My Fary Tale... [Yixing] // PAUSADA

Cazadores...?

En un momento de debilidad del chino, Minho se voltea quitándole la galleta de las manos a su chico para atraerlo a su cuerpo con una sonrisa ladina y robarle un beso rápido pero a su manera intenso, tras el cual se separa un poquito, lo justo para poder dejarle la galleta en la boca.

- Hay que pagar por las galletas cielo, no son gratis para nadie. Venga, sube al cuarto, necesitas descansar Yiyi, ahora te subo un té con unas pocas más si? 

- ah... diablos Min... yo.. eish! está bien, gracias cariño

Aún algo descolocado por aquella maniobra de su pareja, Yixing le dedica un guiño dulce al contrario y le da un besito en la mejilla para salir de la cocina a paso ligero, llevándose una galleta gratis para el camino. 

-Mnh... deliciosas...

Exclama feliz comiendo su galleta sin perder la sonrisa mientras subía las escaleras con una calma que para cualquier otro podría parecer inmensa, exagerada o incluso molesta, pero en Yixing se veía tan natural que hasta lo hacía verse gracioso o adorable inclusive, lo cual no le gustaba mucho a él pero si a su novio Minho.

Aquel detalle vino a su mente mientras entraba en su cuarto y su sonrisa se amplió de inmediato; novios...

Era cierto, Minho y Yixing eran novios, así llevaban unos pocos años, 3 para ser exactos y recién ahora se habían decidido a vivir juntos. En un principio no lo hicieron porque no lo veían algo necesario para avivar su relación, pero los estudios de ambos habían terminado, el trabajo había iniciado y con ello el tiempo para estar juntos se hizo un poquito más corto... un poquito bastante más corto, por lo que la idea de vivir juntos fue cogiendo peso hasta que encontraron la casa ideal para ellos.

Una casa modesta, grande como para que viviesen solos, pero nada exagerado ni difícil de limpiar en poco tiempo. Tenía dos pisos, eso sí que fue un capricho de Xing, puesto que siempre le decía a Minho lo ideal que sería poder decorar las escaleras en navidad y en verano. Sí, el chino era especial y vivía con la mente en otra dimensión, pero era un buen chico y eso pareció convencer al mayor para acabar comprando la casa de dos pisos con miles de rinconcitos para las decoraciones de su extraño pero adorable novio. 

-No se hace a una idea... aaaaaish Minho querido..

Suspira tranquilamente mientras que, con aquella calma propia de él y también de las despistadas brisas de otoño, rebusca en su armario hasta dar con una polera ancha. Mirando la prenda que había escogido para dormir, se dirige a la cama, pero una suave risita lo hace quedarse helado en el mismo sitio en el que estaba, fue incapaz de moverse, ni siquiera podía pestañear. 

- No lo intentes precioso, no podrás moverte hasta que yo te de permiso. Tienes una bonita casa sabes?

Los ojos de Yixing comenzaron a llenarse de lágrimas, pequeñas lágrimas que eran toda la muestra de los nervios y el miedo que estaba sintiendo ante aquella rota y grave voz a su espalda.

No podía verle la cara al tipo que le hablaba, no podía moverse y todo su cuerpo y mente le gritaban que tanto el tipo como la situación eran de un peligro inimaginable. Quería gritar, quería llorar, pero ninguna de esas opciones era posible en esos momentos. 

- Pero no es lo que se espera para alguien como tú... dime Lay, cómo lograste escapar? quién te ayudó?

Yixing estaba cada vez más confuso, ahí petrificado. Lay? Escapar? de qué hablaba aquel tipo? De veras que se estaba poniendo muy nervioso, muchísimo, pero el desconocido no dijo nada más... de hecho, gruñó con su voz rota y de seguido pasó un brazo por el costado del chino, tomándolo como quien aúpa un maniquí para moverlo un par de centímetros.

La pequeña pero gran diferencia en este momento era que Yixing no era un maniquí, que aquel tipo no era un dependiente en una tienda de moda y que no lo había movido un par de centímetros, habían desaparecido de su habitación mientras escuchaba los pasos de Minho al acercarse a la puerta.

"Minho.. por favor..."

Sabía que era inútil llamarlo en su mente, porque la telepatía no era real, pero por un instante la realidad desapareció de su diccionario personal, sobre todo tras haber desaparecido de su cuarto siendo llevado por un desconocido para después aparecer en medio de un bosque de grandes árboles. 

- Vaya vaya.. Noh, creo que esta vez te has superado amigo. 

- De qué hablas Taeil? yo siempre hago mis mandados a tiempo y lo sabes. 

- Si si si... pero es la primera vez que tardas menos de una semana. Dos días, dos días y ya has traído al chico guapo!

"Genial.. no bastaba con... lo ha llamado Noh? bueno eso... no me bastaba con Noh que ahora hay otro tipo mirándome como si fuese un platillo de kimchi junto a su sopa de arroz... diablos... sueltenme... Sueltenme!!..."

- SUELTENME!!

No supo cómo ocurrió, pero no iba a pararse a preguntarles a esos tipos, simplemente gritó, su voz salió de nuevo y con ello ambos tipos se apartaron como si los hubiesen empujado. Ahora que se encontraban ambos de frente a Yixing, este pudo verlos mejor y la verdad,ninguno de los dos le parecía más grande que él mismo, aunque debía reconocer que ese tipo, Noh, tenía un cuerpo de gimnasio y el otro... Taeil, no parecía la gran cosa pero aquella sonrisa diabólica no era algo que Xing quisiera ver por más tiempo.

Así pues, en cuanto estuvo sobre sus pies, y tras aquel rápido vistazo a sus raptores, se dio la vuelta y echó a correr como si le fuese la vida en ello. 

- Woaaaaaah Genial Noh! Trajiste un chico guapo y juguetón, SI!!

Lo siguiente que aquel tipo gritó y lo que el de la voz rota respondió no alcanzó los oídos de Yixing, pero en cosa de dos segundos un golpe en la espalda lo hizo caer de rodillas.

Un golpe en la zona baja de la espalda y se encontraba tirado en el suelo terroso y húmedo... no había llovido esos días en Seúl... dónde estaba?

Un golpe seco en el costado que lo hizo encogerse y abrazar su cuerpo... 

- Lay, tú no te irás de aquí entendido? eres mío ahora así que ya puedes olvidar a la cosa esa que te horneaba galletas, levantar el culo y seguirme sin rechistar o tendré que pasear mis botas por tu cuerpo otra vez.