenían que estar presentes. Me sentía bien, estaba emocionada, ir sin mis padres era un gran paso para mí, quizás no fuera para tanto pero para mí era importante. Estaba creciendo. Respiré hondo cuando cruzé las puertas del edificio que era la estación, oía trenes traquetear mientras entraban y salian de la estación, y campanas que sonaban aquí y allá. Me dirigí a la columna que daba entrada al andén nueve y tres cuartos dónde había quedado con Harry y Ron para entrar los tres juntos. Me senté en un banco cercano y revoví mi bolso como entretenimiento.

- Vaya, vaya a quién tenemos aquí, si es la rata de biblioteca número uno del colegio.

- Malfoy, lárgate.

Levanté la mirada de mi bolso para mirarle con todo el odio que era capaz pero en cuanto lo hice encontre unos ojos grises como la plata mirandome divertidos y una sonrisa maliciosa que no daba muy buena espina. Era Malfoy sí pero había cambiado desde el curso anterior. Su voz seguía siendo arrastrada pero era más ronca y adulta. Habia anchado la espalda y estaba más alto, más que Ron incluso, había dejado atrás todo signo de niñez en su rostro y su pelo estaba más largo aunque seguía engominado. Estaba más guapo, más joven adulto de lo que rec...Hermione ¿has pensado que era guapo? Es Malfoy, para.

- No veo por aquí a Bobopotter y a la comadreja pelirroja para que sean tus guardaespaldas Granger. ¿dónde los has dejado? ¿te han abandonado? Ya, por fin se han dado cuenta de que no eres nada y te han dejado sola.

- Malfoy, vete a la mierda.

- ¿Acaso no estoy en ella, ya? Arg hay muggles por todas partes.

- ¿Querías algo o sólo has venido a molestar?

- Que bien me conoces Granger, ambas suenan bien pero me decantaré por la segunda, es la costumbre.

- Mira Malfoy , no estoy de humor, lárgate.

- No asquerosa sangre sucia, no me voy.

Ahora mismo creo que pegarle a Malfoy no fue una buena idea, no era el mismo muchacho blandengue de tercero y bueno, acabar en una pelea muggle con Draco Malfoy no fue tan inteligente como había pensado.

- ¡Eh tú! - la voz de camionera de la mujer Yeti me hizo salir de mis ensoñaciones, el dolor de cabeza que tenía tras la pelea con el rubio volvia intensamente a mi.

-¿y-yo?

- Estas en mi sitio.

- Pero si llevo un rato aquí.

- Estas en mi sitio.

- Lo siento pero no me voy a mover estoy en mi derecho a- y un puñetazo aterrizo en mi nariz mientras perdia el conocimiento por haberme golpeado la cabeza contra la pared.

Look at me Granger...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora