(NARRA CLOE)
Acabe de abrocharme los pantalones, cuando noto que alguien me toca de la mano, era, ¿Alex? ¿Hugo? ¿Pedro? Ni idea.
- ¿Ya te vas?
- Es que esta relación no va a ningún lado, tú quieres algo serio y yo soy un alma deambulante, no te me ato a nada ni nadie.
- ¿Y ya está?
- No eres tú, soy yo. Me tengo que ir. Adiós.
Vislumbre la puerta después cuando salí de aquella habitación, y me dirigí hacia allí sin pensar en nada más, total seguramente no lo volveré a ver en mi vida.
Queda unos días para acabar el instituto, al fin, pero igualmente no soy una chica de ir a finales del curso, ¿Para qué? Fui hacia mi casa a cuatro cuadras de aquella, abrí la puerta y grité un hola a todo pulmón y aquel silencio abrasador me inundó, estaba sola, saqué mi móvil y observe los diversos números de chicos. Me decanté por un tal Isaac, parecía guapo seguramente sería fácil de conquistar.
Uno, dos y tres pitidos:
- Diga – se escucha al otro lado de la línea.
- Hola, soy Cloe, ¿te apetecería venir a verme?
- Mmmm… ¿No hay clase hoy?
- Y hoy, un día en qué yo, te llamo para pasar un rato divertido contigo no puedes, ¿saltarte las clases?
- Esta bien, dime lugar y hora.
- En mi casa, donde siempre y dentro de una hora.
- Perfecto, voy hacerte gozar nena.
Cuelgo. Si seguro murmuro.
Después de ducharme y comer un plato de macarrones, me lavé los dientes y picaron a la puerta, me ajuste el corsé y sonreí.
Abrí la puerta y comencé a besarle, pronto sentí como unas manos agarraban rápidamente mi trasero…
Las 15:00h. Él ya se había marchado y la verdad joder, que bien estuvo madre mía. Me ducho de nuevo el cuerpo y me hago una coleta alta, monísima. Cojo mi bolso y en un papel apuntó:
“Voy al supermercado y luego he quedado, volveré tarde, en el microondas hay macarrones, te amo. Hasta luego”
Voy al súper, compro pasta, galletas y chocolate, también compro helado de turrón y de chocolate. Voy a pagar y el chico que me atiende es muy guapo. Como en teoria he quedado con alguien, le digo si quiere conocerme y moviendo mis pestañas un par de veces, cae en mis redes y acepta como todos.
Cuando veo que el supermercado está apuntó de cerrar, me acercó a él y le susurro:
-Te espero afuera, no tardes – y cuando me alejó, me da un cachete en el culo, y yo grito, me giro y le sacó la lengua sensualmente.
Salgó a fuera, saco un cigarro y lo enciendo. Cuando lo acabo alguien me agrra por detrás, me giro y digo:
-Me llamo Cloe.
-hum… yo Alexis, en placer guapa.
-¿Vamos algún sitio?
-Mi casa queda a dos cuadras de aquí, vamos.
Nos encaminamos y lo hacemos hasta que me suena el móvil, es una alarma. Mierda.
-Me tengo que ir, lo siento. Es mi madre.