Aprobación

21 5 0
                                    


Hola, queridos lectores. Traje un simple y pequeño Drarry. Sólo algunas escenas random sobre un Draco inseguro y un Harry perseverante

Todos los derechos a J.K. Rowling, quien nos dio este maravilloso mundo.

----------------------

Aprobación.


Draco Malfoy siempre fue un joven necesitado de aprobación, siempre manteniéndose al borde de las infinitas expectativas y, sin embargo, nunca siendo capaz de alcanzarlas. Desde pequeño añoró la aprobación de su padre, en su adolescencia necesitó la aprobación del señor oscuro, y, bajo situaciones que nunca logró comprender, deseó la de Harry Potter.

Quizás fue a raíz del momento en que el moreno caminó a paso decidido en su dirección, esquivando a la multitud que se arremolinaba a su alrededor en el andén 9 y tres cuartos, solo para estrechar su mano y terminar con su rivalidad infantil, o cuando tomó la decisión de sentarse a su lado en clase de pociones. Pudo ser cuando intentó mantener una conversación alegre a mitad del primer partido de quidditch de la temporada o incluso cuando tomó uno de sus comentarios sarcásticos a manera de chiste y palmeó su espalda con familiaridad.

También existía la posibilidad de que fuera justo en el momento que Harry Potter le acorraló en un pasillo solitario y le besó. Había sido un gesto tan descarado, necesitado y torpe, que Draco ya no tuvo oportunidad de retroceder.

Y cayó, con mucha fuerza, por San Potter.

Llamarle relación a lo que desarrollaron entre los pasillos, salones abandonados y límites del bosque prohibido era demasiado elegante, no eran más que besos, jalones y uno que otro roce atrevido. Pero estaba bien, se sentía bien.

Demasiado bien, pensó Draco, quién siempre intentaba no pensar mucho en el asunto, tan sólo para mantener a raya aquella voz en su cabeza que le recordaba la horrible persona que era, que fue, y lo inalcanzable que era Potter para él.

—Sabes...deberíamos dejar esto.

Fue a mitad del último año escolar que se animó a soltar un comentario al respecto, decidido a dejar todo ese embrollo y regresar a aquella enemistad tonta, era eso, o confesar su amor inmenso por el niño que vivió, y eso, no pasaría.

Harry dejó de acariciar el dorso de su mano para enfrentarle.

— ¿Qué quieres decir? — El destello esmeralda justo bajo sus anteojos, retó al rubio a seguir.

Esto, Potter...Lo que sea que tú y yo estamos haciendo. —Levantó su barbilla con decisión, sin inmutarse ni un poco ante la mirada amenazante del otro.

Harry se mantuvo en silencio un par de minutos, tomando una postura firme y seria sobre el césped donde estaban recostados unos intentes antes.

— ¿Quieres terminar? —Draco no comprendió. — ¿Estás dejándome?

El rubio titubeó, pero se mantuvo sereno.

—No hay nada que terminar, Potter, ¿no lo ves? Todo esto, no es nada, sinceramente no sé qué estamos haciendo.

Draco esperó, pacientemente, que el Gryffindor comenzara a gritar, lloriquear o simplemente se marchara con el ego herido, pero eso no pasó. Harry comenzó a reír, y no con burla, sino con una risa verdadera y amable.

—Realmente no esperaba esto de ti, Draco. —Malfoy nunca aceptaría lo mucho que le afectó escuchar su nombre salir de los labios del moreno. Harry se llevó una mano a la nuca, luciendo apenado. — Creo que tienes razón al estar molesto, nunca lo hice adecuadamente.

AprobaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora