Capítulo 8

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Liz: Ay no...

Yo: ¿Qué sucede palomita?

Liz: Y... ¿Qué hacían los demás?dormían también cierto?

Yo: No, en realidad Kenett estaba en otra habitación haciendo un proyecto, Luis, Abby y Dave estaban abajo

Liz: Demonios... -dijo casi como un susurro-  ¿que hacian? ¿No paso nada extraño?

Yo: No tan extraño en reali... alto alto... -estaba actuando bastante raro- ¿por qué hablas como si supieras que pasó?

Liz: Es que... es un tanto complicado, verás...

-Me acerque hasta sus labios- No más secretos palomita -y volví a alejarme lo suficiente para hablar bien-

Liz: Esta bien, mira, se que quizás suene loco pero, todo lo que me estas contando ya lo sabía...

Yo: No suena loco niña -rei, creo que Liz estaba un poco paranoica por nada- ¿quien te lo contó nena? Creí que no habías entablado conversacion con nadie el día de hoy

Liz: Nadie me lo contó, en realidad... lo soñé

Yo: Ok, esto si suena un poco loco -mi comentario la hizo reir-

Liz: Te lo advertí -sonriendo- pero vi que fue lo que toco tu ventana -cambio totalmente la cara a seriedad-

Yo: En serio? Y ¿quien fue? Los chicos se hicieron los chistosos y no me dijeron nada

Liz: No creo que se hayan echo los graciosos, porque en serio no vieron que fue...

Yo: ¿y qué era entonces?

Liz: No se explicarlo con exactitud...

Yo: ¿Qué sucedio en tu sueño Liz? - dije lentamente-

Liz: Pues en resumen alguien tocó la puerta, Dave atendió, era un señor paranoico advirtiendo que ya venía, cuando Dave, quien aún seguía en la puerta, le decía a Abby quien era, el señor se convirtió en una especie de pajarraco, tomo una piedra y comenzó a volar, para después golpear tu ventana e irse, Dave se desconcertó mucho al no ver al señor y quedo algo preocupado, mientras tanto algo me observaba desde el closet cuando dormía y... creo que eso es todo

Yo: Carajo

Liz: Daniel... cuida tu lenguaje

Yo: Lo siento, amor, pero no se me ocurre que otra cosa decir

Liz: Puedes empezar diciéndome si sucedió algo asi

Yo: En realidad todo coincide a excepción de alguien mirándote eso solo me dio escalofríos

Liz: No me digas eso

Yo: Te lo juro, puedes preguntarles

Liz: Estoy algo cansada, tengo miedo, lo que menos quiero es hablar con otra persona que no seas tú -no debería sentirme bien por eso, menos en estás circunstancias, pero lo hice-

Yo: Entiendo nena, entonces ve a dormir, yo me encargaré de decirles

Liz: Espera! -dijo asustada-

Yo: ¿Qué ocurre?

Liz: no me dejes sola por favor, por favor, debemos irnos, esta casa me da miedo

Yo: No te dejaré sola palomita, no de nuevo -dije mientras le acomodaba uno de sus mechones- pero no podemos irnos ahora, es algo tarde para conducir

Liz: Tengo un mal pre... -el rechinido de la puerta abriéndose la detuvo-

Ambos nos miramos confundidos, esperamos a que alguien entrara, pero nada, asi que yo me puse de pie dispuesto a ver que fue, y un grito y el mio me dejó aturdido

Silencio en la oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora