Oliva

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Me pongo mi mandil para empezar a atender a un montón de gente, algunas personas gentiles y otras más bien pervertidas que solo buscan estar viendonos a mis compañeras y a mi, es cansado, molesto e incomodo, pero el salario es genial ya que este restaurante es muy concurrido por su particularidad de permitirte escoger entre uno de nosotros-- los meseros, que somos 12-- para que te atienda toda durante toda tu estancia, me encuentro formada esperando a que el cliente que acaba de entrar eliga a un mesero, es gay, lo sé, su manera de caminar y de hablar lo delata, me cae bien.

—Oliva—Avanzo un paso al frente, y hago una corta reverencia agradeciendo que me haya elegido.
Lo sigo a la mesa que elige para sentarse y aprovecho para pasarle el menú y presentarme, ya que es la política del restaurante, ademas de que hago feliz a Máximo, mi jefe y mi mejor amigo, debido a que recibe muchas felicitaciones por el comportamiento y cortesía que brindamos.

—Como ya sabe mi nombre es Oliva y hoy, a su eleccion, lo atendere durante su estancia— me gusta trabajar, en general, me gusta sentirme util, ayudar y recibir gratitud a cambio, odio cuando estoy siendo lo mas servicial posible y me toca un humano con carácter de Hulk y yo acabo pagando los platos rotos de su vida de mierda.

—Un gusto Oliva, mi nombre es Steven, pero me gusta que me llamen Gabe—la sonrisa en su cara me contagia felicidad y me doy cuenta de que espera que lo comprenda y lo trate bien, lo que no sabe es que ya me cae super bien y aun no se nada mas allá de su nombre.

Le regreso una sonrisa de comprensión y emprendo con el protocolo del restaurante, que consiste básicamente en tomarle la orden, tratarlo bien, y si el gusta, platicar de lo que sea, traerle su comida, esperar a que pida la cuenta, darsela, llevar a caja el pago y despues, despedirme dándole un saludo personal, como si fuéramos amigos, nunca me ha costado, y me he dado cuenta de que si lo hago inclusive con las personas amargadas, estas regresan y me eligen nuevamente, gustosa agradezco su elección y sonrió internamente al saber que al menos me eligen porque los hago sentir cómodos o algo por el estilo.

Llevo aproximadamente un año trabajando aqui, y desde que entré hasta ahora, muchas cosas han cambiado, ahora soy la jefa de meseros, la encargada de capacitar a cada nuevo trabajador que ingrese, para mi desgracia, odio enseñarle a la gente , soy sumamente desesperada y muy intranquila, pero me gusta ayudar, asi que eso lo compensa.

Mi vida es tranquila, tengo un novio que amo mucho y del que después les contaré, por ahora les hablare de Máximo y mi relación con el y del como llegué aquí.

Llegué a Florida después de haber vivido casi toda mi vida en Arkansas debido a que la universidad en la que había hecho mi examen me habia otorgado una beca la cual acepte aunque con el dolor en mi corazón de dejar a mi familia, al poco tiempo de que llegue, los problemas aparecieron, para mi familia era un costo extra el tener que pagarme la renta del departamento en el que vivía, por lo que decidí trabajar de medio tiempo para ayudar a mi familia y así poder conseguir un dinero extra, tuve un trabajo antes que este, atendía en un starbucks, al poco tiempo me corrieron por mi apatía con la gente... El punto es que después llegué aquí, Máximo me contrato por mi cara, ya que eso es lo que vendía, estuvo apunto de correrme por mi apatía, pero se dio cuenta de que a muchas personas les agradaba mi manera de tratarlas, muy seria y calmada, claro que no dudo ni un poco en ponerme a asistir a unas clases para el mejoramiento de mi comportamiento, lo cual me ayudo a llegar a donde estoy, como jefa de meseros y con un gran sueldo, después conocí a Alec y me volví la mejor amiga, pilar y compañera de trabajo de Máximo, el es una persona increiblemente noble, guapo y rico, ademas de inteligente y fiel, la verdad sigo sin entender como es que ha estado soltero por mas de 6 años, Maximo, o como yo le digo; "Don quejitas", es dos años mayor que yo pero lo que para mi son solo 24 meses de diferencia, para el son 2 décadas, me trata como su hija, lo cual no me molesta, pero por mi enfermedad, se vuelve muy sobreprotector lo que es molesto un poco, aun así lo amo mucho.

El ingenio de OlivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora