My Fary Tale... [Yixing] // PAUSADA

la sirenita?...

"... Si la Sirenita asesina al príncipe con la daga o el puñal y deja correr su sangre por sus pies, volverá a ser una sirena, todo su sufrimiento terminará y podrá vivir su vida de sirena bajo el mar, con sus 300 años de vida.

Pero la Sirenita fue incapaz de matar al príncipe mientras dormía en el camarote de su barco nupcial real con su nueva esposa, ya que aún lo ama, y al amanecer, ella se lanza al mar. Su cuerpo se convierte en espuma, pero en vez de dejar de existir, siente el calor del sol, porque se ha convertido en un espíritu etéreo, una hija del aire. Las demás hijas del aire le dan la bienvenida y le explican que se volvió una de ellas porque intentó con toda sus fuerzas obtener un alma eterna. Ella podrá ganarla haciendo buenas acciones por 300 años; por cada niño bueno y niña buena que encontrara, se le restaría un año a todo ese tiempo y por cada niño malo y niña mala, ella lloraría y cada lágrima significaría un día más. Entonces, un día, ella llegaría a tener un alma inmortal que viviría eternamente en la gloria del cielo..."

Cerró el libro de un golpe, resoplando un tanto molesto por aquel final que tan poquito le gustaba y de la misma manera deja caer el tomo de cuentos sobre la mesilla junto al sillón en el que él se encontraba.

- Y pretendían que matase a su príncipe? que clase de hermanas son esas?.. bueno...

frunciendo el entrecejo y los labios siendo una casi imperceptible línea en su rostro, se levanta del sillón y se encamina a la cocina para poder prepararse un té. Era tarde y no debería andar comiendo o no podría dormirse, pero necesitaba algo calentito que templase su cuerpo, por lo que ese té sonaba como la mejor idea del mundo mundial.

Al llegar a la cocina su expresión se relajó un poco, pues el aroma a galletas y pan recién horneado que se respiraba en la sala era igual de placentero que la idea de tomarse el té calentito sentado y envuelto en mantitas en el sofá frente al televisor como si la nieve del exterior no importase ni enfriase nada.

- Qué haces aun despierto Yiyi? no me digas que estuviste leyendo cuentos de nuevo... hahaha no tienes remedio cielo

- Eish... para qué preguntas si ya sabes la respuesta? mnh... huele delicioso cariño pero, no que era tarde y debíamos dormir para la presentación de mañana? pretendías engatusar a los padres con galletas? mnh..

Minho sonrió al ver como su pareja evadía su pregunta y lo abrazaba por la espalda para distraerlo mientras tomaba alguna galleta robada, como si no se conociesen de nada y no supiese de su táctica para hacer que la montaña de galletas menguase relativamente rápido.

En un momento de debilidad del chino, Minho se voltea quitándole la galleta de las manos a su chico para atraerlo a su cuerpo con una sonrisa ladina y robarle un beso rápido pero a su manera intenso, tras el cual se separa un poquito, lo justo para poder dejarle la galleta en la boca.

- Hay que pagar por las galletas cielo, no son gratis para nadie. Venga, sube al cuarto, necesitas descansar Yiyi, ahora te subo un té con unas pocas más si?

- ah... diablos Min... yo.. eish! está bien, gracias cariño

Aún algo descolocado por aquella maniobra de su pareja, Yixing le dedica un guiño dulce al contrario y le da un besito en la mejilla para salir de la cocina a paso ligero, llevándose una galleta gratis para el camino.

Diez minutos más tarde Minho dejaba la cocina con una bandeja en las manos, en la cual llevaba una taza de té verde con limón y miel para Yixing, un pequeño plato con algunas galletas y un vaso de agua para él mismo. Subió las escaleras con cuidado de no derramar el té de su pareja y pretendiendo sorprenderlo abre en silencio la puerta del cuarto que ambos compartían.

- Yiyi~ ya viene tu....té... Yiyi?

La voz de Minho, normalmente firme y sin titubeo alguno, se vio entrecortada al no encontrar a su chico en el cuarto. Dejó la bandeja en la mesilla junto a la amplia cama de matrimonio que tanto le gustaba a Yi y se dirigió al baño... Vacío.

- Yixing? cariño dónde estás?

Minho estaba empezando a preocuparse, no vivían en una casa pequeña, pero tampoco era tan grande como para que no lo escuchase al llamarlo de aquel modo.

Nervioso salió del cuarto y entró a la habitación que estaba la otro lado del pasillo, la que Yixing solía usar como estudio para sus pinturas y relatos; nada. Salió del estudio y lo buscó en la habitación de invitados, en el baño de invitados, bajó a la sala, a la cocina, al pequeño txoko del billar...nada, nada, nada, nada y nada...

Yixing no estaba en la casa...