A la luz de la Luna

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No te he vuelto a ver en toda la mañana en el instituto, y eso que te he buscado en clase, por los pasillos... A la hora de comer no tenía apetito, y después he intentado estudiar y no lograba concentrarme. Qué me pasa? Tan sólo me he cruzado contigo un par de veces, pero si cierro los ojos puedo verte con una claridad cristalina, y si alargo la mano casi llego a tocar tu pelo. Creo que tendría que hablar contigo, llegar a conocerte un poco más. Seguro que no eres la persona apasionante que ha creado mi mente, y al menos así puedo seguir con mi vida.

Cierro el diario y miro por la ventana justo en el instante en que sales por la puerta de tu casa. Quizás sea casualidad, pero no pienso desaprovecharla. Salgo corriendo aunque intento disimular calma al atravesar la puerta a la calle. Grito tu nombre y te das la vuelta, congelando el tiempo de nuevo. Cómo haces eso? Por qué tienes ese efecto en mí? Tu mirada parece tener la profundidad de una galaxia, y cuando sonríes el resto del mundo me da vueltas. Nunca me había sentido así con nadie, y mucho menos con una desconocida...

Te pregunto si vas a algún sitio, y me contestas que solamente ibas a dar un paseo, a conocer la zona. Me ofrezco a acompañarte y enseñarte algunas cosas, si no es molestia.
- Tú no molestas nunca - me respondes guiñándome un ojo, y pienso que me voy a derretir aquí mismo.
Andamos durante horas, mientras te enseño cada rincón de mi barrio, y escuchas con interés las historias que te cuento. Terminamos la visita en el parque y nos sentamos en un banco a descansar un poco.
- Y eso es todo - te digo - creo que ya conoces todos los lugares importantes.
Te acercas un poco más a mí, y me dices casi en susurros, rozando mi cuello con tus palabras:
- Todavía no me has enseñado los lugares importantes para ti. Como por ejemplo, dónde ocurrió tu primer beso?
No puedo evitar sonrojarme, y no podría mentirte así que te confieso que eso todavía no ha ocurrido. Me miras incrédula y me preguntas cuantos años tengo.
- 15. Y tú?
- Te gano por dos. Pero de verdad una chica como tú, a los 15 todavía no ha besado a nadie?
- Supongo que esperaba a la persona adecuada - te contesto, esperando que la voz que grita que esa persona eres tú suene sólo en mi interior. Al fin y al cabo eres una chica, dos años mayor que yo y aparentemente perfecta en todos los sentidos. Cual es la probabilidad de que yo te guste?
- Y cómo sería esa persona?
- No creo en príncipes azules, si es lo que me estás preguntando, no tengo una descripción concreta de mi persona ideal. - a parte de que eres tú, pero claro, eso no lo digo.
- Podría ser que fuera una chica? - me preguntas con mirada inquisitiva.
- Supongo que podría - te contesto avergonzada.
- Mmm veamos, podría tener el pelo castaño, ondulado, más o menos así de largo? - me dices tocándote el pelo.
- Eso no vale, te estás burlando de mí - te contesto ligeramente irritada, o al menos fingiendo estarlo.
- Como quieras, no me contestes. En ese caso, tendré que arriesgarme...
Me miras y sé que estoy perdida, atrapada para siempre en tu mirada infinita. Tu rostro se acerca lentamente mientras tu mano rodea mi cintura. Una sensación de vértigo se apodera de mí, y el cotacto de tus labios con los míos resulta en una silenciosa explosión de sentimientos. Me besas, te beso, nos besamos como si nuestra vida dependiese de ello, como si ni hubiera nada más en el mundo, más allá de este instante en este banco del parque.
No sé cuanto tiempo llevamos besándonos, pero para cuando me liberas de tu abrazo y vuelvo a mirarte no es el Sol sino la Luna lo que brilla entre tus cabellos.

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⏰ Última actualización: Jun 14, 2018 ⏰

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