Barreras (Dahmo)

Nuevo Comienzo

Caminó por las calles buscando un lugar en específico que le indicaba un papel que sostenía en su mano derecha, la zona que buscaba era muy conocida, por lo que parar a pedir indicaciones y resolver sus dudas no sonaba tan descabellado en ese momento. Su caminar era bastante calmado sin mencionar lo segura que se sentía en ese momento, después de todas las enredaderas que ha vivido por los últimos días, un poco de aire fresco le hacía demasiada falta, claro que tan pronto como pensó lo relajante que la estaba pasando ese día, sus pensamientos fueron interrumpidos por una estruendosa voz.

Alzó su mirada y volteo la vista hacia un lado, al otro lado de la calle habían unos chicos frente a la entrada de un edificio, o dicho de mejor manera, un complejo de edificios, quienes al parecer estaban haciendo escandalo como cualquier chico y su amigo en un día soleado.

Hubiera seguido su caminata pero cayó en cuenta, de que el lugar que estaba buscando estaba frente a ella, justo donde esos chicos estaban bromeando sobre sabe quién qué cosa. He ahí donde se cuestiona el cuanto tiempo anduvo caminando, que de no ser por esos chicos y sacarla de sus vacilaciones, seguro hubiera terminado unas cuadras más abajo del lugar.

Suspiró.

Apretó el papel en su mano el cual ya no le servía de mucho dado que ya se encuentra en su destino, miró a ambos lados asegurándose de que algún gracioso no se quiera pasar de listo, desobedeciendo la luz roja del semáforo, y que ella saliera perjudicada, para luego cruzar con tranquilidad hacia el otro extremo de la calle.

Caminó por diversas áreas preguntando a sus mayores dónde podría encontrar la oficina del decano, pues resulta que estaba hasta el otro extremo del lugar, por lo que tardo minutos en encontrar dicha oficina.

Miró por unos segundos aquella puerta, que viéndola de cerca, se notaba que la pintura enmascaraba los años le habían pasado encima, tendrían que volver a pintarla, ya que de a poco la nueva capa de pintura que habían puesto sobre ella, comenzaba a desgastarse, miró como algunas partes despintadas de aquella puerta, adornaban aún más la imagen tan decaída que tenía aquel objeto.

Bajó su vista hacia la perilla, a tan pocos centímetros se encontraba lo que tanto anhelaba: tranquilidad, lejos de las obligaciones, de las miradas frívolas y envidia, de aquella imagen que trataba de ser lo que no es solo para no manchar el buen nombre de su padre. Se golpeó mentalmente antes de seguir pensando en cosas que no resolverían ni cambiarían nada, suspiró tratando de calmarse y sin más giró la perilla.

-¡Oh! Justamente a quién estaba esperando, pasa, toma asiento- habló tan rápido como la chica se dejó ver tras la puerta.

La forma en la que aquel hombre de mediana edad, regordete y con barba le sonrió, le hizo despejar toda duda en ese momento, atacando la petición del sujeto al ofrecerle asiento.

-Lamento la demora - comento una apenada Dahyun.

-Oh no te preocupes, solamente ha sido un día, no creo que hayas perdido mucho -dijo de manera comprensiva- en fin, ¿has traído los papeles que te pedí?

Dahyun recordó lo que días atrás le había explicado el señor que tiene en frente, a través del correo, lo que necesitaría para poder hacer su traslado, lo difícil fue cuando solicitaron las firmas de sus padres, cosa que fue fácil por parte de su madre, ya que ella la comprendía a excepción de su padre, no le quedó más opción cual niño que falsificar dicha firma, ya que si daba a conocer sus intenciones, ¿de qué serviría todo esto? Al fin y al cabo, él y sus ideales la obligaron a estar donde está.

-Sí, los tengo aquí - de su mochila sacó un folder en las cuales contenía unas cuantas hojas con documentos.

-Ya veo - comento ojeando cada uno de los papeles- bueno todo está en orden así que puedes comenzar hoy.