Oda volteó la página del periódico, apoyando su codo en la mesa de la cocina acomodando su mejilla sobre su puño izquierdo mientras se cruzaba de piernas.
Chuya se encontraba justo al frente, en la mesada de la cocina con una taza de café mirando al mayor desde el taburete en dónde estaba sentado y el cielo y la playa detrás se podían apreciar perfectamente desde la posición de Oda.
Dió un suspiro exhausto, definitivamente agotado por lo que había pasado anoche, no solo por la discusión que había tenido con el mayor en la noche, sino Aya con sus gritos insoportables pidiendo, (o más bien exigiendo) que ambos se arreglasen. Volvió a suspirar tras recordarla.
— si sigues suspirando te entrará una mosca en la boca —advierte Oda a lo que la vena en la frente de Chuya salta en reacción
¿Estaría mal tirarle la taza con café caliente? Peor, ¿Estaba mal por realmente desear hacerlo?. Lastimosamente no podía, no quería volver a soportar a la pequeña Ayame gritando y exigiéndole a Chuya la explicación de por qué le había tirado una taza de café a su papá favorito. Porque sí, lastimosamente esa niña tenía preferencias.
— espero sinceramente que el periódico diga que la compañía que diseña esos abrigos de vagabundo que usas se fue a la quiebra —desea Chuya a falta de cosas que arrojarle al otro
Un bostezo se escucho en la puerta de la cocina, a lo que ambos hombres miraron hacía el lugar. En efecto, la pequeña Aya había despertado y estaba fregando sus ojos en la puerta con la mano derecha mientras que con la otra sostenía un pequeño perro de peluche. Sus rizados cabellos rubios estaban desordenados prueba de que recién había despertado, y sus pequeños ojos verdes apenas si se mantenían abiertos.
— ¡Buenos días! —exclamó de repente como si terminará de recargar energías y soltando el peluche y corriendo hacía las piernas de Chuya para abrazarlas
— buenos días, Aya —saluda el pelirrojo acariciando los rubios y cortos cabellos de la niña
— ¿A mi no me saludas, Aya? —preguntó el otro dejando el periódico en la mesa
— ¡Sí! —corrió rápidamente la niña saltando a los brazos de uno de sus padres para depositar un beso en su mejilla
Chuya sonrío enternecido a la escena, recordándose a si mismo que estaba enojado, y por muy tierna que se viera su hija con su padre seguiría estandolo.
— ¡Papá ven también! —pidió la niña a lo que Chuya negó en su lugar, levantando la mano y moviendo su cabeza repetidas veces de una lado a otro— ¿Por qué? —preguntó ladeando la cabeza a lo que rápidamente bajó de las piernas de Oda para pararse en medio— ¿No me digan que siguen peleados? —preguntó a lo que ambos desviaron la mirada
Oda porque realmente no quería que su pequeña se enojara por ello, y Chuya porque sabía con quién la pequeña se las montaría.
— ¡Papá Chuya! —llamó a lo que el otro en un suspiro le miró— ¡Pídele disculpas a papá Sakunosuke! —exige apuntando al otro
— ¡¿Ah?! —de quejó Chuya en su lugar— ¿Por qué tengo que disculparme yo?
— en primer lugar porque fue tu culpa —recuerda Oda recibiendo una mirada ácida tanto de Chuya como de la niña
— ya esta —declara la niña— ahora papá Sakunosuke es el que tiene que disculparse —dice a lo que Oda traga en seco
La niña espera pacientemente golpeando los pies, que estaban cubiertos ligeramente por el pantalón de su rosado pijama. Veía todo de brazos cruzados, esperando a que alguno de sus padres comenzará la charla.
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Something Unexpected. |One-shot|(OdaxChuya)
Fanfiction-Definitivamente jamás me lo habría esperado, Chuya (Bungo Stray Dogs no me pertenece, sólo usé los personajes para la historia _ Créditos por la imagen de la portada a su respectivo/a autor/a. Regalo a mi bella @marcev27 que me propone cosas raras...