Me levanté y mire todo a mi alrededor, estaba en mi habitación. Después del colegio llegue demasiado cansada y apenas toque la cama me quedé dormida. Escuche la puerta abrirse, mire a mi madre entrando por ella.
-Oye, cariño, nos iremos de viaje- Dijo tranquilamente, me quedé mirándola algo extrañada. Sólo venía a decírmelo y ni siquiera me había preguntado antes.
-¿y a donde?- Pregunté algo arrogante. - si se puede saber- Agregué dándome cuenta de ello.
-Inglaterra- Dijo entusiasmada,no me gusta para nada esta idea. No soy de esas chicas a las que les gusta mucho viajar.
-¿Por cuanto tiempo?- Le pregunté nerviosa. No quiero irme por mucho tiempo, ya tengo mi vida echa aquí.
-Por que razón nos iremos?- Quería saber el por que nos iríamos de viaje.
-Ocho meses, cariño- Me respondió tranquilamente.- Amor, tienes muchos problemas en tu colegio, pienso que irte de viaje te va a hacer bien- Siento que eso no era una razón para irnos, pero tenía que aceptar ir, no podía quedarme sola.
-Bueno, cuando nos vamos?- Tenía sueño necesitaba descansar un poco de todo esto.
-Mañana, tienes que estar lista a las 3 a.m- Me tenía que despertar muy temprano, otra cosa que odio.
-Ok- Dije algo resentida, no quería estar peleando con mi madre. No tenía ganas.
Hice mi maleta, luego de tener todo listo me fui a dar un baño, dure máximo 10 minutos, me puse mi pijama y me puse a escuchar música, no podía dejar de imaginar que podía pasar en esos ocho meses.
Tenía que hacer nuevos amigos, ese era mi miedo, soy un poco antisocial en ese tipo de cosas. No soy muy sociable, soy la típica chica que al momento de conocer personas es muy tímida, pero cuando entra en confianza no hay nadie quien la calme.
Unas horas después
Casi eran las tres de la mañana y estoy con las maletas en la sala de televisión viendo mi celular, espero que estos ocho meses se pasen rápido. En eso mi madre baja las escaleras con sus maletas.
-Vamos, hija- Seguí a mi madre, con mis maletas y me subí al coche. Ella manejaba para el aeropuerto. No me emociona mucho este viaje, pero no creo que sea tan malo después de todo.
Puede que mi vida cambie después de este viaje, cambie mi actitud, suba mis notas y no llamen más a mi mamá del colegio por problemas.
-Llegamos- Dice mi mamá y nos bajamos del coche. No me había dado cuenta de cuanto tiempo había pasado, estaba completamente sumergida en mis pensamientos que perdí la noción del tiempo. Caminamos para ir a la sala de espera, al llegar nos sentamos a esperar a que llamen a nuestro vuelo. Casi cinco minutos después anunciaron nuestro vuelo.
Vuelo 412 destino a Inglaterra, abordar la puerta 15
Nos subimos al avión y esperamos que despegue, en eso me puse los audífonos y caí dormida en segundos.
-Hija, despierta ya llegamos- Me despertó, me levanto para ir a retirar mis maletas y cuando las tengo a mi lado espero a que mi mamá llegue.
Después de unos minutos ella llegó, sin decir nada llama al taxi y nos vamos para la nueva casa, cuando llegamos veo la casa, es super linda, no es ni muy grande ni muy pequeña.
Entró y voy directo a ver las habitaciones, entró a la primer habitación, es pequeña entonces me dirijo a la siguiente y esta es muy grande.
Decido quedarme en esta, tiene una cama matrimonial, una mesita de noche, una cómoda muy espaciosa, un armario grande y un baño en esta.
Empiezo a guardar mis pertenencias en su sitio, cuando terminó me doy una ducha de 15 minutos, cuando salgo me pongo ropa cómoda.
Me siento muy cansada así que decidido acostarme un rato, me quedo mirando el techo sin hacer nada en absoluto.
Escucho que tocan la puerta y de mi boca sale un "adelante" casi inaudible. Mamá entra a la habitación y mira todo alrededor aparentemente muy feliz. Se sienta en la cama y me mira con una enorme sonrisa.
-Hay un parque por aquí cerca, ¿no quieres ir?- La mire detenidamente. No sabía si ir. Estaría sola, en un lugar que no conozco. Aunque podría conocer a alguien, una amiga que fuese al mismo colegio y me ayudará cuando este pérdida, pero sería demasiado bueno para ser real.
-Si, iré un rato- Dije levantándome. Busque entre mi ropa algo que ponerme, mientras mi madre me observaba sentada. Al final decidí irme como andaba, de todas formas no había nadie importante en este lugar. Mire a mi madre y ella sonrió.
-Nos vemos dentro un rato- Dije sonriendo. Ella asintió con la cabeza. Camine rápidamente buscando el supuesto parque que mamá decía que había. Lo encontré a unas cuadras de casa, entonces busque una banca para sentarme. Había mucha gente, pero nadie que me llamará la atención para conocer. Mire todo a mi alrededor y me levanté, quería caminar por el parque para conocer todo. Iba pasando frente a una heladeria, seguí caminando sin ver por donde iba, hasta que sentí que choque con alguien, quien derramó su helado sobre mi blusa.
-Lo siento yo...- Comencé a disculparme, pero me quedé callada al escuchar lo que él decía.
-Oye, ¿No puedes fijarte por donde caminas?- Lo mire frunciendo el ceño. -¿Estas ciega?- Preguntó, era un chico de piel blanca, rubio, ojos color miel, alto y delgado. Guapo, pero demasiado arrogante. Mire mi blusa llena de helado.
-Yo debería preguntarte eso, ¿No crees?- Él sonrió arrogante y miro mi blusa.
-Deberías agradecerme, esa blusa no combina con tus ojos.- Se encogió de hombros y miro el cono en su mano, entonces fruncio el ceño.- Me debes un helado.
-Tú me debes una blusa- Dije molesta con esta situación. No podía creer lo arrogante que era este chico. Además, que vergüenza regresar a casa con una blusa manchada con puro chocolate.
Negué con la cabeza, este chico no tenía ni una pizca de amabilidad en su personalidad, así que comencé a caminar para irme, pero sentí una mano agarrando mi brazo, deteniendo mis pasos. Mire al dueño de dicha mano, él sonrió arrogante, no podía creer lo odioso que era.
-Me llamo Matthew- Dijo, me soltó el brazo. Ya no tenía el cono.
-No me importa tú nombre-bDije tan arrogante como él hace unos momentos.
-Pero a mi si me importa el tuyo- Dijo con una sonrisa.
-A ti que te importa, idiota.
-No te preocupes, cariño, yo lo voy averiguar- Me guiño un ojo y se fue.
Mientras se alejaba me quedé mirándolo, no podía creer que hubiese gente tan arrogante y que justamente el primer día que llegó me encuentro a uno, quería encontrar una amiga, no un estúpido egocéntrico.
