Diario íntimo (extracto)

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Mientras me voy consumiendo, aún mantengo mi cordura. Cuida de que no desvanezca, ofreceme tus brazos y recogeme en tu regazo si caigo desde muy alto. Subí demasiados peldaños, señor, dije demasiado y enviaste tormentas. Déjame, señor, serpentear y muy rápido desaparecer como una estrella fugaz. Pide tú si quieres el deseo por mi. Dame fuerza, señor y perdoname por querer deshacerme del reloj, mandar las horas a tierra de nadie. Me odiaron tanto sin motivo que aprendí a odiar. Me enseñaron tantas mentiras que por eso decidí ser sincera en este mundo donde aún queda un rincón para la esperanza. También en mi corazón. Te pido, te suplico, dame fuerza señor. Si me siento sola y rota, guárdame en la vida con cariño. Solo soy un juguete que cayó al suelo y se rompió. Sin embargo, aún creo, señor, no necesito parches, ni remiendos. Jo, conocí lo que es el amor. No me riñas si he malgastado los pocos centimos que me diste, ellos no podrán robarme el amor tan grande que siento, inconmensurable. Serpentear en el azul de mi cama, como una estrella fugaz que se desvanece y tú, solo tú eres el dueño de mi deseo. Si me siento vacía llename de tu verdad. Lancé flechas de amor sin ser cupido, escupi sobre tu nombre pensando un remedio ante tanto sufrimiento. Creí desvanecer, solo recibí culpa. Pero no conseguirán volver a hacerme sentir miedo. No debo nada a nadie, mis deudas son conmigo misma y quizá por ello pienses que no soy honrada. He caminado muchas veces entre mis propios enemigos, he comprendido lo que es la incomprensión pero jamás abandoné, ni tiré la toalla, por eso no entiendo esta orfandad de la que ahora soy víctima. Coseche y no recibí. Y no me faltó la abundancia que yo misma creaba con mi amor ante la sequía de tanta indiferencia, que he visto tantas cosas que ya no se si queda espacio para mi en el cielo o el sofá de las nubes se encuentra en un lugar muy lejano de estalagmitas y estalactitas y te digo que pidas un deseo como si fuera tu cumpleaños, como esa ilusión que sienten los niños ante mi presencia y qué emocionante, siento vértigo, siempre estoy en la montaña rusa, aunque quiero parar, no puedo, el boleto lo compró mi padre y es de por vida. Prestame el deseo, señor! Tengo derecho a mi propio deseo. Y lloré tanto... Y reí. Soy Liviano. Aparezco y destapa reconozco. Soy la estrella fugaz a la que puedes pedir un deseo. Pregúntame esta noche tus dudas y te diré que el vértigo es como un látigo o una serpiente que agoniza envenenada de su propio veneno. Y no te preocupes que no te espero. Soy una estrella fugaz, mi madre cambió el destino del boleto. Pero no te preocupes que no te espero. Que de lo aprendido se aprende y lo desprendido volveré a aprenderlo. Paciencia a la paciencia y siempre amor y besos que con los hilos de tu pelo trenza yo la cesta donde descanses tu veneno, el elixir lejano que lleva su nota de advertencia pro los lobos no saben leer y de quedan dormidos para siempre, si alguna vez despiertan we nos lo cuenten. Porque aquí en la noria, nunca para lo emocionante, por el camino muchos quedaron, algunos decidieron hacer auto-stop o coger un atajo. Si he de resumirlo diré :

Por título : vértigo 

Por versos: vivo en una montaña rusa

                        mi padre compró el boleto 


Pero qué bien lo pasé en la feria, y luego, tras quitarme el disfraz, volví a ser la misma de siempre, pero las niñas sentían mucha envidia porque mi padre me compró el boleto para la noria y la montaña rusa y mi vida, desde entonces, es emocionante. Da vueltas y más vueltas, cuando alzo mis manos y toco las estrellas se que sus puntas afiladas son de mentira y la melancólica luna siempre cantando sus ajada nanas para los niños de nadie que son todos ríe a carcajadas y de la noche una hermosa fiesta. La luna me chivo el secreto muy fuerte al oído. La noche es para estar de fiesta porque has subido alto, pequeña, y tanto te mintieron con cuentos de príncipes y princesas, de niños azules y niñas rosas que nunca crecen ni se quejan que aprendiste a ser sincera. Pero gira que te gira volverá ya amanecer y no creas que el sol te dará los buenos días, te quemará como a las brujas y como siempre los adolescentes rebeldes que se niegan a hacer caso a su padre. Claro que fue mi padre el que me compró el boleto y si desfallezco la noria sigue girando y escapo otra vez de las fauces del dragón porque los dragones no saben leer y aunque mi elixir lleva una advertencia ellos no lo saben y se duermen para siempre, no sé si alguna vez despertarán para contarlo, mientras tanto yo sigo dando vueltas o en el emocionante viaje de la montaña rusa. Debería acostumbrarme porque nadie me compró el boleto de vuelta a casa, hice la fiesta y me colé en el tren que me llevaba a casa, no pagué por el hogar añorado y me escondí tras la puerta, no puedo llegar a casa, estoy cansada y tengo sed. Tengo la llave que abre la puerta de la vida, la que un día se gestó para mi, puedo ir a donde quiera, abrir cualquier puerta y dormir a los monstruos, a los cocodrilos que me acechan con sus fauces y mentiras que logro superar con mi sincera incredulidad. Un día voy a atravesar las paredes y te juro que de pena no se muere porque la pena, el temor es vértigo y no hay que sentir pena cuando la noche es una fiesta y estás en la feria. Si algún día te decides a bajar que despierte un dragón y me lo cuente. Las vidas monótonas, colocadas en su propio caos, sufridas en su propio sufrimiento nunca han escuchado reír a la luna no saben, ni han conocido el amor incondicional y ese es uno de los secretos de los que de muy niños fuimos a la feria sin tener la precaución de recordar el camino de vuelta al hogar. Y no somos malos pero vamos a todas partes. Yo quisiera ser como esa o como aquella pero siempre sigo siendo yo en la esencia de la fiesta, el vértigo y la noria que no para de dar vueltas. De nada sirve llorar, nadie te prestará un pañuelo. Quizá algún compañero de viaje te ofrezca su hombro pero es efímero porque el tiempo pasa volando, como vuelan tus pasos a ras del suelo porque vas subiendo, otra vez estás subiendo y es emocionante. Ellos siguen con sus martillos, sus palas y picos, sus computadoras y piensan que estás loca por vivir así y temen tu alegría en algún logro que hagas tuyo porque es mil veces más difícil si lo haces en la montaña rusa. Y ahora escucha otros secretos que he encontrado por el camino....... 







Diario íntimo (extracto)Where stories live. Discover now