Era un día soleado (que novedad) como cualquier otro día en Miami, y estaba entrando al estacionamiento de la escuela en el auto de mi mejor amiga, Riley. Nos conocíamos desde preescolar, cuando se mudó a mi calle, y habíamos sido mejores amigas desde entonces. Ambas estudiábamos el último año en Del Sol High School. No éramos las típicas chicas populares, esas que no pueden usar una falda más corta y van a la escuela en tacones de aguja; pero teníamos un grupo de amigos decente.
Este comenzó como un día cualquiera en el horrorosamente soleado Miami.
-¡Odio este clima!-exclame-¡Podría al menos nevar en invierno!
Sip, realmente odiaba el caluroso clima de mi ciudad y siempre me quejaba porque hacía que mi rostro brillara, y no en el mejor sentido.
-Deja de quejarte del tiempo Lar, si hace un día precioso-Riley decía eso incluso cuando llovía; era muy positiva y optimista, a veces demasiado.
-¡Hey Lara!-me saludo Ben cuando salimos del auto-Hola Riley. Hace un día hermoso hoy. ¿Quieres venir a nadar hoy a mi casa?
- Hace un día genial- me miro con cara de te lo dije-Me encantaría-
-Te llamo luego de clases para quedar. Tengan un lindo día chicas- y se dirigió a clases.
Riley no podía contener su emoción, pues Ben Fredericks era el chico que le gustaba. Era el típico futbolista: alto, bronceado, con un hermoso cabello negro que caía sobre su frente y ojos almendrados; pero lo mejor era su actitud: un chico amable e inteligente, no como el patán de su amigo y capitán del equipo Mark. Este era el chico más sexy de la escuela, rubio, alto, musculoso, bronceado; con lindos ojos azules y una horrible actitud.
-¡Que genial Riles!
-¡Si, no puedo creer que lo veré sin camiseta!-ambas estallamos en una carcajada.
Riley era hermosa, por lo que no me extrañaba que Ben la invitara a salir algún día. Era alta, con curvas, tenía una linda pálida piel (poco común en Miami) y un largo y ondulado cabello color cedro. Su personalidad era efervescente; era muy divertida y agradable con todos.
En cambio yo, era un poco diferente. Era de estatura media (más bien bajita), delgada, de caderas estrechas, sin grandes pechos, pero al menos tenía un buen trasero (o eso decían muchos chicos de la escuela). Según mi tía, tenía una linda tez canela, y estaba bronceada, por lo que me veía bien. Mis ojos eran almendrados y color chocolate, mis labios delgados, y mi nariz, lo que menos me gustaba, era un poco larga, legado de mi madre italiana. Tenía un hermoso y sedoso cabello castaño oscuro, que la mayor parte de mi vida había llevado muy largo y en capas, pero ahora lo llevaba recto a media espalda, me gustaba. En mi familia me decían que era muy hermosa, pero sé que exageraban un poco.
Nos adentramos en la escuela, saludando a varias personas, y nos dirigimos a la clase de Literatura Inglesa, una de mis favoritas. La verdad me gustaba todo de Inglaterra, era uno de mis lugares favoritos aun sin conocerlo.
Nos sentamos en los lugares de siempre, en la segunda fila, una junto a la otra.
-Hoy comenzaremos el estudio de una obra que espero que sea de su agrado, Orgullo y Prejuicio de Jane Austen-dio a conocer a la clase la señorita McLarty.
-Genial-susurre-era uno de mis libros favoritos y lo había leído media docena de veces.
-Pero antes, quiero informar a las chicas sobre un concurso internacional de ensayos. El tema es "Si fuera una princesa" y las ganadoras vivirán una experiencia sensacional. No sé si lo saben, pero en el Reino Unido hay una tradición para escoger a las esposas de los jóvenes príncipes y futuros reyes. Esta es La Selección, mediante la cual se seleccionan 20 chicas de esa nación y pasan una temporada en palacio con la familia real. De estas, el príncipe escoge quien será su futura esposa. Este año decidieron escoger a otras cinco chicas alrededor del mundo, que serán las ganadoras del concurso de ensayo "Si fuera una princesa". Quien desee convertirse en parte de la realeza, las exhorto a que participen. Continuemos con la clase.
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Una Selección moderna: tienes que ser tú
Teen FictionLara es una chica común y corriente, hasta que por un concurso de ensayos, puede convertirse en una princesa. James y Julian son príncipes, que deben elegir, entre 25 chicas, a sus futuras esposas. Una historia llena de amor, decisiones que cambian...