Única Parte.

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El auto de Namjoon quedó perfectamente aparcado. Estaba por dirigirse a su empleo, pero como siempre, no podía faltar un café recién hecho con unos cuantos muffins sabor arándanos. Ingresó al local ganándose la atención de unas cuantas personas. Era normal, Namjoon era un hombre imponente y guapo, su vestimenta formal lo hacía verse serio y autoritario. Caminó hasta el mostrador y ahí miró al lindo chico. Este le sonrió dándole la bienvenida.

Buenos días.

El chico le sonrió amistoso, esperando por la orden del moreno, aunque ya sabía lo que el más alto pediría.

Buenos días. Lo de siempre, un café y dos muffins de arándanos, por favor.

Seokjin asintió, yendo por lo antes pedido. Tomó dos de los muffins, guardándolos en un pequeño contenedor con el logo del local, dejándolo en el mostrador para luego caminar hasta el área de cafés. Tomó un vaso, comenzando a preparar el café. Cuando este estuvo listo caminó hasta el hombre que lo miraba con una sonrisa. Le entregó su pedido sonriéndole de vuelta. Namjoon entregó el dinero, el otro lo recibió agradecido. Seokjin pensó que después de eso aquel chico se iría como las veces anteriores pero esa vez no fue así. Namjoon caminó hasta una de las mesas desocupadas cerca del mostrador para así poder observar al castaño un poco más.

Eso era lo bueno de ser el CEO de su propia empresa, podía llegar a la hora que quisiera y sin tener castigos por eso. Seokjin lo miró y se sonrojó al encontrarse con la mirada atenta del chico. Se regresó a lo que hacía para seguir limpiando y asegurándose de que el local estuviera presentable para los clientes.

Escuchó el sonido de un líquido caer, enseguida regresó a su puesto mirando al guapo chico con su café derramado sobre la mesa y el piso. Negó, por alguna extraña razón le parecía gracioso, el chico había dejado su porte imponente para reemplazarlo por uno un poco asustado y nervioso. Seokjin tomó lo que necesitaría para caminar hasta él. Le sonrió comenzando a limpiar la mesa en silencio.

Lo siento tanto el moreno habló con tono de culpa en su voz. Seokjin se detuvo a mirarlo con una sonrisa tranquila y sin molestia.

Está bien, estas cosas pasan. Termino de limpiar esto y te traigo otro café ¿De acuerdo? preguntó sonriente, ganándose la sonrisa agradecida del moreno.

El chico era más guapo de cerca, ni qué decir de su cuerpo. Namjoon siempre observaba un poco más arriba de su estómago hasta su rostro y eso era todo, pero tenerlo enfrente de él parecía más alto y flaco, sin contar que tenía unas muy bonitas piernas.

Después de observarlo y salir de su pequeño trance observando lo lindo que el castaño era, al fin asintió agradecido.

Perdona esto, soy muy torpe.

Tranquilo. Solo espero que no te hayas quemado lo miró.

Namjoon negó, grandiosamente no se había ni mojado con el café, hubiera sido muy penoso escucharlo gritar debido al caliente líquido.

Estoy bien, gracias por preocuparte... el moreno lo miró en espera de que el castaño le dijera su nombre.

Seokjin, me llamo Seokjin le sonrió.

Mucho gusto Seokjin, yo soy Namjoon.

El gusto es mío sonrió y Namjoon quedó embobado por un segundo—. Iré a dejar esto y enseguida traigo otro café.

Seokjin se retiró dejando a Namjoon con una sonrisa en su rostro. El castaño era un pedacito de cielo, su nombre era tan perfecto como él. Su mano sostuvo su barbilla mientras miraba en la dirección donde Seokjin había desaparecido. Cuando lo miró caminar hasta él reaccionó, apartando la mirada mientras acomodaba mejor su corbata en un intento de disimular.

Cᥲfᥱ́ ყ Mᥙffιᥒs [Namjin] OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora